Las Claves
- La "Maravillosa Minoría" del RCD Espanyol, históricamente resignada al sufrimiento, ahora ve crecer su número.
- A pesar de cinco descensos, la lealtad de los socios pericos se mantuvo, aumentando en la temporada 2020-21.
- Con 37.000 socios, el club se revitaliza, dejando atrás épocas de mofa y acoso.
- La afición, acostumbrada a sufrir, se adentra en un territorio inexplorado de éxito.
Tengo presente una charla con mi hermano Álex, un perico muy involucrado, en julio de 2020, durante la pandemia.
(Así que nos colocábamos las mascarillas, sin besos ni abrazos, ni siquiera en las gradas de los recintos deportivos).
Consumado el quinto descenso de su amado Espanyol, le pregunté:
–Álex, ahora que bajáis a Segunda, ¿vas a seguir siendo socio perico?
–Your doubt offends me: I possess three licenses and am contemplating acquiring an additional one. Call me a dreamer, naive, or a fool, but this represents my modest contribution to the club.
(...)
Aficionados del RCD Espanyol, en el campo de Cornellà, al concluir la temporada previa
Su coherencia me desarmó, al igual que su resignación ante su destino. Siempre ha existido un matiz trágico en el periquismo, una lucha constante contra la corriente. La sensación de ser parte de una entidad históricamente destinada a padecer y vencer escasamente.
El lema que el club había presentado en 2014 no podría haber sido más apropiado. A sus seguidores, les habían otorgado un apodo: Maravillosa Minoría. Ser perico, nos transmitía aquel sobrenombre, era similar a ser seguidor del Joventut, del Estudiantes o del Balonmano Granollers. Como ser el habitante de al lado de un coloso y sentirse constantemente ignorado. Ser objeto de mofa en el colegio. Ser una entidad acosada en el entorno laboral. Declararse, de alguna manera, opuesto al sistema.
Ser un "perico" significa ser objeto de mofa en el entorno escolar y experimentar restricciones profesionales. Sin embargo, ¿cómo se presenta la situación hoy en día?
Cinco años después, y tras un sexto descenso en la temporada 2022-23, se presenta un panorama distinto. El equipo se siente revitalizado: la Maravillosa Minoría ha crecido y se muestra entusiasmada. Ahora cuentan con 37.000 socios que los apoyan, incluyendo a Álex y a la gran cantidad de seguidores leales y pacientes que nunca dejaron de apoyar al club, ni siquiera durante los períodos difíciles.
Durante la campaña 2020-21, que transcurrió en Segunda División, la base de seguidores aumentó en más de mil miembros, pasando de 27.329 a 28.479; de hecho, la Maravillosa Minoría nunca dejó de apoyar.
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Siguiendo al prometedor Alan Pace, al estratega Manolo González y al imponente Kike García (tengo una debilidad por este delantero centro que parece sacado de los ochenta), la afición perica, acostumbrada a sufrir, se adentra en un territorio inexplorado. Mientras el equipo avanza a toda velocidad, y en su impulso deja atrás al Sevilla, al Athletic o al Celta, los analistas consultamos los archivos. Me pregunto qué habrá sido del perico exitoso.
¿Perderá su identidad?
En una reflexión algo antigua del influyente publicista Toni Segarra, se destaca un punto de luz: “Nosotros, como la mayoría de los clubs del mundo, no podemos depender de los resultados porque no existen casi nunca. Así que debemos ser portadores de valores, y no defraudar a los que los comparten”.
