Hablemos de Mbappé

Por la escuadra

No puedo evitar hablar, aunque ya se hayan escrito muchas líneas, del misterio, o quizás no tanto, del caso Mbappé. ¿Cómo puede ser que el jugador del mundo seguramente más valorado hace dos años, no solo pase sin pena ni gloria por el Madrid sino que incluso sea el responsable de pérdidas de puntos y de partidos? Pues así es la vida y hasta el más guapo tiene que, a través de la reflexión, reconducir su situación y no convertirse en el problema cuando debía ser la solución.

Un análisis del juego del francés desde hace ya bastantes meses muestra que algo se iba perdiendo por el camino. Es imposible adivinar cuál ha sido la causa de esta caída. Si sus conflictos y enfrentamientos con su antiguo club o si hay algún otro factor emocional que desconocemos. Como no estamos en su día a día, caer en este tipo de especulaciones sería un error. Pero sí que es cierto que, ya antes de su llegada al Madrid, sus controles orientados no eran excelsos, sus carreras no eran vertiginosas y sus marcadores no tenían la sensación de vivir en el filo del cuchillo. Hace cierto tiempo que Mbappé no es Mbappé. El piloto de Fórmula 1 Jenson Button, hablando respecto de su retirada, indicó que lo peor que le puede pasar a una persona es que en su día a día una cosa mala le pese más en su cabeza que diez buenas. Si llegas a este punto, añado yo, es clave volver a la casilla de salida.

Pagas una morterada por un violinista excelso y cuando lo tienes le haces tocar la guitarra

Al no tener datos de los factores emocionales de su vida como ser humano, debemos trasladarnos al plano futbolístico. El análisis no se sostendría con un Mbappé pletórico pero, ante un jugador débil, esa opción tiene mucho peso. Lo he repetido muchas veces: para que un deportista rinda al nivel que se espera de él, lo primero que ha de generarse es su hábitat ideal. Recuerdo que el día en que el Barcelona fichó a Griezmann comenté en mi entorno el posible error que se cometía. Un club decide comprar a Griezmann, a precio del Griezmann del Atlético, para que no juegue de Griezmann en el Barcelona. Porque el que juega de Griezmann en el Barcelona era Messi. Pagas una morterada por un violinista excelso y cuando lo tienes le haces tocar la guitarra.

Mbappé volvió a fallar un penalti, este miércoles en San Mamés

Mbappé volvió a fallar un penalti, este miércoles en San Mamés

Vincent West/ Reuters

Kylian, para rendir al máximo, necesita en estos momentos desenvolverse en la banda izquierda. Y su equipo debe permitir que el rival salga más con el balón jugado, para tener una baza en el contragolpe con campo por delante. Y si esto no es posible y el rival se cierra, Mbappé, situado en la banda izquierda, debería tener un delantero centro que fijara a los centrales. Si no, como le suele pasar a Vinícius ante sus rivales, tiene que superar a un lateral, a un centrocampista y finalmente a un central derecho que ha salido a su encuentro. Mbappé sería mejor con Joselu en el campo, pero lo más sorprendente es que el Madrid actual sería más Madrid con Joselu en la alineación y Mbappé en el banquillo.

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