El Real Madrid salió líder de Mestalla al ganar esta noche con una remontada increible y en el añadido ante el Valencia en otro partido con ingredientes sobrados de página de sucesos. La victoria le pone dos puntos por encima del Atlético, que tiene un partido menos, y cinco más que el Barçelona.
La paradoja es que el Madrid jugó regular y remontó cuando ya parecía que lo tenía todo perdido y jugaba con uno menos por expulsión de Vinícius en el 78. Entonces sacó su mejor genio competitivo y sentenció con goles de Modric y Bellingham.
El partido
Fútbol tenso y de alto voltaje
Como siempre aquí el partido fue extremadamente tenso. Durante muchos minutos al Madrid le salió mal todo lo que le podía salir mal. Bellingham falló un penalti y Vinícius, que completó un partido pésimo, superado por el ambiente al ser continuamente insultado, perdió los nervios y fue expulsado en el 78 por darle una colleja a Dmitrievski.
Da un poco lo mismo que el Valencia sea un club decadente, con una afición peleada con la propiedad. Ante el Madrid, el Valencia se crece y plantea una dura batalla, más si cabe anoche cuando estrenaba entrenador, Carlos Corberán, lo que le supuso una inyección anímica.
Al Madrid no suele sentarle demasiado bien la vuelta tras el parón navideño y esta vez no fue ninguna excepción. Ancelotti planteó el equipo más o menos esperado, ahora mismo el de gala. Con solo tres centrocampistas, fue un Madrid que desde el principio fue a por el partido, pero pese a su dominio del juego le falló mucho rato lo que menos suele fallarle, la pegada.
El Madrid
Defensa blanda y fallos en el remate
El Valencia entendió bien el partido, defendió con orden y salió a hacer daño en cuanto pudo porque es un equipo joven y veloz, que tira bien la contra.
Al Madrid le lastró sobremanera la falta de contundencia arriba, pero también no estuvo muy firme atrás. En la primera parte el Valencia le llegó dos veces y marcó una.
El gol llegó a los 27 tras una falta que reclamó el Madrid a Rodrygo en el centro del campo que ni Soto Grado ni desde la sala VOR advirtieron como tal. La defensa no estuvo atenta y permitió un chutazo a bocajarro de Javi Guerra que Courtois rechazó a duras penas. El balón le cayó muerto a Hugo Duro sin nadie que le incomodase y el ex canterano de La Fábrica marcó.
Vinícius
Jugó mal y fue insultado continuamente
El gol encorajinó al Madrid, pero no le aportó finura a su juego en los últimos metros, en los que cada vez más Vinícius hacía la guerra por su cuenta ante un público que no cesaba de insultarle o mofarse de él, mezclando todo eso con peticiones de cese a la directiva o contra Peter Lim.
El Madrid rondó el gol una y otra vez, sin la claridad necesaria como para sentirlo inevitable. Vinícius lo tuvo en sus botas por dos veces. La primera se la sacó en una gran acción de Tárrega; en la segunda, no precisó su remate en un mano a mano con el portero.
La segunda parte
Bellingham falló un penalti
La segunda parte no pudo empezar peor para el Madrid. A los 54 tras un forcejeo entre Mbappé y Tárrega el francés se fue al suelo y Soto Grado pitó penalti ante la indignación de Mestalla. El Madrid siguió con su agonía en los penaltis este año y Bellingham lo lanzó a la base del poste. Las desgracias seguirían para los blancos en el 60. Mbappé marcaría en acción individual. El árbitro riojano dio el gol pero lo anuló cuando desde el VAR le avisaron que Mbappé estaba en fuera de juego al recibir el balón.
El Madrid redobló sus ataques. Rodrygo perdonó el empate con un cabezazo alto. Ancelotti le quitó por Brahim. El Valencia vivía ya muy aculado en su portería y tras la expulsión de Vinícius se vino abajo con estrépito.
Modric empataría en el 84 a pase de Bellingham. En el 96 Guillamón falló ante el inglés, que se vio ante el portero y no perdonó el 1-2. Seguramente pensó entonces que fue una ayuda divina por el gol que le birlaron aquí el año pasado en la última jugada del añadido. El partido acabó con un remate a la cruceta de Luis Rioja. Hasta ahí duró la emoción. El Madrid festejó. En sus últimas diez visitas a Mestalla, solo había ganado dos veces.
