Como estaba previsto a tenor del redactado del acta del árbitro Soto Grado para explicar el porqué de la expulsión de Vinícius en el partido Valencia-Real Madrid disputado el pasado 3 de enero, el delantero brasileño ha sido sancionado con dos partidos por el Comité de Disciplina de la RFEF “por producirse de manera violenta al margen del juego, no estando en posibilidad de disputar el balón o el juego detenido” y se le impone además una multa accesoria de 700 euros al club y de otros 600 al propio jugador. Aun así, el castigo le permitirá disputar la Supercopa de España a partir del jueves, en el partido que su equipo disputará contra el Mallorca en la segunda semifinal de la competición que arranca este miércoles en Yida (Arabia Saudí).
En el acta mencionada el colegiado aseguró que Vinícius golpeó “a un adversario en la cabeza de manera deliberada, sin estar el balón en disputa empleando fuerza no insignificante”, pero no especificaba que la pelota no estaba en juego, matiz que varía el artículo a aplicar en la acción y lo orienta hacia una sanción más benevolente. Así que, de los entre 4 a 12 partidos que le podían caer al futbolista por agresión, se ha pasado a los dos, cantidad que le será descontada en la Liga y no en la Supercopa de España.
El Real Madrid no sólo pudo respirar tranquilo con esa noticia sino también con el retorno del defensa David Alaba, que llevaba más de un año (387 días) sin entrar en una convocatoria. El austríaco, pieza clave en la defensa de Ancelotti antes de caer lesionado, sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior en la pierna izquierda y no se espera que tenga minutos ni en la semifinal contra el Mallorca ni en la final del domingo si logra clasificarse. La intención del entrenador italiano es que vaya entrando al equipo poco a poco.