Kasatkina atormenta a Paula Badosa, que abandona París

Tenis | Roland Garros

La española no encuentra su ritmo y se cae del cuadro en tercera ronda en 1h33m: 6-1 y 7-5

Paula Badosa, este sábado en la pista Simone Mathieu de Roland Garros

Paula Badosa, este sábado en la pista Simone Mathieu de Roland Garros 

Dimitar Dilkoff / AFP

Más que un partido de tenis, Darya Kasatkina (28) propone una carrera de resistencia.

Clavada al fondo de la pista, todo lo devuelve. 

Es una pasabolas de manual, y su estrategia acogota a Paula Badosa (27), que por momentos parece transigir: en un largo intercambio de golpes, asfixiada, Badosa se detiene, deja de correr tras otro golpe de la australiana, se rinde, se apoya en la jardinera y le dice a Pol Toledo, su entrenador:

-Ya no sé qué hacer.

Todo el equipo la contempla, incluido Stéfanos Tsitsipás, la pareja de Badosa, este griego últimamente desnortado que se cubre medio rostro con la capucha y las gafas de sol.

Cuántos contratiempos enfrenta Badosa, la dama que había brillado cuando era júnior (ganó Roland Garros júnior en el 2015; la Sharapova española la llamaban), la que luego se atascaba y se deprimía, superada por las expectativas (decepcionada, en el 2018 se planteaba dejar el tenis), la que se rehízo y se vio coqueteando con el liderato mundial (en abril de 2022 era la segunda raqueta de la WTA), la que lleva dos años peleando con sus crónicos problemas de espalda, un sinvivir.

En estos días en París, Badosa ha sufrido en su debut ante Osaka (le remontó un set en contra), y luego ha sufrido ante Ruse (también le remontó un set, y luego declaró que había jugado con fiebre), y ahora sufre ante Kasatkina, un incordio de rival, martillo pilón desde el fondo.

El juego de Kasatkina encaja con su deriva en el ranking. 

Pocas veces se ha asomado al Top 10. Ha ganado ocho títulos pero ningún grande. Nunca ha ofrecido instantes de brillo. 

Sin embargo, derrotarla es un quebradero de cabeza. 

Kasatkina alarga y alarga los rallies, no firma winners (22, por los 26 de su rival), apenas sube a la red. Sin embargo, se defiende como gato panza arriba. Y su estrategia aturde a Badosa, que gana el primer juego del partido pero luego encaja ocho juegos en contra, y ve cómo se le esfuma el primer set (6-1) y también se ve 2-0 abajo en el segundo.

Todo se le pone en contra a Badosa, que justo entonces reacciona. Kasatkina baja el nivel por unos instantes, y por ahí se cuela la española: rompe el servicio de la australiana y regresa al partido.

Las cosas se igualan, Badosa porfía, sueña con sus terceros octavos de final en París (como en el 2020 y el 2021), pero el arreón se queda a medio hacer. 

Mucho pesan los regalos que le ha entregado antes (al cierre del partido comete 41 errores no forzados, por los escasos 17 de Kasatkina), y rinde el servicio en el juego decisivo. Cuando todo acaba, las estadísticas son elocuentes: los datos demuestran que Kasatkina ha sumado 76 puntos, 16 más que Badosa.

En octavos, la australiana se medirá a la emergente Mirra Andreeva, discípula de Conchita Martínez.

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