Saltaba a la pista Alcaraz, con su sonrisa y su camiseta sin mangas rosa chicle, a disputar su segundo partido diurno. Esta vez, a una hora más decente, la 1:30 de la tarde en Nueva York. “He tenido unas cuantas horas más para prepararme y tenerlo todo bajo control”, decía relajado en el túnel.
Hasta esta ronda, Carlitos había tenido cruces inéditos. En esta ocasión se enfrentaba a Arthur Rinderknech, 82 del ránking, con quien tenía un cara a cara a su favor de tres a cero.
Para Rinderknech, de 30 años, estos octavos de final son el mejor resultado de Grand Slam de su carrera. “Vengo muy centrado y con ganas de hacer grandes cosas”, decía Rinderknech, que cita en su biografía como su hobby principal “servir bombazos”.
El reguetón suena a tope en los altavoces de un Arthur Ashe que empieza a llenarse, mientas calientan los jugadores.
Empieza el partido, con Rinderknech al servicio. Los jugadores muestran sus cartas: Carlitos, su abanico de golpes, Arthur, su saque. La sombra va avanzando perpendicularmente por la pista y es difícil ver la pelota. Cada uno aguanta su servicio. Se van tanteando.
Tras un bote pronto que Rinderknech volea, Alcaraz, rapidísimo de reflejos, devuelve la bola por la espalda, al cuerpo del francés, que no la puede controlar. El público se despierta por fin y ovaciona. Alcaraz les pide más con las manos.
Carlitos tiene velocidad y buenas piernas y llega a todo, para frustración del galo, hasta a una dejada que contesta con un globo perfecto a la esquina. Si había duda de las molestias de su rodilla, estas se disiparon ya desde el primer momento.
Las bombas de servicio del francés le permiten sobrevivir hasta el tie-break, que Alcaraz se lleva con facilidad.
Ya con la cancha en la sombra, aprieta el de El Palmar. Empiezan a fluir sus winners de derecha y consigue romper al altísimo Rinderknech, para meterse en problemas con su servicio. El francés tiene dos puntos de break. ¿La respuesta de Carlitos? Un golpe ganador de derecha y un punto de saque, para reconducir la situación y mantener las distancias.
A la desesperada, el francés lo intenta todo, hasta un saque por debajo que termina en la red, con abucheos de la grada. En esta segunda manga solo ha metido dos aces.

Carlos Alcaraz, celebrando uno de los puntos de los octavos de final )
Ya ve la línea de meta Alcaraz en la tercera manga. Rompe a Rinderknech para el 5-4 y saca para el partido. El swing de McIlroy, y a descansar (6-7, 3-6 y 4-6).
Con esta victoria se anota también un récord más en su carrera: es la primera vez que llega por lo menos a todos los cuartos de final de los Grand Slams en la misma temporada.
Su rival de cuartos será Jiri Lehecka, en el puesto 21 del ránking, que se deshizo del veterano francés Adrian Mannarino unas horas antes, por 7/6 (4), 6/4, 2/6 y 6/2. El checo y el murciano se han enfrentado tres veces, con dos victorias a uno para Carlitos.