Intenciones fiscales ocultas

Opinión

Intenciones fiscales ocultas
Escritor y economista. Profesor asociado de Esade

Estos últimos días han sido moviditos con el asunto de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) y la no adaptación a los tramos exentos del IRPF. Muchos se preguntan que por qué un gobierno de izquierdas, haciendo poner el grito en el cielo a sus socios de Sumar, toma una medida tan impopular y poco progresista como esa. ¿Por qué hacer tributar al SMI?

En fiscalidad nada es nunca directo, aunque lo parece. Vale la pena detenerse a entender quién paga qué, quiénes lo asumen finalmente y, esencial, deducir qué posibles intenciones fiscales ocultas hay en cada medida. Es decir, al igual que en el ajedrez, cuando un político ajusta un impuesto, está pensando en la siguiente jugada.

Horizontal

Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, y Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo

Dani Duch

En el caso que nos ocupa, vemos que la medida es aparentemente impopular, pero es una jugada maestra desde el punto de vista de carga fiscal. La subida del SMI la soportan los empleadores. Es decir, las empresas o personas físicas que tienen a gente en nómina. El aumento de salario va a tener una parte que llegará en neto al trabajador y otra que irá a las arcas públicas en concepto de IRPF. El resultado final es que la empresa asume, en realidad, el peso de esa recaudación. La paga el trabajador, por supuesto, pero se origina en una subida de salario mínimo, la cual recae sobre el empleador.

En realidad, un 80% de los trabajadores seguirán aproximadamente exentos de tributación cuando hagan su declaración del IRPF. Entonces, ¿por qué llevar a cabo esta medida que tanto daño hace a la imagen del Gobierno por apenas unos millones de euros de recaudación sobre pocas personas que, además, van muy justas?

La respuesta tiene que ver con la siguiente jugada de ajedrez. La única forma de subir más adelante los impuestos a las rentas medias es demostrar que la brecha con las rentas bajas es poca. Cuando las clases medias soportan mucha carga fiscal en relación con las bajas, se produce una injusticia social que, ahora sí, puede tener un fuerte coste electoral. La forma de justificar política y socialmente una próxima subida es tener vivo un tramo de IRPF de la parte más baja de los salarios para, así, elevar los tramos medios.

De este modo, se transmite la idea de que todos los ciudadanos deben contribuir, aunque sea mínimamente, al sostenimiento del Estado de bienestar. Es la justificación a futuras subidas impositivas a los tramos más altos.

Verán qué poco tardamos en ver una subida del IRPF o eliminaciones de deducciones a partir de lo que pagan los que menos cobran. Y se ha logrado con las empresas asumiendo la carga, en origen, de ese impuesto.

Son unos fenómenos.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...