Andrés Millán se ha convertido en una de las voces más escuchadas del ecosistema jurídico español en redes sociales. No sólo por su capacidad para traducir el galimatías fiscal al lenguaje cotidiano, sino por su tono directo, casi rebelde, al hablar de los “sinsentidos” del sistema tributario. Socio en el despacho Distrito Legal y con cientos de miles de seguidores en plataformas como TikTok o Instagram, Millán lanza una crítica sin filtros: “No tiene sentido que todos los autónomos tengan la obligación de declarar”.
La indignación de este abogado viene motivada por una medida que ha cambiado las reglas del juego: desde 2024, cualquier persona que haya estado dada de alta como autónoma, aunque sólo fuera un día o no haya facturado ni un céntimo, está obligada a presentar la declaración de la RENTA en 2025. El motivo es el nuevo sistema de cotización por ingresos reales, una reforma que busca transparencia en las bases de cotización… pero que ha traído consigo más papeleo y carga administrativa para los profesionales por cuenta propia.
Hasta hace poco, sólo los autónomos que superaban ingresos netos de 1.000 euros estaban obligados a declarar. Pero con el Real Decreto Ley 13/2022, esa barrera desapareció, como señala Marc Fargas en el blog de Quipu (gestión administrativa de Autónomos, Empresas y Asesorías). El objetivo oficial es poder contrastar lo cotizado con lo realmente ingresado. Sin embargo, como subraya Millán, el precio de esa transparencia lo están pagando los pequeños autónomos: “Les supone un coste de gestoría, un quebradero de cabeza y una obligación que muchas veces ni siquiera entienden”, explica. En el fondo, lo que el abogado critica es la desconexión entre normativa y realidad. Pero no es el único ‘sinsentido’, según el profesional.
Cinco quejas que resuenan en la calle
1No hay deflactación del IRPF pese a la inflación, por lo que muchos contribuyentes pagan lo mismo, aunque su poder adquisitivo haya caído.
2Se prometió una exención del IVA para quienes facturen menos de 85.000 euros, como en otros países de la UE, pero no se ha implementado.
3El sistema legal cambia constantemente, generando inseguridad jurídica. “Hay interpretaciones distintas según el funcionario que te toque”, denuncia.
4Si cometes un error, Hacienda te sanciona como si fueras un defraudador, sin opción de rectificar sin castigo.
5La figura del ‘derecho al error’ sigue sin reconocerse de forma efectiva.
Para Millán, la cuestión no es sólo legal, sino de justicia fiscal. No todo el mundo quiere defraudar. Su mensaje cala, quizá porque habla de algo más profundo: la necesidad de un sistema tributario que no ahogue, sino que facilite una cuestión tan obligatoria como compleja.


