Ana, inspectora de Hacienda: “Si alguien no quiere pagar voluntariamente, hay que forzarlo. Mi trabajo es que eso se cobre, porque es dinero de todos los españoles”

Hacienda

Los dos inspectores de Hacienda desmontan los mitos más extendidos sobre su trabajo y explican cuál es su función en el día a día

Los inspectores de Hacienda se encargan de hacer cumplir la ley

Los inspectores de Hacienda se encargan de hacer cumplir la ley

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¿Cómo se realizan las inspecciones de Hacienda? ¿Los inspectores cobran algún tipo de suplemento extra por cada multa que ponen? Si hay alguna figura en el mundo de los trabajos que parece prácticamente mitológica es la de los inspectores de Hacienda, pero lo cierto es que es muy real, aunque exista un gran desconocimiento sobre ella.

En el cuarto episodio del pódcast La generación mejor preparada, los inspectores de Hacienda, Ana y Álvaro, han visitado el estudio para desmontar los mayores mitos que existen sobre su figura y aportar un poco de luz para que la gente conozca realmente cuál es su trabajo y qué es lo que hacen en su día a día. 

“Me sentí una impostora, pero fue la cura de humildad que necesitaba”

Ana,Inspectora de Hacienda

En primer lugar, los inspectores explican que la oposición es realmente dura, ya que conlleva entre 3 y 5 años de preparación intensiva, con jornadas de estudio de hasta 14-15 horas al día. Además, los exámenes son unos de los más duros del panorama laboral: cinco en total entre escritos, casos prácticos, idioma y orales, de los cuales el último implica “cantar” hasta 68 temas de Derecho Constitucional, Administrativo, Hacienda Pública y Sistema Financiero de memoria: “Yo me los sabía todos. Hay temas en los que te puedes lucir, otros no tanto, pero no quería jugármela a la suerte”, explica Álvaro.

La oposición supone una cantidad suprema de horas de estudio

La oposición supone una cantidad suprema de horas de estudio

Getty Images/iStockphoto

Además, según aseguran, algo que realmente juega con tu cabeza de una manera brutal es que, después de todo el esfuerzo realizado, cuando se publican los resultados de los exámenes, tan solo apareces como apto o no apto, por lo que “no sabes si has suspendido por poco o has hecho el ridículo”.

Ana, por ejemplo, afirma que suspender por primera vez en su vida fue un shock descomunal, pero también un momento de crecimiento personal: “Me sentí una impostora, pero fue la cura de humildad que necesitaba”. Aunque ambos aseguran que opositar deja secuelas y que debes aprender a renunciar a muchas cosas, también coinciden en que volverían a repetirlo una y mil veces: “Solo tú puedes sacarlo, nadie va a estudiar por ti. Solo tú renuncias a una cerveza con amigos para seguir estudiando, pero cuando apruebas entiendes por qué merecía la pena. Repetiría mil veces”, explica Ana. 

“Si alguien no quiere pagar voluntariamente, hay que forzarlo”

AnaInspectora de Hacienda

Álvaro trabaja en la Oficina Técnica, es decir, en Inspección, mientras que Ana trabaja en Recaudación. En su caso, Álvaro no trata directamente con contribuyentes, sino que su función es revisar los expedientes e informes generados por otros inspectores y validar propuestas de liquidación o sanción: “Yo no me dedico a llamar a la puerta o hacer una personación. Mi trabajo está más en la revisión técnica”, explica.

Ana, en cambio, entra en acción una vez que ya hay una deuda generada. Ella se encarga de asegurar que esa deuda se cobre, y puede haber procesos de embargo si el contribuyente no paga voluntariamente: “Mi trabajo es que eso se cobre, porque es dinero de todos los españoles”, asegura la inspectora. Ella explica que no es algo personal ni contra nadie, pero que su trabajo consiste en que la ley se cumpla, por lo que “si alguien no quiere pagar voluntariamente, hay que forzarlo”.

Aunque aseguran que no tienen nada contra nadie, explican que es su trabajo y deben encargarse de que la gente pague lo que debe

Aunque aseguran que no tienen nada contra nadie, explican que es su trabajo y deben encargarse de que la gente pague lo que debe

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“Un inspector de Hacienda no va a ganar más un mes porque haya cogido a una persona mega multimillonaria y le haya puesto una multa de millones”

AnaInspectora de Hacienda

Uno de los mitos más extendidos sobre los inspectores de Hacienda es que cobran una comisión por cada multa que ponen, algo que tanto Ana como Álvaro niegan rotundamente: “No te llevas ningún tipo de comisión porque eso sería, desde mi punto de vista, un sistema de Inquisición, totalmente erróneo. Para que todo el mundo entienda: un inspector de Hacienda no va a ganar más un mes porque haya cogido a una persona mega multimillonaria y le haya puesto una multa de millones”, aseguran.

Aún y así, explican que sí que tienen productividades, como muchos funcionarios, pero que se calculan por la complejidad y cantidad del trabajo, no por lo que recauden. Tampoco se reparten de forma individual según multas: “Es un bonus como el que está en el Ministerio de Transporte o en cualquier otro, y se reparte por igual a todos los que llegan al máximo”, asegura Álvaro.

Además, los inspectores también sostienen que, ni mucho menos, multan a cualquiera sin filtro, otro mito también muy extendido. Explican que los expedientes más graves se revisan por muchas personas y se firman por altos cargos. Es decir, no son decisiones unipersonales ni impulsivas: “Cuando un documento es importante, lo revisan diez personas, sube y baja entre equipos, y lo firma el jefe del jefe del jefe. Por ello, cuanto más relevante es el documento, más difícil es equivocarse, porque pasa por más filtros”, afirma Ana. 

Se hace una revisión exhaustiva de todos los documentos antes de emitir sanciones

Se hace una revisión exhaustiva de todos los documentos antes de emitir sanciones

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“No me voy a hacer millonario como funcionario, pero tengo tiempo para mis hijos y para vivir”

ÁlvaroInspector de Hacienda

Por último, los inspectores aseguran que su visión de lo que es el éxito ha cambiado mucho en los últimos años. Mientras que antes pensaban que el éxito consistía en acabar la carrera y entrar en una Big Four, tener un gran sueldo y moverte en lo privado, ahora se han dado cuenta que el éxito no tiene nada que ver con eso:

“Para mí el éxito es estar con mi familia en Punta Umbría, en agosto, comiendo gambas. Eso significa que tengo salud, tiempo y estoy bien. No me voy a hacer millonario como funcionario, pero tengo tiempo para mis hijos y para vivir”, sentencia Álvaro. 

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