España, referente en defensa y reparación

En portada: industria naval europea

Europa rearma su industria naval ante el desafío geopolítico y la presión asiática

La nueva era dorada de los astilleros

Workers near the Italian Navy ship Trieste in the shipyard Fincantieri at Castellammare di Stabia on May 25, 2019, before the launching ceremony. (Photo by Paolo Manzo/NurPhoto via Getty Images)

Ceremonia de botadura de un barco militar en Fincantieri 

NurPhoto / Getty

Las crecientes tensiones geopolíticas, el histórico plan de Defensa para rearmar Europa firmado en marzo y el reciente acuerdo que obliga a los miembros de la OTAN a gastar el 5% de su producto interior bruto (PIB) en defensa ha puesto a los astilleros de Europa en el punto de mira de los planes militares de medio mundo. En sus muelles se juega mucho más que la construcción de barcos. De su resiliencia depende parte de la soberanía industrial, tecnológica y militar del continente. Desde Finlandia hasta Cádiz, pasando por Trieste, Saint-Nazaire o Papenburg, los grandes grupos navales luchan por mantenerse competitivos. El informe de SEA Europe es categórico: sin una industria civil fuerte, la capacidad de Europa para mantener su soberanía militar se debilita.

Navantia es un referente mundial en el segmento militar y también en la reparación de cruceros

Pese a las presiones asiáticas por hacerse con este nicho de mercado con precios más bajos, Europa sigue siendo un exportador potente en el plano militar: en 2023, el 50 % de los buques de guerra construidos en el continente se destinaron a terceros países. La cartera acumulada de pedidos sólo en barcos militares y submarinos ronda actualmente los 35.000 millones de euros y sostiene más de 37.000 empleos.

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Acto de botadura del patrullero de altura que Navantia ha construido para la Marina Real de Marruecos 

Roman Rios / EFE

En España, donde las cifras oficiales del primer trimestre la señalan como el segundo país de la Unión Europea con mayor nivel de contratación naval y la sexta potencia mundial en términos absolutos, uno de los astilleros a la vanguardia de las construcciones militares es la sociedad pública Navantia. Esta cuenta con muelles en Cádiz, Cartagena, la Coruña y ahora también en Reino Unido, tras la adquisición de los históricos astilleros irlandeses Harland and Wolff, una operación de 2.000 millones de euros que acabó de cerrarse a principios de este año.

Navantia se ha convertido también en el astillero europeo que más cruceros ha reparado del mundo en estos últimos años –18 en el 2024 y programados 13 para el 2025– aunque su reputación está actualmente en juego por la huelga del sector del metal en Cádiz que está provocando retrasos en los pedidos. Carnival, la mayor compañía del mundo, acaba de llevarse a los astilleros de Marsella al Liberty, que debía ser remozado en Cádiz, con la consecuente demanda judicial.

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Navantia - cruceros

Al margen de los cruceros, Navantia cuenta con una cartera de pedidos militares hasta el horizonte del 2032, con encargos que superan los 10.000 millones de euros. Entre los pedidos más importantes figuran la construcción de cuatro submarinos de ataque S-80, cuya última entrega está prevista para el 2030; el nuevo buque de intervención subacuática (BAM-IS), que será el relevo del buque de salvamento y rescate Neptuno y que va a ser la principal unidad de la armada española para el apoyo a las operaciones de buceo; cinco fragatas y dos buques hidrográficos costeros, además de tres buques logísticos para Reino Unido, un patrullero y varias corbetas para Marruecos y Arabia Saudí.

La cifra sobre la que ronda la cartera acumulada de pedidos actual en materia militar es de 35.000 millones de euros

Otro de los astilleros con más contratación naval es Fincantieri, que este 2025 ha lanzado su nuevo segmento para la construcción de submarinos, tras la integración de las empresas WASS y Remazel Engineering, especializadas en soluciones acústicas y armamento submarino. La firma italiana prevé así duplicar el peso de su división de submarinos y pasar del 4% que representan ahora sobre el total de los ingresos del grupo al 8% de la facturación en 2027: es decir, 820 millones de euros en total. “La consolidación de la demanda en aplicaciones de defensa y de uso dual está convirtiendo la tecnología submarina en una prioridad estratégica para gobiernos e industrias”, señala el consejero delegado de Fincantieri, Pierroberto Folgiero. Y con los nuevos frentes abiertos, todavía más.

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