Alba Puerto y Ezequiel, propietarios de un bar en Rubí: “Nos hemos puesto 900 euros de nómina para pagar las deudas, un autónomo está igual de jodido que un asalariado”

Autónomos

El local de Alba y Ezequiel, dos jóvenes emprendedores, luchan por sacar adelante un negocio afectado por errores y deudas acumuladas

Alba y Ezequiel, propietarios del local 'Rupit Que bo'.

Alba y Ezequiel, propietarios del local 'Rupit Que bo'. 

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En España, emprender conlleva mucho esfuerzo y valentía. Y aunque la idea de emprender puede parecer atractiva para muchos, lo cierto es que los autónomos enfrentan numerosas dificultades. Las altas cuotas dejan a algunos en una situación de vulnerabilidad, especialmente cuando los ingresos no alcanzan para cubrir los gastos mínimos.

Este es el caso de Alba Puerto y Ezequiel, unos jóvenes emprendedores que, tras dejar su trabajo como repartidores, decidieron abrir una charcutería con bar en Rubí. Antes lo habían intentado en Rupit, pero la falta de experiencia y las pérdidas económicas les obligaron a trasladar el local: “Estamos intentando sacar la cabeza y sobrevivir como podemos en este mundo del emprendimiento porque puede parecer sencillo, pero no lo es”, explican en una entrevista para La Vanguardia.

Entrada del local.

Entrada del local. 

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Alba y Ezequiel vieron una oportunidad de negocio en cuanto a la oferta y demanda, pero la realidad no se ajustaba a las expectativas: el turismo era escaso y las ventas insuficientes, lo que les llevó a perder la mitad de su inversión. 

Convencidos de que el producto artesanal que vendían tenía potencial, en Rubí empezaron de cero, pero esta vez sin apoyo económico estatal. Sin embargo, algunos errores como la mala fijación de precios, problemas con proveedores, normativas estrictas y falta de formación les han generado pérdidas que aún arrastran desde el anterior negocio. 

¿Cuál ha sido el error más grande que habéis cometido emprendiendo?

A: El error más grande que cometimos fue no fijar los precios adecuados desde el principio. Empezamos vendiendo muy barato. Por ejemplo, la Coca-Cola la teníamos a 1,60 € con una tostada con embutido, mientras que en la zona la vendían como mínimo a 2,20 €. Eso hizo que no sacáramos un margen justo de beneficio y eso puso en riesgo nuestro negocio. 

Además, no supimos aprovechar bien las redes sociales ni comunicar lo que hacíamos, por lo que no llegábamos a mucha gente. También la ubicación fue un problema, aunque estamos en la calle principal del pueblo, que en un principio parece una ventaja, la zona está más orientada a tiendas que a bares. A la vez,-  aunque esto no era culpa nuestra -, cuando abrimos había una obra enorme justo al lado; colocaron una chapa metálica que bloqueaba la acera, así que la gente no nos veía. 

Tenemos una presión muy grande porque somos dos personas que estábamos acostumbrados a ahorrar y tener dinero

Alba PuertoEmprendedora

¿Cómo os afectó el ruido?

E: Las máquinas hacían mucho ruido durante horas e incluso temblaban las paredes. Hasta nosotros nos costaba estar allí adentro. ¿Cómo iba a querer alguien tomarse un café ahí? Esto hizo que mucha gente no se enterara del nuevo local. 

¿Qué nuevos cambios habéis hecho para atraer más clientes?

A: Lo primero fue, sin duda, ajustar los precios acordes con el mercado. No podíamos seguir vendiendo por debajo del precio de mercado, así que poco a poco fuimos subiendo, pero siempre intentando seguir siendo competitivos. Por otra parte, trabajamos en la imagen del local; cambiamos las pizarras, decoramos mejor los escaparates para llamar la atención de los clientes y hemos creado una tarjeta de fidelización que ayuda a que la gente vuelva.

E: Por otro lado, para contrarrestar el problema de la visibilidad, hemos puesto una pizarra colorida en la calle informando que tenemos comedor interior. Nos hemos ido apuntando a todos los eventos posibles como ferias, carnavales, etc.

¿Y cómo os va con las redes sociales?

A: Empezamos muy mal, porque publicábamos sin estrategia. Hace poco hice un video explicando que estábamos en perdidas y tuvo mucho alcance y esto ayudó también a que más gente nos conociera. Ahora sabemos que hay que cuidar mucho más ese canal y estamos intentando usarlo mejor. Hemos aprendido de los errores sobre la marcha, solucionado algunas cosas y, sobre todo, escuchando a los clientes. 

Charcutería.

Charcutería. 

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¿Has tenido problemas con proveedores al deberles dinero? ¿Te han seguido vendiendo?

A: Hay algunos proveedores, como el del embutido, con los que llevamos trabajando casi tres años desde Rupit. Siempre hemos ido al día pagándoles, así que confían en nosotros. Ahora bien, hemos tenido momentos duros, pero por suerte, cuando ha habido alguna factura que no hemos podido pagar, lo que solemos hacer es negociar. Obviamente, no puedes deberles cinco meses, pero se puede llegar a pactos. Eso sí, si eres un mal pagador o no te conocen, no te van a confiar ni un euro.

Al cumplir un año, pedimos un préstamo, pero el banco lo rechazó porque estábamos en pérdidas

EzequielEmprendedor

¿Habéis conseguido alguna ayuda del banco?

E: Lo único que hemos conseguido han sido préstamos personales, pero como empresa no nos han dado absolutamente nada, porque según ellos no llevábamos ni un año como sociedad. Cuando por fin cumplimos ese año, ya nuestra empresa estaba en pérdidas, así que nos rechazaron el préstamo.

A: Este proceso ha sido muy frustrante, porque si tú vas a pedir ayuda económica es porque la necesitas. Te apoyan cuando tienes dinero, ¿pero si tuviera dinero, por qué lo pediríamos? Es un poco contradictorio y no tiene sentido. Entiendo que quieran asegurarse de que vas a poder devolverlo, pero debería haber otra manera de evaluar eso: porque justo cuando más lo necesitas, es cuando más puertas se cierran. 

El año pasado, en verano, perdí ocho o nueve kilos, porque no sabíamos como afrontar la situación

Alba LeónEmprendedora

Con todo lo que habéis vivido, ¿cómo sientes que se trata al autónomo hoy en día?

A: Muy mal sinceramente. Ni por un lado ni por otro hay ayudas, ni del banco, ni del Estado. Lo único que hay es una reducción en la cuota de autónomos el primer año. Luego hay ayudas concretas, pero casi nunca te aplican. Y en cuanto a los bancos, en lugar de ayudar al autónomo, te ponen comisiones por todo. 

¿Crees que es muy normal que un autónomo tenga pérdidas?

A: Sí, es más común. De hecho, la primera vez que le dije a mi gestor que estábamos en pérdidas no le sorprendió para nada, porque es muy común entre los autónomos. Hay muchos impuestos y cuotas que hay que pagar: la cuota de sociedad, la Seguridad Social, el alquiler, el sueldo del empleado, el IRPF. Y, en cuanto empiezas a ganar un poco, te cobran esos impuestos.  Y piensas: ”¡No hay manera de sacar la cabeza de aquí!”. Por eso, casi todo el mundo en algún momento debe dinero. 

De hecho, nosotros nos hemos puesto un salario de 900 euros para pagar las deudas. Son momentos en los que hay que apretar más y ajustar gastos, pero confiamos en que vendrán tiempos mejores. Tenemos una presión muy grande porque somos dos personas que estábamos acostumbrados a ahorrar y tener dinero en la cuenta, y ahora estamos a cero. 

Local de Alba y Ezequiel.

Local de Alba y Ezequiel. 

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¿Y cómo crees que la gente percibe al emprendedor?

A: Creo que hay mucha gente asalariada que odia al empresario, como si estuviéramos forrados, y en realidad no saben lo que hay detrás. El sistema tampoco ayuda. Es como si todo estuviera puesto para que no emprendas o para que te arrepientas de haberlo hecho.

Además, un local de barrio como el nuestro, al final solo vives para cubrir lo justo. Te conviertes prácticamente en un empleado del Estado; no tienes jefe dentro del local, pero tu jefe es el Estado básicamente. No eres tan autónomo como tú te piensas.

Un autónomo está igual de jodido que una persona asalariada

Alba LeónEmprendedora

¿Cómo habéis manejado la frustración durante todo este tiempo?

A: Muy mal. Yo el año pasado, en verano, perdí como ocho o nueve kilos, porque no sabíamos cómo afrontar la situación. Ahora mismo, vamos tirando adelante como podemos, pero hemos pasado mucho estrés, insomnio, hemos comido mal. Ha sido horrible. 

¿Qué fue lo os hizo seguir adelante incluso cuando estabais al borde cerrar?

A: No nos gustaba deber, pero en el momento que dijimos: “Si tenemos que deber, debemos. Fin.” No somos peores personas por eso. Nos liberamos de ese miedo. Estamos trabajando todo lo que podemos, - no tenemos que avergonzarnos-, y aun así no llegamos a fin de mes. Esta mentalidad nos ayudó muchísimo a soltar esa angustia. No queremos cerrar porque no es un proyecto que esté mal, sino por errores que habíamos cometido y que a día de hoy estamos pagando. 

¿Crees que vuestra honestidad y transparencia sobre las pérdidas en vuestras redes puede ayudar a otras personas?

E: La gente se identificaba con lo que contamos por qué  emprender no es un camino de rosas. Muchos piensan que ser autónomo es tener libertad y mucho dinero, pero no es así. Y aunque puedas decidir el horario, también dependes del público. Un autónomo está igual de jodido que una persona asalariada. 

Por último, ¿qué les dirías a otros emprendedores en la misma situación?

E: El camino es duro, y aunque te formes mucho antes de abrir un negocio, te vas a encontrar con muchos obstáculos. Les animamos a que no se rindan y que estén siempre en posición de aprendiz. Tienes que dejarte ayudar también y no pensar que tienes la clave de todo. También les diría que aprendan a valorar las pequeñas victorias, ya que son progresos. 

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