Las cuentas de Tesla siguen dibujando un panorama de dificultades para la firma liderada por Elon Musk. En el segundo trimestre el resultado fue peor de lo esperado por los analistas. Los ingresos cayeron un 12%, a 22.500 millones de dólares, con la mayor caída en una década. El beneficio se redujo un 16% en el segundo trimestre del año, hasta los 1.172 millones de dólares. Las acciones de la compañía caían más del 7% en los primeros intercambios de este jueves.
Las cuentas sufren por las menores entregas de vehículos, que caen un 14%, hasta las 384.122 unidades. Aunque las cifras de ventas fueron inferiores a lo previsto por los analistas, la producción de vehículos superó las expectativas, al mantenerse estable en 410.244 unidades. La transición a nuevos modelos, sobre todo el Model Y, y los boicots por las posturas políticas de Musk pesan. Asimismo, encaja un golpe de 300 millones por los aranceles. También afectan capítulos como la venta de derechos de emisiones a terceros, que caen un 51% y en otros momentos han sido un impulso en los resultados.
Musk advirtió en una llamada con analistas que vienen “unos cuantos trimestres difíciles”, afectado por la retirada de los subsidios de hasta 7.500 dólares a la compra de eléctricos en EE.UU. Tesla mantiene su atención puesta en los servicios de robotaxi, que quiere llevar a más ciudades, y un eléctrico propio de menor coste, del que se han empezado a fabricar las primeras unidades el pasado junio.
Pese a los resultados, Musk volvió a vender un futuro próspero. ”Si Tesla sigue teniendo un buen desempeño en la conducción autónoma y robots humanoides, será la empresa más valiosa del mundo”, declaró. Reconoció que “habrá dificultades iniciales” a medida que la empresa invierta en estas partidas.