Uno de los propósitos de la mayoría de las personas es conseguir un futuro consolidado, en el que el dinero no sea un problema: vivir una vida estable, permitiéndose ciertos caprichos, con una casa pagada y una jubilación digna que les permita pasar el resto de sus años con libertad financiera.
Estas personas no trabajan solo por necesidad, sino también por sus sueños: disfrutar del tiempo libre, viajar, realizar aquellas actividades que desean, sin preocuparse por llegar a fin de mes. Sin embargo, a pesar del esfuerzo constante, muchos se sienten estancados, aunque trabajen tantas horas como les es posible.

Uno de los propósitos de la mayoría de las personas es conseguir un futuro consolidado.
Helena Soto, experta en negocios e inversiones, comparte su punto de vista sobre el dinero y los ahorros en el pódcast de Eduardo Acevedo. Con años de experiencia en el mundo empresarial y financiero, Soto desmitifica uno de los discursos más tradicionales sobre el ahorro y el éxito económico.
Decirle a alguien que gaste menos lo conviertes en una persona miserable
Alguna vez todos hemos escuchado que ahorrar es muy importante y que es esencial adoptarlo como un hábito, sobre todo cuando se es joven y se tiene mayor capacidad para hacerlo. Sin embargo, aunque este hábito es clave para unas buenas finanzas, la experta cree que es un error pensar que reducir continuamente el nivel vida es la solución, ya que eso puede llevar a una vida más limitada y frustrante: “Desde mi punto de vista, la solución para llegar mejor a fin de mes o que tus gastos del día a día no te agobien, no es nunca gastar menos, siempre es ganar más”, explica.
No se trata de reducir al mínimo de los pequeños placeres, ni de caer en una mentalidad de escasez, sino de enfocarse en cómo aumentar un poco el ingreso económico. Actualmente, con la inflación global, ahorrar se ha convertido en un reto y, en muchos casos, en un privilegio. Por ello, la experta recomienda centrarse en buscar nuevas fuentes de ingresos en lugar de modificar drásticamente hábitos que también aportan bienestar.
Esto no significa vivir por encima de las posibilidades, sino mantener el ahorro también como una prioridad, sin renunciar al estilo de vida actual. “La gente dice 'no pues no salgas nunca' y entonces con esos consejos acabas de hacer a esa persona miserable”, señala.
Para la empresaria, esta perspectiva cambia por completo la manera en que se abordan las finanzas personales. Por ejemplo, los famosos 'gastos hormigas', esos pequeños gastos diarios como comprar un café o salir a cenar, no deberían eliminarse por completo, ya que son detalles que, en muchos casos, son necesarios y dan energía, motivación y calidad de vida mientras se planifica el futuro.
En lugar de culpabilizarse por gastar cada moneda, Soto recomienda complementar la educación financiera, el ahorro y la búsqueda activa de nuevas formas de generar ingresos. Solo así, afirma, es posible alcanzar un bienestar económico, donde el equilibro entre el disfrute y el crecimiento personal se mantenga a largo plazo.