Alba Lara, propietaria de un bar en pérdidas en Rubí: “Me tomo esto como parte de mi historia de éxito en la que primero tengo que pasar por ciertas cosas”

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El emprendimiento no es un camino fácil: mantener la esperanza es clave para seguir adelante. Así lo cuenta Alba Lara,  autónoma y propietaria de un negocio local

Alba Lara, propietaria de una charcutería-bar en Rubí.

Alba Lara, propietaria de una charcutería-bar en Rubí. 

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La trayectoria de Alba Lara no ha sido un camino de rosas; tras una primera experiencia emprendedora fallida, marcada por pérdidas económicas y errores de gestión, decidió junto a su socio trasladarse a Rubí con una charcutería-bar. Con deudas heredadas de su etapa anterior, tuvo que enfrentarse a la dura realidad del emprendimiento y, aunque actualmente sigue buscando un nuevo local, hay dos pilares esenciales que le han dado esperanza y la motivación para creer en su negocio: el impacto de las redes sociales y la solidaridad de la comunidad.

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Alba Lara y sus compañeros. 

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Si emprendes debes de seguir andando y no rendirte

Alba LaraAutónoma

Lo que inicialmente sería una inversión de 26.0000 euros, se acabaron gastando 70.000 euros, arrastrando con imprevistos que no tenían contemplados. A través de sus redes sociales, lo que empezó como un desahogo sobre su situación en las redes, plataformas como TikTok e Instagram lograron generar empatía entre los usuarios. 

En uno de esos vídeos, Alba mostraba su realidad del negocio, con sus altibajos y en la que confesaba las deudas que tenía a pesar de tener clientes y cómo tenía que seguir trabajando para seguir pagando sus facturas. “A este tipo de historia a la gente le llega y empatiza, porque todos somos humanos y todos tenemos problemas”, explica.

No solo recibió mensajes de sororidad y apoyo, sino que también captó nuevos clientes para sus productos. De allí surgieron “ramos de embutidos”, que empezaron a venderse. “Hay gente que ha venido y nos dice: ‘¡Ay! Yo os conocí por TikTok. Desde que subimos el ramo de embutidos, hemos vendido bastantes ramos por internet”, señala.

En medio de toda la odisea, Alba y su entonces socio, encontraron un gran apoyo en la comunidad de charcuteros, quienes compartieron sus consejos y experiencias. Esto les permitió no solo darse cuenta en qué estrategias fallaban, sino también fortalecer su motivación. “Nos vino una charcutera y nos dio algunos consejos. La gente busca hacer comunidad y eso es también muy bonito”, exclama.

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Una de las cosas que ha tenido que aprender ha sido enfocarse en el presente y valorar cada pequeño logro.“Cuando estás en un proyecto así, tienes que aprender a valorar también las pequeñas victorias y decir: 'Oye, mira, aunque todo esté mal, hoy he facturado 200 euros'. Intento valorarlo y no decir, tenía que llegar hasta los 500 euros”, confiesa.

Con todos estos aprendizajes, Alba considera que los desafíos forman parte del camino hacia el éxito: “Me tomo esto como si fuera parte de mi historia de éxito, como que algún día voy a tener este éxito y que para llegar hasta allí, pues tengo que pasar por ciertas cosas también”, añade. “El camino se aprende andando…. Te vas a dar golpes igualmente. Lo que tienes que saber es que no tienes que rendirte y debes estar emprendiendo, siempre en posición de aprendiz”, concluye.

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