La cultura oriental y occidental siempre han encontrado puntos de fricción. Ya sea en el ocio o en el oficio, son dos puntos opuestas en un panorama cada vez más globalizado y que, poco a poco, parece decantarse hacia Oriente.
Adrián Díaz, un empresario español instalado en China, ha tenido que adaptarse a la mentalidad oriental para poder prosperar a nivel profesional, pero, además, sirve como altavoz para exponer una realidad muy diferente a Occidente.
El empresario ha sido invitado al podcast de Uri Sabat, La Fórmula del Éxito, para tratar de abordar las diferencias entre una cultura y otra y ofrezca su propia experiencia.
“Hemos ida a China porque allí se podía multiplicar el dinero más y mejor”, responde el empresario desde su experiencia. “Si tú le propusieras a un chino que puede ganar 5.000 dólares el resto de su vida, pero ni un centavo más, no te lo firma”, expone.
“El sueño de un chino no es ganar mil, dos mil o tres mil, es ser rico”
Esto pone de manifiesto una clara diferencia respecto al mundo occidental. “El sueño de un chino no es ganar mil, dos mil o tres mil, es ser rico”, explica Adrián Díaz.
Bajo esta premisa se dibuja una base del paradigma económica que vive China. Los ciudadanos buscan crecer profesional y financieramente cada día, sin un techo ni un tope que les haga estancarse.


