El FMI eleva al 2,3% su previsión de crecimiento para España este año

Proyección económica

La economía española se mantiene fuerte  por sus resultados en las exportaciones, incluido el turismo, la recuperación de la demanda interna y del empleo o un menor déficit fiscal, donde aun precisa paliativos

El FMI eleva al 2,3% su previsión de crecimiento para España este año
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El FMI eleva las perspectivas de crecimiento mundial

El informe de perspectivas del Fondo Monetario Internacional, publicado este viernes en Washington, sostiene que el crecimiento de la economía mundial se mantiene estable, aunque mediocre, mientras España sigue al alza. El FMI avisa, además, de los riesgos desestabilizadores de una guerra comercial con la imposición de aranceles de la mano de Donald Trump, que conlleva el peligro de volver a disparar una inflación en proceso de desaceleración.

Según Pierre Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, “un ciclo termina y otro comienza en medio de una creciente divergencia”.

La previsión del FMI es que la economía mundial crezca un 3,3% este bienio, sin cambios respecto al documento del pasado octubre. Este porcentaje está por debajo de la media histórica del 3,7%, entre el 2000 y el 2019.

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España es como un corcho, su macroeconomía se mantiene a flote, por encima del resto de países de la zona euro, que se sumergen, pese al ruido interno. Esta revisión da una expansión del 2,3% para el 2025, dos décimas más que en el anterior informe, mientras se queda igual para el 2026, con un 1,8%.

Su crecimiento contrasta con el 1% de la zona euro para este año, dos décimas menos que en el trimestre previo. Aún resulta más elocuente la comparación con el 0,3% de Alemania, y la pérdida de cinco décimas; el 0,8 de Francia (menos tres); o el 0,7 de Italia, una décima menos.

Kristalina Georgieva, directora general del FMI

Kristalina Georgieva, directora general del FMI

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“Lo que explica este relativamente fuerte crecimiento de España es en parte debido al sólido desarrolló exportador, y esto incluye el récord de ingresos por el turismo, pero también ha continuado con la recuperación de la demanda doméstica y en particular el consumo privado, y refleja además las ganancias en el mercado laboral o la disminución gradual de la tasa de ahorro de los hogares”, remarcó en rueda de prensa Deniz Igan, una de las investigadoras jefe del FMI.

Igan añadió que también creen que España se ha beneficiado en términos económicos “por la resiliencia del sistema financiero, un gran superávit de cuenta corriente y un menor déficit fiscal, junto con una mayor disminución de la duda pública en relación al PIB”. Pero avisó que “esto no significa que no se necesiten medidas discrecionales ambiciosas adicionales para reducir el déficit en los próximos años”. 

Entre las economías avanzadas, las revisiones de las previsiones de crecimiento van en direcciones diferentes. En Estados Unidos, la demanda subyacente sigue siendo sólida, reflejando fuertes efectos de riqueza, una política monetaria menos restrictiva y condiciones financieras favorables.

Su pronóstico para el 2025 se sitúa en el 2,7%, cinco décimas por encima del cálculo de octubre. Su economía refleja señales de fortaleza, mientras que se espera que el crecimiento disminuya en el 2026.

EE.UU., con mucho más impulso que la eurozona

La zona euro también espera un crecimiento, si bien a un ritmo más gradual del que se anticipó en la ocasión previa, “con tensiones políticas que siguen pesando en el sentimiento”.

Esta expansión más débil de lo augurado a finales del 2024, con el desempeño alemán rezagado respecto a los otros países del área, refleja sobre todo la debilidad en la industria manufacturera, de las exportaciones de bienes y el precio de la energía (cinco veces más cara que en EE.UU., el doble que antes de la pandemia), aun cuando el consumo se recuperó en línea con el restablecimiento de los ingresos reales.

La economía de China también se revisa una décima al alza, hasta el 4,6%, un incremento, sin embargo, por debajo de las expectativas.

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Otra faceta que se reexamina ligeramente a la baja para el 2025 y 2026 es la estimación del volumen del comercio mundial. Esto se debe al aumento brusco de la incertidumbre en la política comercial y la anticipación de más restricciones que, aunque no se le cita, apuntan al próximo presidente estadounidense.

“Una intensificación de las políticas proteccionistas, por ejemplo, con una nueva oleada de aranceles, podría exacerbar las tensiones comerciales, reducir las inversiones, distorsionar los flujos mercantiles y volver a interrumpir la cadena de suministros”, avisa el FMI.

El cambio de inquilino en la Casa Blanca supone un giro relevante, puesto una política fiscal más flexible, con el recorte de impuestos y desregulaciones, puede impulsar la actividad económica a corto plazo, con positivos efectos indirectos hacia el crecimiento global. Pero, a medio plazo, esto requeriría ajustes en la política fiscal que podría llegar a ser perjudicial para los mercados y la economía al debilitar potencialmente al Departamento del Tesoro como un activo seguro global, entre otras cosas.

La confianza y el sentimiento positivo en EE.UU. Podrían impulsar la demanda y la oferta de la economía. Pero si bien una relajación excesiva de las regulaciones puede estimular el crecimiento a corto plazo de EE.UU. A través de inversiones, la apreciación del dólar aumentaría los riesgos de la salida de capitales de países emergentes y economías en desarrollo propiciando multiplicar las divergencias.

El FMI ve impactos negativos en una nueva ola arancelaria

Así que la actividad global, y también la estadounidense, se podrían ver afectadas negativamente a medio plazo. Todo esto alienta las diferencias entre países influenciados por vínculos comerciales y financieros.

“Respuestas a acciones realizadas por otros países podrían producirse con una variedad de formas, incluyendo una escalada de aranceles de represalia”, subraya.

A su vez, las dinámicas de inflación se asomarían a un incremento por el efecto de esos aranceles. “Diversos factores sugieren que el riesgo de que rebrote la inflación es más alto que en otras ocasiones”, insiste el informe.

Este riesgo supondría que los bancos centrales aplicarían subidas de los tipos de interés y se intensificarían las divergencias por la política monetaria. “Unas tasas de interés más altas durante un periodo aún más prolongado podrían empeorar los riesgos fiscales, financieros y externos”, matiza.

Y aclara que un dólar más fuerte, que surge de los diferenciales de tasas de interés y aranceles, entre otros elementos, “podría alterar los patrones de flujo, los desequilibrios globales y complicar las transacciones macroeconómicas”.   

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