Banc Sabadell ha optado finalmente por llevar a cabo dos juntas de accionistas extraordinarias y consecutivas con un solo orden del día cada una para aprobar, primero, la venta de la filial TSB y luego, la distribución de dividendo con el dinero obtenido. Es la opción que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha considerado que era la correcta para dar cumplimiento al deber de pasividad y a la ley de opas que debe cumplir el Banc Sabadell, según las fuentes consultadas.
Las dos juntas se celebrarán -como estaba previsto- el 6 de agosto en Sabadell. La primera a las 10 de la mañana y la seguda tres horas más tarde. En un solo hecho relevante remitido a la CNMV ayer se dio cuenta de las dos juntas.
Los analistas estiman que el precio de venta de la filial británica es superior a la valoración del banco
Mientras hay una opa en marcha, el consejo de administración tiene “deber de pasividad” en el sentido de no llevar a cabo medidas que entorpezcan la operación pero la empresa (en este caso el banco) sigue siendo propiedad de los accionistas y estos pueden tomar las decisiones que consideren. Por eso, una venta como la de TSB que en circunstancias normales podría ser tomada por el consejo, en este caso ha de ser validada por los legítimos propietarios en una junta extraordinaria. Es lo que se hará en agosto. Lo mismo sucede con el reparto de dividendos.
El Sabadell de hecho ya ha usado la junta para revertir algunas decisiones derivadas de la opa hostil. Por ejemplo, después de que el BBVA lanzara su ofensiva por el banco, el Sabadell se vio obligado a paralizar el proceso de recompra de acciones propias. En cambio, en la junta de este año se aprobó reanudar esa recompra porque así lo decidieron los accionistas.
El miércoles, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, señaló que habían cumplido con el deber de pasividad. Lo cierto es que si no lo hubieran hecho, la CNMV ya lo habría advertido como parece que ha hecho con el formato de las juntas.
Sobre la operación de venta de TSB, la mayoría de los analistas consideran que el precio pagado por el Santander (3.100 millones de euros) es superior al que estimaban los analistas sobre cuál era el valor de la entidad británica. También opinan que es un movimiento defensivo la distribución de buena parte de lo obtenido en dividendos. El Sabadell pagará 50 céntimos por acción, lo que equivale a 2.500 millones de euros.
Aunque ayer el BBVA subió más que el Sabadell, la prima de riesgo sigue en negativo, en un -9,48. Por eso, algunas casas de análisis estiman que el BBVA debería subir su oferta. Primero, para cubrir esa pérdida de valor para los accionistas del Sabadell y, después, para ofrecerles un incentivo. Por ejemplo, JB Capital opina que el BBVA podría mejorarla en un 16% con efectivo. Otros analistas llegan a plantear escenarios de subidas del 20%.
Ayer, a preguntas de los periodistas el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, recordó que no pueden “tener opinión sobre este tema y menos en este momento”. Escrivá remarcó que se trata de una operación que está en manos de los accionistas.
El Sabadell quiso el miércoles desvincular la venta del TSB de la opa del BBVA, aunque al mismo tiempo, su consejero delegado reconoció que con la desinversión se encarece y dificulta la operación. El Sabadell desde el primer momento ha optado por devolver el dinero obtenido con la venta a los accionistas. Es el mismo mecanismo que ha seguido el banco catalán desde que arrancara la batalla con el BBVA en mayo pasado hizo un año. El presidente Josep Oliu ha tratado de armar junto con su equipo una alternativa a la venta de las acciones al BBVA basada en una remuneración al accionista que en los próximos meses se acercará al 28%.
Tanto es así que el presidente y el consejero delegado han recordado esta semana que sólo se cobrará el dividendo si se es accionista en el momento del reparto, por lo que si se acude a la opa no se tendrá el derecho. Según el Sabadell, las decisiones que se adopten en las dos juntas del próximo día 6 de agosto quedarán blindadas porque será un “derecho adquirido” en palabras de González-Bueno .
La otra consecuencia que tiene la salida del Reino Unido por parte del Sabadell es que el banco se hace más pequeño y, por lo tanto, teóricamente sería más fácil que pudiera ser opado por un tercero. A juicio de González-Bueno, si fracasa en este asalto el BBVA es difícil que lo intente una tercera vez. Y respecto al Santander y a la CaixaBank ve difícil que pudiera lanzar una compra hostil.