Y Trump cogió su fusil

Opinión

El 9 de julio llega a su fin la tregua de Trump para no aplicar sus aranceles recíprocos. Y aunque sólo algunos países los han pactado, comienzan a pergeñar con claridad la emergencia de un nuevo orden mundial. No hace tanto, Trump aparecía como un abusón que amenazaba y sin idea clara de qué quería, acompañado con la esperanza de que esa bravuconería quedaría en agua de borrajas. Pero sólo ciñéndonos a las relaciones económicas con el exterior, la verdad está siendo muy otra. Vean si no.

Primero, fiscalidad. Ha conseguido que el G-7 exima a las empresas multinacionales americanas del mínimo del 15% de impuestos acordado en 2021. No está mal.

Se comienza a pergeñar con claridad la emergencia de un nuevo orden mundial

Segundo, tecnológicas. Canadá ha suprimido el impuesto sobre servicios digitales: condición para continuar las negociaciones, mientras el conflicto con el de la Gran Bretaña se ha dejado para más adelante. Tentémonos la ropa: España, Francia o Italia también lo tienen.

Tercero, made in USA. Una parte no menor del 5% de gastos militares de la OTAN se va a dirigir a empresas americanas: Gran Bretaña ya ha anunciado que la Royal Air Force recuperará su papel nuclear con los F-35A fabricados por Lockheed Martin.

Cuarto, aranceles. Hasta hoy sólo algunos acuerdos, pero que dibujan el futuro. Con Gran Bretaña, los EE.UU. los reducen al 10% para automóviles (solo para una cuota de 100.000 unidades) y los eliminan para el acero, aluminio y componentes aeronáuticos (a cambio, adquisición de aviones Boeing); por parte británica, supresión de regulaciones para productos agrícolas y químicos americanos.

Con China, continúan en vigor los aranceles del 30% por parte americana y del 10% por la de China y, en el ínterin, Washington levanta prohibiciones sobre exportación de ciertos chips y Pekín reanuda las de tierras raras y/o a concede permisos de exportación a productos que las incorporen.

Por su parte, Vietnam accede a aranceles cero para productos americanos y de un 20% para los suyos, aunque suben al 40% para los productos que utilicen su territorio (procedentes de China). Finalmente, con Japón, Canadá y la UE la situación continua en el ámbito de la presión, y no es evidente donde vaya a terminar y si lo harán antes del 9 de julio.

La narrativa de un Trump que no controla esa nueva firmeza de los EEUU ha quedado desmentida: el que ha cogido el fúsil tiene muy poco del pacifista de la famosa película de 1971. Y el First America trumpista, con hondas raíces en la posición antibelicista e aislacionista de los años 30 y 40, ha regresado con fuerza. Y, salvando todas las distancias, parece un dejà vue del Diálogo de Melos de la guerra del Peloponeso. Como afirmaron los emisarios atenienses a los melios: ‘los poderosos hacen lo que les permiten sus fuerzas y los débiles ceden ante ellos’. Porque, en lo tocante a las relaciones internacionales, sólo hay justicia entre iguales.

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