La alternativa económica

El Congreso del PP ha permitido visualizar que existe una política económica distinta a la que viene practicando el gobierno de coalición progresista. Una alternativa de corte conservador liberal basada en recuperar la independencia de las instituciones, reducir el intervencionismo, mantener o reducir la presión fiscal y sanear las cuentas públicas. En definitiva, un modelo que conecta mejor con el mundo empresarial.

Pero tal vez el elemento que más confianza da al mundo de los negocios es saber que Feijóo tratará de gobernar en solitario. Como máximo puede llegar a un pacto de legislatura con Vox, pero sin vicepresidente, ni ministros de la extrema derecha. Es decir, un cambio radical de la gobernanza utilizada por Sánchez en estos siete años y que es el origen de la inestabilidad de las decisiones.

Se trata de recuperar el modelo de democracia parlamentaria en el que gobierna el ganador

Ahora el Ejecutivo para sacar adelante una ley depende de la extrema izquierda de Sumar, Podemos, Bildu y ERC, cuyas exigencias chocan con los planteamientos liberales de los partidos independentistas de derechas como PNV y Junts.

La incoherencia es tan evidente que ha provocado que una gran parte de los proyectos se hayan quedado en dique seco, como ha sucedido con la reducción de la jornada laboral. Esta incongruencia en la política económica derivada de las diferentes sensibilidades del bloque de investidura es la que preocupa y espanta las inversiones y, desde luego, es lo que mejor explica que llevemos ya tres años sin presupuestos. De alguna manera, esto aclara por qué el modelo de crecimiento se basa en un aumento de la población más que en un aumento de la productividad.

Feijóo quiere evitar caer en el mismo error que Pedro Sánchez comprometiéndose a no hacer un gobierno de coalición sino un gobierno monocolor que le permita gobernar con coherencia. Sin duda esta es su gran baza, que le acercará a La Moncloa en las próximas generales. Con esta estrategia trata de captar el llamado “voto útil” conservador.

En su opinión, donde hay que trabajar es en el Parlamento, consiguiendo alianzas en el hemiciclo para sacar adelante proyectos. Se trata de recuperar el modelo de democracia parlamentaria en el que gobierna el ganador y busca apoyos concretos. Es decir, el modelo que se había venido practicando hasta que Pedro Sánchez cambió la forma de gobernar.

En la medida en que la estrategia del PP parece estar dando resultado en las encuestas, mientras se debilita el proyecto del gobierno de coalición, es de esperar una reacción de Sánchez, como también es de esperar que los socios del bloque de investidura acudan en ayuda del gobierno socialista. Paradójicamente, lo que han sido los peores días de Sánchez en La Moncloa a causa de los presuntos casos de corrupción pueden ser su mejor sostén.

Nadie excepto Podemos quiere dejar que se desangre el PSOE. Dado que provocaría la mayor crisis de la izquierda desde la caída del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

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