La reducción de jornada, la medida estrella de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se retrasa. No se votarán las enmiendas a la totalidad la semana que viene, tal como estaba previsto. Quedará para el próximo periodo de sesiones, lo que supone un retraso adicional para una norma que encuentra grandes dificultades en su tramitación y que no tiene en absoluto garantizada su aprobación.
Dos son las razones que han llevado al ministerio de Trabajo a adoptar este nuevo retraso. Por un lado, el actual clima político, en el que la votación sobre la reducción de jornada hubiera sido secuestrada por la situación política, transformándose en un plebiscito sobre apoyo o no al Gobierno. La segunda razón es que Junts ha requerido más tiempo antes de adoptar una posición.
“La ley no es posible sin consenso, debe ser una oportunidad”, aseguran en un comunicado
En un comunicado conjunto entre el Ministerio de Trabajo y Junts, se especifica que para la formación catalana “la ley no es posible sin consenso, debe ser una oportunidad para las pymes y que recoja todas las peticiones algo que requiere, en todo caso, de tiempo y de seguir trabajando”. El comunicado se ha publicado después de una reunión mantenido esta mañana los equipos del ministerio y de Junts.
Entre las reivindicaciones de Junts están las de “proteger a las pymes, los autónomos y los trabajadores de Catalunya”, algo que el ministerio está negociando en particular con la fuerza política catalana y también con otros grupos políticos. Pero, en el caso de Junts la posición es más substancial por el hecho de que ha presentado una enmienda a la totalidad al proyecto de la reducción de jornada, y de que, por supuesto, sus votos son indispensables.
“No renunciamos a que el proyecto se apruebe antes de que termine el año”, indican desde el Ministerio de Trabajo, a pesar de este nuevo retraso, y de que el apoyo de Junts no está en absoluto garantizado. “Estamos más cerca ahora que hace dos meses”, añaden desde Trabajo, sin concretar más sobre los planes que se hayan podido ofrecer a Junts para convencerlos de que den su apoyo.
Esta mañana, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, Yolanda Díaz, ya ha manifestado que la votación se produciría cuando hubieran “las mejores condiciones posibles”. Una frase que chocaba con la posición contundente que había mantenido hasta el momento respecto a que querían votar las enmiendas a la totalidad antes del verano. Una vía que se ha confirmado esta tarde al anunciarse el retraso de la votación.
De esta manera, el proyecto de la reducción de jornada sufre otro obstáculo en un camino ya bastante accidentado. Primero en la negociación con los agentes sociales en la que la patronal se demarcó; después, en las discrepancias entre los ministerios de Trabajo y Economía, con Yolanda Díaz consiguiendo finalmente imponer que no se tocara el texto y que se tramitara por vía de urgencia, y ahora con su entrada en el parlamento. La presentación de la enmienda a la totalidad de Junts ya fue un toque de atención, y ahora ha forzado como mínimo a un nuevo retraso en la tramitación.
El proyecto de ley prevé tanto la reducción de la jornada a 37,5 horas semanales, como la garantía del registro de jornada, con un control telemática y accesible por la inspección de Trabajo, además del derecho a la desconexión digital.
Junts lleva meses recibiendo presiones por parte del empresariado catalán, con Foment al frente para que se oponga a este proyecto de ley. Hasta el momento no se ha pronunciado de forma definitiva, pero ha expresado muchas reticencias, especialmente por la situación en que puedan quedar la pymes catalanas.
Si el proyecto de ley fuera finalmente rechazado, volvería al Consejo de Ministros en lo que supondría una gran derrota para el Gobierno en particular y muy especialmente para Yolanda Díaz, que lo ha convertido en su proyecto estrella de la legislatura. Algo parecido a lo que fue la reforma laboral para la legislatura anterior.
