Trump dice que no despide al presidente de la Fed pero sugiere que podría echarlo por fraude

EE.UU.

El líder estadounidense, obsesionado con dar el finiquito a Jerome Powell ante su negativa a bajar los tipos de interés, eleva la sospecha del sobrecoste en las obras de la renovación de la sede de la Reserva Federal

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Esa extraña pareja formada por Donald Trump y Jerome Powell, al que el presidente de EE.UU. colocó al frente de la Reserva Federal en su anterior mandato 

ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP

Jerome Powell se ha se convertido en el villano favorito de Donald Trump, que lo tiene entre ceja y ceja como una obsesión.

En su habitual forma de actuar, primero tira la piedra y luego esconde la mano, Trump aseguró en la Casa Blanca este miércoles que es “muy poco probable” que despida de forma fulminante al presidente de la Reserva Federal (Fed), “salvo que se tenga que ir por fraude”, matizó.

Trump reiteró que, gracias a que la economía del país va muy bien, los efectos negativos de la “horrible” política de Powell al frente del banco central de EE.UU., por su tozuda negativa a rebajar los tipos de interés como él reclama con insistencia, no tienen un efecto pernicioso a  nivel macro, aunque si afecta al bolsillo de los ciudadanos.

Frente a las reticencias de Powell, el entorno del líder republicano y él mismo han empezado a agitar la sombra de la sospecha sobre el jefe de la Fed como consecuencia de la renovación del edificio de la Reserva Federal, un proyecto que asciende “a 2.500 millones de dólares, con un sobrecosto de 900 millones”, aseguró, sin sacar prueba alguna de irregularidades.

La presión va creciendo cada vez más y la cuota se elevó mucho cuando trascendió que Trump sopesó la noche del martes, en una reunión con una docena de legisladores de la ultra derecha, si debía echar a Powell, según avanzó la CBS.

Pocos después, The New York Times informó que el presidente había mostrado a esos congresistas el borrador de una carta de despido, un movimiento que varios de sus colaboradores le han prevenido en contra al considerar que eso sería una calamidad.

En cuanto trascendió esa posibilidad como algo inminente, los índices bursátiles se hundieron. Se recuperaron rápido en cuanto Trump compareció ante los periodistas y aseguró que, por ahora, “no estamos planeando” dar el finiquito a Powell, al que el propio Trump aupó a la Fed en su primer mandato.

En sus respuestas, el presidente remarcó que no descarta ninguna decisión, pero reiteró que puede esperar ocho meses, por cuanto el mandato de Powell acaba el próximo año, y colocar a uno de sus hombres de confianza.

Siempre a partir de su versión, en la reunión con los legisladores no hubo carta, si bien les planteó la cuestión y pidió su opinión. “Prácticamente todos me dijeron que lo despidiera, que podía hacerlo, pero yo soy más conservador que ellos”, afirmó. Y de nuevo volvió a la cuestión de la renovación del edificio, como si lanzara un aviso a Powell.

La Fed tiene su próxima reunión a finales de este mes. Pese a que Trump remarque que no hay inflación, los precios se elevaron en junio, como no ocurría desde febrero, hasta el 2,7% en el valor anualizado. Los analistas ven ahí el primer impacto relevante de la guerra comercial desatada por Trump.

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