La opa del BBVA sobre el Sabadell entró ayer en su fase decisiva con el inicio del periodo de un mes durante el que los accionistas del banco catalán deben decidir si se adhieren a la oferta. Es la hora de la verdad. Desde su despacho en la sede barcelonesa del banco, frente a la catedral, el presidente del BBVA, Carlos Torres, se muestra convencido del éxito de la operación. En su opinión, no supondrá ninguna pérdida de peso económico para Catalunya, sino todo lo contrario.
Reticencias
“Entiendo los temores, pero son infundados, esta operación es una apuesta por Catalunya”
Han sido 16 meses complicados desde el anuncio de la opa. Pese a la enérgica oposición del Sabadell, las condiciones de la CNMC y después del Gobierno, la venta del TSB por parte del Sabadell... la opa sigue adelante y entra en su fase decisiva. Debe tener muy claro que merece la pena...
Sin duda, es un proyecto muy atractivo porque combina dos bancos en su mejor momento para crear un proyecto más fuerte, en un contexto en el que Europa necesita financiación para inversiones fuertes. Hay un consenso generalizado en la necesidad de que Europa tenga entidades más sólidas, más grandes. Y este es un proyecto con sentido estratégico que junta dos bancos muy complementarios. Es una operación buena para todos: para los clientes de ambas entidades, para los empleados, porque les dará acceso a mejores oportunidades, y para los accionistas de ambas entidades. Va a permitir también una mayor disponibilidad de crédito, más de 5.000 millones de euros anuales, que en el caso de Catalunya serán más de 1.400 millones de financiación adicional.
¿En algún momento se ha planteado abandonar? Cuando la operación del TSB, por ejemplo, o cuando el Gobierno impuso sus condiciones.
La operación del TSB no cambia nada, en la medida en que la oferta que habíamos hecho incluía que existía el TSB y tenía un valor. Y la operación de venta es una materialización de ese valor por caja cuando se produzca. Y en cuanto a las decisiones del Consejo de Ministros, es una condición de mantener ambas entidades independientes y maximizar el valor de cada una de ellas. Pero, en definitiva, en lo que se traduce es en el retraso de las sinergias.
La operación ha despertado muchas reticencias aquí en Catalunya, por la pérdida de peso financiero que supone que haya un banco catalán menos. ¿Cómo responde a estas reticencias?
Precio
“Los accionistas tienen que pensar qué pasaría si esta operación fracasa”
Entiendo los temores, pero son infundados. Lejos de perder peso, Catalunya ganará peso económico con esta operación. Es una apuesta por Catalunya. Somos el banco que más ha apostado por Catalunya y redoblamos nuestra apuesta. Es el territorio más importante para nosotros en España, con diferencia. Somos ya la segunda entidad aquí y lo que queremos es reforzar la posición y seguir creciendo para apoyar al tejido productivo, empresarial e innovador. Tenemos también un compromiso público, que reitero, de mantener la sede de Sant Cugat como un centro de decisión relevante. Por otra parte, nuestras encuestas nos indican que la opinión en Catalunya es más positiva de los que podría parecer. Un 32% de los encuestados valoran bien o muy bien la operación, frente a un 27% que la valora mal.
También existe el temor de que las pymes tengan más dificultades de acceso al crédito.
Las pymes van a tener una garantía de cinco años de mantenimiento del crédito y de incluso una disponibilidad mayor, y eso no lo ofrece nadie más. BBVA es el banco que más ha crecido en el saldo de empresas en los últimos años, un 22%. Y somos el banco que más están eligiendo las pymes. En España, una de cada cuatro nos elige, y en Catalunya, una de cada tres.
Desde el lunes los accionistas del Sabadell pueden acudir a la oferta. Finalmente no han mejorado el precio, pese a la fuerte revalorización de las acciones del Sabadell. ¿Cómo se les convence para que acepten?
Es una oportunidad única y tienen 30 días para aprovecharla. La revalorización del Sabadell se ha producido precisamente porque existe esta operación. El accionista del Sabadell va a ver cómo la operación implica un incremento de más del 25% en el beneficio por acción, frente a lo que sería el beneficio por acción del camino en solitario. Lo que tienen que pensar los accionistas es qué pasaría con el precio de su acción si esta operación fracasa. Y los analistas consideran que se ha agotado el potencial de revalorización de las acciones del Sabadell.
Pero si hoy vendieran en el mercado, obtendrían más que si acuden a la opa.
Periodo
“No queremos prolongar la opa, 30 días es más que suficiente para decidir”
Sí, y eso se corregirá cuando se vea que esta es la oferta definitiva, porque esa revalorización corresponde en gran medida a un juego de mercado. Lo que tiene que pensar el accionista es cuál es la alternativa, qué pasará con la acción del Sabadell, con la correlación que hay con el BBVA y con nuestra oferta, si la opa no sale adelante, y también que se quedarían con una acción de un banco más pequeño y menos diversificado.
¿Y qué pasa si no llegan a ese más del 50% del capital al que aspiran?
La oferta tiene una condición, y es que acepten nuestra propuesta más de la mitad de los derechos de voto del Sabadell. Y esa condición está por un motivo, porque buscamos el control del banco, y no tenemos intención de retirar esa propuesta. Es verdad que el folleto describe muchos escenarios (que se llegue solo al 30%, que pueda alargarse el periodo de la oferta), pero lo hace por requerimiento del supervisor. No vamos a renunciar a esa condición de más del 50%.
Pero si se agotan los 30 días y no se ha conseguido ese 50%, ¿se puede alargar el periodo de la oferta?
Hay unos plazos posibles para alargar. Hemos elegido el periodo mínimo que nos permite la normativa. Y lo hemos hecho porque después de un periodo previo tan largo, creemos que 30 días es más que suficiente para que cada accionista decida. No queremos prolongarlo más.
¿Están en contacto con los grandes accionistas para tratar de encarrilar que se adhieran?
Empieza ahora el proceso de aceptación, e iniciamos ese proceso de contacto con accionistas para convencerles de que esta es una buena propuesta. Al final es una decisión individual de cada uno, pero sí que empezamos una ronda de contactos con inversores institucionales y con los minoristas para explicarles el proyecto y tratar de convencerles de sus bondades, para que aprovechen lo que consideramos es una oportunidad. También están a su disposición los gestores remotos, canal telefónico y canales digitales.
¿Para cuándo esperan la resolución del recurso que han presentado ante el Tribunal Supremo contra las condiciones impuestas por el Gobierno?
Lo que me trasladan es que será un plazo estimado de entre un año y medio y dos años. Hemos recurrido porque consideramos que no cabía imponer condiciones adicionales a las de la CNMC. En cualquier caso, pase lo que pase con este recurso, no afecta a la operación. Consideramos que esta operación, incluso con esa condición adicional, es muy atractiva para los accionistas de ambas entidades, porque nos permite crear un proyecto ganador y el impacto, en realidad, es un retraso de un año en las sinergias.
Pongamos que la opa tiene éxito. ¿Cómo se están preparando para el día después?
Es prematuro dar ningún detalle, pero sí nos estamos preparando para ese día después, para poder tener una integración suave. Lo que está claro es que con la condición del Consejo de Ministros ambas entidades mantendrán su independencia durante los próximos tres años, así que no puede haber nada traumático ni revolucionario. Va a ser una unión muy integradora y de trabajar las dos organizaciones en paralelo, la una con la otra, desde el primer día.
Pese a las salvaguardas de la CNMC y el Gobierno, los sindicatos siguen preocupados por el empleo. En una integración siempre sufre el empleo y se pierden oficinas. ¿Cuáles son sus cálculos a más largo plazo?
Tenemos una historia larga de integraciones y de programas de empleo acordados con los sindicatos, con lo que creo que no existe una gran inquietud. Al menos, eso es lo que ellos trasladan también en la junta general de accionistas de BBVA. Esta no es una operación de reducción de empleo relevante, ni de reducción de red, esta es una operación de crecimiento. No hemos dado cifras todavía porque lo tendremos que trabajar todo con los sindicatos. Y como la fusión está demorada hasta el año 2029, no habrá ninguna afectación en los primeros años.