La maquinaria de los Presupuestos Generales del Estado empieza a rugir. El Gobierno aprobó ayer en el Consejo de Ministros el techo de gasto para el 2026, que supera todos los presentados hasta la fecha. Al convertirse en el más alto de la historia, avanza la presentación de unas cuentas públicas “expansivas” y con margen para mejorar las partidas sociales, según explicó la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El Ministerio de Hacienda sitúa el límite de gasto no financiero del próximo año en 212.026 millones de euros, lo que supone un incremento del 8,5%. En términos económicos implica un margen de 16.600 millones más en recursos económicos. A ello hay que sumar otros 4.151 millones del Plan de Recuperación, por lo que el techo de gasto global crece hasta los 216.177 millones para el próximo año.
Esas cifra se apoyan en una recaudación tributaria esperada para este año superior a los 325.000 millones de euros, un 10 % más. Para el año próximo el avance esperado es del 8,5 %, por lo que los ingresos por impuestos superarían los 350.000 millones.
Consejo de Ministros que ha aprobado el techo de gasto y la senda fiscal
Con la aprobación del techo de gasto, el Ejecutivo de coalición da el primer paso para presentar el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado, aunque lo cierto es que tiene unas perspectivas muy difíciles de aprobación vista la posición contraria de Junts. Montero aseguró que su intención es someterlos a su aprobación parlamentaria a mediados de abril o en mayo, una vez presentada también la reforma del sistema de financiación autonómica.
No obstante, para llegar a ese momento es necesario superar antes otros obstáculos. El Gobierno también presentó ayer la senda fiscal que había avanzado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del lunes. Así, la previsión de Hacienda es que España cierre el 2025 con un déficit público del 2,5%, para pasar al 2,1% en el 2026, al 1,8% en el 2027 y al 1,6% en el 2028. En esa senda se ofrece a las autonomías un margen de déficit del 0,1% cada año de los tres próximos, mientras que los ayuntamientos tendrían que adaptarse al equilibrio presupuestario. Aquí aparece la primera prueba de fuego para el Gobierno: la convalidación de la senda de estabilidad en el Congreso.
Montero volvió a advertir ayer que un rechazo en el Parlamento a los objetivos de déficit restará 5.485 millones de gasto a las comunidades autónomas durante los próximos tres años. “Sería absurdo que la rechazasen”, afirmó, apelando al sentido del voto del PP, pero también aventuró que la administración central estaría “encantada de acoger esos ingresos para desarrollar sus propias políticas”.
El foco en la primera gran votación presupuestaria volverá a estar en Junts. El partido de Puigdemont ya tumbó en el 2024 la primera senda de estabilidad presentada por el Gobierno de Sánchez durante esta legislatura, que ofrecía el mismo margen de déficit del 0,1% a las autonomías. El Consejo de Ministros aprobó después una nueva senda de estabilidad con las mismas cifras, pero ante la previsión de una nueva derrota en el Congreso, la retiró a última hora y renunció a presentar los que hubieran sido los primeros Presupuestos del presente mandato. En esta ocasión, Hacienda asegura que aunque se rechace la senda fiscal en la Cámara Baja, los Presupuestos se presentarán “sí o sí”. Fuentes gubernamentales veían ayer el posible retorno de Puigdemont a Catalunya como una ventana de oportunidad a avanzar en un posible acuerdo presupuestario con Junts.
Montero destacó ayer que los Presupuestos que va a elaborar su departamento “son atractivos” y que contienen el “ADN del Gobierno progresista”. La número dos del Ejecutivo añadió que primero debatirá con sus socios de coalición, con Sumar, el proyecto de ley de cuentas públicas para el próximo año y, a continuación, procederá a negociar con el resto de grupos políticos. “Para aprobar una ley ningún voto está designado”, explicó, pese a la ruptura de relaciones ejecutada por Junts.
El Gobierno también actualizó ayer el cuadro macroeconómico, elevando la previsión de crecimiento de la economía española hasta el 2,9% del PIB en el 2025, en línea con los principales organismos nacionales e internacionales. Para el 2026 mantiene la estimación del 2,2% y del 2,1% para el 2027 y el 2028. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, también presentó una novedad en este cuadro, que pasa a llamarse “cuadro económico” porque, a las proyecciones macro, se incorporan desde ahora tres nuevas estimaciones. El índice de Gini, el indicador que compara la renta medida del 20% de la población más rica con la renta media del 20% de la más pobre y la tasa de riesgo de pobreza.
Así, el resultado que expuso Cuerpo es que la tasa de riesgo de pobreza ha caído en España 1,8 puntos desde el 2018. Según el ministro de Economía, la reducción de la desigualdad en España es la tercera mejor evolución a nivel europeo. “Baja la pobreza, baja la intensidad de la misma y baja la severidad de la misma”, concluyó el titular de Economía.

