El pulmón turístico de Baleares, Alemania, pierde fuelle. El archipiélago encadena seis meses de caída de turistas de su principal mercado emisor con un significativo descenso de un 8,55% en pleno mes de agosto.
Las cifras de Frontur del pasado mes de octubre que se acaban de conocer apuntalan ese descenso, con un 2,43% menos de turistas germanos ese mes. El año pasado llegaron al archipiélago cinco millones de visitantes alemanes y ya se sabe que este año la cifra será mucho menor. El descenso en las islas explica la caída general de un 1,3% en toda España.
Mallorca es la principal afectada por lo que algunos califican de desenamoramiento de los alemanes hacia su territorio preferido de vacaciones, y ahora se buscan las causas de esa caída. Hay una coincidencia general en que los elevados precios explican en parte ese descenso. Mallorca se ha convertido en un destino caro incluso para los alemanes, con habitaciones que no bajan de los 200 euros la noche. Una semana de vacaciones en la isla salía este verano al mismo precio que en algunos destinos del Caribe.
Los altos precios de los establecimientos y las protestas antiturísticas desgastan la reputación de las islas
El sector hotelero reconoce que los precios han subido mucho en los últimos años, pero defienden que se debe a una gran reconversión de las instalaciones, con la mayoría de hoteles de cuatro y cinco estrellas.
A la subida de precios se añade el contexto económico en Alemania, con dos años de contracción económica y cierto debilitamiento en el consumo. Cuando Alemania se resfría, Mallorca estornuda, según un dicho popular en la isla. Pero, además, hay un tercer factor que también incide en esa caída de visitantes alemanes hacia Mallorca: las protestas contra el turismo masivo han calado en un mercado muy sensible a la realidad del lugar que visita.
Uno de los últimos informes de Turespaña constata que en zonas dependientes del mercado alemán, como es el caso de Baleares, hay recesión moderada por la ralentización del mercado, pero también precisa que las protestas antiturísticas, especialmente aquellas con amplia cobertura en medios germanos, podrían haber influido negativamente en la marca. Para completar el diagnóstico, los últimos análisis señalan la sensación de saturación, con playas llenas en temporada alta y atascos para acceder a los principales destinos turísticos.
La caída del principal mercado emisor preocupa a las autoridades de las islas. “Venimos de años muy buenos, y, por tanto, es normal que en algún momento la tendencia se frene”, señala el conseller balear de Turismo, Jaume Bauzà. Precisa que, entre enero y octubre, la bajada global ha sido del 1,96%. “No hay preocupación, pero sí debemos prestar atención a lo que sucede”, añade. Asegura que la Agencia de Estrategia Turística de Baleares monitoriza los datos para centrar su estrategia en una redistribución de las llegadas durante todo el año.
También el sector hotelero está atento a esta debilidad del mercado alemán. Reconocen que, junto con el Reino Unido, Alemania es un mercado clave, hasta el punto de que el pasado mes de octubre la Federación Hotelera organizó unas jornadas para analizar estos cambios profundos que se están dando en la principal industria de Baleares.
En estas jornadas se llegó a la conclusión de que es imprescindible abrir las islas a nuevos mercados para mitigar la excesiva dependencia del turismo procedente de Alemania. “Mallorca está en un punto de inflexión”, subraya la vicepresidenta ejecutiva de los hoteleros, María José Aguiló, que destaca que la isla avanza a un modelo de “valor y sostenibilidad”. Entre las bolsas turísticas prioritarias, los hoteleros de las islas apuntan a mercados europeos con un gran potencial, como Polonia, Austria o Suiza, pero también el sector admite cierta preocupación por las protestas antiturísticas, hasta el punto de que en verano lanzaron una campaña para agradecer a los turistas que sigan viajando a Mallorca.



