Un proyecto pionero está transformando la forma en que las personas mayores experimentan el mundo. A través de experiencias inmersivas de realidad virtual, la iniciativa altruista Més que Ciència está llevando el patrimonio cultural e investigaciones científicas a las residencias geriátricas de toda España. No solo combate el edadismo, sino que también enriquece la vida emocional y cognitiva de los mayores, proporcionándoles momentos de aprendizaje, conexión y nostalgia.
Un gesto personal que cambia vidas
El origen de esta inspiradora idea se remonta a un gesto profundamente personal. Daniel Amatller, creador del proyecto y especialista en comunicación científica, buscaba una manera de ayudar a su madre, de 80 años, a superar las limitaciones que sus problemas de movilidad le habían impuesto durante años. “Quería que mi madre pudiera disfrutar de aquellos lugares que siempre amó y que ya no podía visitar. Así que decidí llevar el mundo hasta ella, usando unas gafas de realidad virtual y vídeos en 360 grados“, explica Amatller.

Daniel Amatller, creador del proyecto y especialista en comunicación científica
Lo que empezó como un regalo personal se transformó rápidamente en una misión social. La reacción de su madre, profundamente emocionada al “visitar” virtualmente el castillo de Montornès, le impulsó a replicar esta experiencia en residencias geriátricas, compartiendo con otros mayores la posibilidad de viajar virtualmente a importantes centros de investigación, museos y yacimientos arqueológicos.
Con el tiempo, el alcance del proyecto ha crecido de forma espectacular. Actualmente, abuelos de toda España “viajan” a lugares icónicos como los yacimientos de Atapuerca, las cuevas de Altamira, el Museo Thyssen o incluso bases antárticas españolas, gracias a las colaboraciones que Amatller ha tejido con museos, universidades y centros de investigación e instituciones como el CSIC.

Més que Ciència está llevando el patrimonio cultural e investigaciones científicas a las residencias geriátricas
Además de ofrecer un paseo por el patrimonio cultural, Amatller también conecta a los mayores con la ciencia. Desde laboratorios de investigación hasta observatorios astronómicos como ALMA en Chile, las experiencias no solo evocan recuerdos sino que también alimentan su curiosidad y ganas de aprender. “Hay abuelos que lloran de emoción al descubrir algo nuevo. Una señora de 99 años me dijo: ‘Nunca pensé que vería esto antes de morir’. Ese tipo de reacciones lo cambian todo”, relata Amatller.
Desafíos económicos en un proyecto altruista
A pesar del impacto positivo de esta iniciativa, los desafíos han sido constantes. La adquisición del material tecnológico para llevar a cabo las grabaciones y actividades, ha supuesto un gran esfuerzo y se necesitan recursos para sufragar los gastos de desplazamiento a los centros geriátricos que participan de las actividades a lo largo de todo el país. A Amatller le gustaría que ninguna persona mayor se vea privada de poder seguir aprendiendo a pesar de su edad por la falta de recursos económicos.
Lamentablemente, muchos centros geriátricos, no disponen del material y personal necesario para llevar a cabo actividades de divulgación cultural y científica con sus residentes. Sin embargo, el creador se mantiene firme en su misión altruista: “Es mi manera de devolver algo a la sociedad, y sobre todo, de demostrar que las personas mayores importan".

“Es mi manera de devolver algo a la sociedad, y sobre todo, de demostrar que las personas mayores importan"
Daniel Amatller no se detiene aquí. En sus planes para el futuro destacan proyectos ambiciosos como un proyecto divulgativo en el telescopio solar DKIST de Estados Unidos, colaboraciones con el CSIC para documentar investigaciones en el Mediterráneo o la creación de experiencias inmersivas que transporten a los mayores al corazón de investigaciones científicas de vanguardia.
En un contexto de envejecimiento poblacional y una creciente necesidad de actividades significativas para los mayores, iniciativas como esta no solo llenan un vacío en lo que respecta a la transferencia de conocimiento a las personas mayores, sino que también inspiran. “Nunca es demasiado tarde para aprender. Y cuando los mayores sienten que la sociedad piensa en ellos, se sienten vivos. Ese es el mayor regalo que puedo darles”, concluye.
Más información
Web: https://www.mesqueciencia.cat/
Teléfono: 666 006 982