¿Alguna vez te has preguntado cómo proteger tu hogar de los robos? En Sabadell, José Juan López, un cerrajero con más de tres décadas de experiencia nos brinda la respuesta. Desde su taller, Cerrajería Jaime Sabadell, este profesional nos adentra en el mundo de las cerraduras de alta seguridad, los bombillos antibumping y las medidas preventivas que podemos adoptar para disuadir a los potenciales ladrones. A lo largo de su trayectoria, que comenzó en una cerrajería metálica y culminó con la creación de su propio negocio, ha acumulado un gran conocimiento que hoy comparte con nosotros, junto a curiosas anécdotas de su día a día como cerrajero en Sabadell.
López empezó desde cero, aprendiendo el oficio sobre el terreno, “al lado de un maestro cerrajero”, como recuerda. Con el tiempo, fue especializándose en servicios a domicilio, hasta decidir lanzarse por su cuenta. “Primero trabajé desde casa, luego tuve varios locales, pero al final acabé en Sabadell”, nos explica.

José Juan López empezó desde cero, aprendiendo el oficio sobre el terreno, “al lado de un maestro cerrajero”, como recuerda
Durante estos 30 años, uno de los casos más extremos a los que se ha enfrentado fue la apertura de una puerta acorazada Fichet, una marca que presume de invulnerabilidad. Tardó doce horas en abrirla. Sin causar daños. “Estas puertas están diseñadas para que ni con herramientas ni con ruido se pueda forzar”, nos cuenta, destacando que este tipo de trabajo requiere herramientas especializadas, brocas que no se encuentran en cualquier ferretería, y sobre todo, mucha paciencia. Pero lo logró, y con ello, dejó claro que en cerrajería, no hay reto imposible, solo soluciones que requieren oficio.
Ahora bien, no todo en esta profesión son cerraduras imposibles. También hay margen para lo inesperado. Como la vez que fue a abrir una puerta mientras el hijo dormía dentro sin enterarse de nada, o un señor que, en plena pandemia, se quedó encerrado en el rellano en calzoncillos porque la puerta se le cerró de golpe. “Estaba helado, pobrecillo”, recuerda entre risas.

Para José Juan López, en cerrajería, no hay reto imposible, solo soluciones que requieren oficio
Y si hablamos de seguridad, hay un punto en el que insiste sin rodeos: muchas viviendas siguen teniendo cerraduras fáciles de forzar. Bombillos que no son antibumping, pueden abrirse en cuestión de segundos sin dejar rastro. El problema, señala, es que muchos propietarios no cambian la cerradura hasta que ya han intentado entrarles en casa. Por eso, recomienda hacerlo antes: invertir en seguridad, aunque implique un mayor desembolso inicial. “Es una inversión que se hace cada 15 o 25 años. No es como un coche, que se revisa cada año”.
Protección extra
Entre sus recomendaciones destaca el uso de bombillos de alta seguridad, como los de la marca Kaba, escudos protectores para evitar el acceso al cilindro, y sobre todo, colocar una segunda cerradura: “Un cerrojo adicional es disuasorio. Si los ladrones ven dos cerraduras, muchas veces ni lo intentan. Quieren entrar y salir rápido”.
Pero incluso con las mejores cerraduras, hay hábitos que marcan la diferencia. Uno de los más peligrosos, y a la vez más comunes, es salir de casa y cerrar la puerta de un portazo sin echar la llave. “Una puerta así se abre en cinco segundos sin hacer ruido”, advierte. Algo tan simple como girar la llave dos veces puede ser la diferencia entre tener un mal día… o evitarlo.

“Un cerrojo adicional es disuasorio. Si los ladrones ven dos cerraduras, muchas veces ni lo intentan. Quieren entrar y salir rápido”
También nos habla de situaciones más cotidianas: gente que se deja la llave por dentro y luego no puede abrir desde fuera. Para estos casos, recomienda instalar bombillos con doble embrague, que permiten abrir aunque haya una llave puesta en el interior. “He tenido clientes que me han llamado cuatro veces en una semana por esto. A la quinta, ya decidieron cambiarlo”.
“Si el bombillo es de mala calidad, da igual lo moderna que sea la cerradura”
Y como no podía faltar en los tiempos que corren, le preguntamos por las cerraduras electrónicas o inteligentes. En su opinión, son una solución interesante, sobre todo para familias con hijos: permiten controlar el acceso desde el móvil y abrir la puerta a distancia si los niños olvidan las llaves. Ahora bien, matiza: su seguridad depende del bombillo sobre el que se instalen. “Si el bombillo es de mala calidad, da igual lo moderna que sea la cerradura. Lo importante es lo que hay debajo”.
¿Y qué hay del futuro? ¿Llegará un momento en que estas cerraduras se puedan hackear? “Todo llega”, dice. “Las cerraduras de doble pala eran lo más seguro hace años y hoy se abren con ganzúas que cualquiera puede comprar por internet”. Pero hasta ahora, las electrónicas aguantan. “Todavía no hemos visto ninguna hackeada. Pero tiempo al tiempo”.

“Todo llega”, dice. “Las cerraduras de doble pala eran lo más seguro hace años y hoy se abren con ganzúas que cualquiera puede comprar por internet”
Antes de terminar, nos deja un consejo final: “Nunca subestimes los pequeños gestos. Echar las vueltas, tener una segunda cerradura, revisar si tu bombillo es seguro. Eso, que parece mínimo, puede evitarte un disgusto”.
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