De empezar de cero a enseñar a otros a salir adelante: “No damos peces, damos la caña de pescar”
LA MERIENDA
Con 60 voluntarios y una década de trayectoria, la ONG La Merienda apuesta por ofrecer herramientas y acompañamiento real a personas en riesgo de exclusión
La Merienda trabaja para lograr la inserción integral de las personas en riesgo de exclusión
La Merienda nació en 2012 siguiendo la intuición de su fundadora, Martina Puga, tras descubrir en algunos de sus viajes personales que lo que más le conmovía de cada lugar no eran los paisajes, ni los grandes edificios, ni las puestas de sol, sino las realidades sociales que se encontraba. De vuelta a casa, se preguntó qué podía hacer en su propio barrio, el Eixample de Barcelona. Su investigación la llevó a una conclusión principal: las personas que acudían a comedores sociales no solo necesitaban comida, sino también ser escuchadas, acompañadas y orientadas.
De esa idea germinó un proyecto distinto: un espacio para merendar juntos, tomar un café y hablar. Porque, como resume Puga, “una ensalada no te hace hablar, pero un café sí”. Aquellos encuentros comunitarios, con vecinos y voluntarios del barrio, sentaron las bases de lo que hoy es una ONG reconocida con la Medalla de Honor del Ayuntamiento de Barcelona, un logro poco habitual en entidades con tan solo una década de trayectoria.
En sus primeros años La Merienda ofrecía acompañamiento emocional y lotes básicos de alimentos, artículos de higiene personal y otros elementos fundamentales para subsistir y pronto quedó claro que la misión debía ir más allá: dotar a las personas de herramientas para ganar autonomía. Así, el proyecto se especializó en la inserción laboral: talleres, orientación profesional, ayuda en la preparación de entrevistas y conexión con empresas.
El perfil más habitual de sus participantes son mujeres mayores de 40 años, locales y migrantes, que llegan con baja autoestima y la sensación de estar fuera del mercado laboral. Para ellas, recuperar la confianza y actualizar herramientas digitales o profesionales es clave. Cada avance, cada currículum completado, cada práctica lograda es celebrado como un éxito colectivo.
Un gran ejemplo de ese enfoque es Lucy. Llegó a La Merienda en situación de exclusión y entró gracias a un programa de inclusión laboral con apoyo del SOC. En un año, su vida dio un giro de 180°: adquirió experiencia en administración, se formó y a día de hoy es un pilar dentro de La Merienda. Ella es el primer contacto con las personas que acuden a nosotros y se encarga de brindarles, de una manera personalizada según el caso, herramientas, información y recursos.
Queremos que cada persona en La Merienda aprenda a tomar decisiones y a construir su propio camino
“Lucy puede empatizar con las personas que vienen porque ella pasó por ahí. Se desvive por los cursos que creamos y ofrecemos y también por las personas; las escucha, las ayuda y les da las herramientas necesarias para prosperar. '¡Apostamos por más Lucy!', ese es nuestro despertar cada día”, afirma Puga. A la vez, agrega que la historia de Lucy resume bien la filosofía de la entidad: no se trata de dar respuestas puntuales, sino de ofrecer herramientas que generen autonomía. “Nosotros no damos peces, damos la caña. Queremos que cada persona aprenda a pescar, a tomar decisiones y a construir su propio camino”.
Actualmente, la ONG cuenta con una red de 60 voluntarios que no solo colaboran en la atención social, sino que también imparten charlas y talleres de nutrición, salud, idiomas o empleabilidad. El modelo es claro: cubrir lo básico cuando es imprescindible, pero poner la energía en enseñar las competencias básicas y los caminos profesionales para progresar.
La Merienda tiene tres retos: ganar visibilidad, contar con más espacios de formación y reforzar los colaboradores
De cara al futuro, La Merienda tiene tres retos principales: ganar visibilidad, contar con más espacios de formación y reforzar su red de empresas colaboradoras. El objetivo no es crecer por crecer, sino consolidar un modelo que demuestre que la inserción es posible paso a paso.
En esa línea, la organización impulsa el proyecto La Merienda I+D, a través del cual se ofrece un curso de administración con temáticas actuales y prácticas orientadas al mercado laboral. El programa abarca contenidos de community management, administración e inteligencia artificial, e incorpora formación en catalán para favorecer la integración social y profesional.
Durante los primeros seis meses de 2025, 276 personas participaron en los talleres y formaciones organizados por la entidad, superando ya la cifra alcanzada en todo el año anterior, puesto que en 2024 fueron 250 las personas atendidas. “Este incremento refleja el interés creciente de la ciudadanía por acceder a espacios de aprendizaje y capacitación, así como nuestro compromiso por ampliar nuestra oferta y adaptarnos a las necesidades de la comunidad”, indica Puga.
De hecho, en lo que va de año llevan 24 cursos realizados; 65 personas han accedido a un empleo gracias al acompañamiento de la entidad; 157 empresas colaboradoras impulsaron oportunidades de inclusión y formación; han formado a más de 250 personas formadas; 580 personas han sido atendidas y acompañadas y el total de horas de acompañamiento supera las 3.110.
Además de las formaciones y la inserción laboral, la entidad acompaña a cada persona en su proceso de crecimiento, ofreciendo apoyo legal, orientación, ayuda en vivienda y atención a las necesidades básicas. Un trabajo integral que refuerza su misión de empoderar a las personas y abrirles camino hacia una vida autónoma y con dignidad
Lecciones de Vanguardia
“Hoy en día, con todos los problemas sociales que hay en el mundo, en tu agenda tiene que estar poder ayudar. Aunque sea una hora a la semana”. “Un café compartido puede ser el primer paso hacia una vida distinta. Y detrás de cada persona que levanta la mano para pedir ayuda hay un futuro por escribir si alguien tiende la suya para acompañar”.