“Si no pensamos hoy en cómo ordenar el patrimonio, dejamos un problema a los que vienen detrás”: el despacho que ayuda a hablar de herencias sin miedo
Herento, fundado en 2020, acompaña a familias y empresas en la planificación sucesoria con asesoramiento jurídico y fiscal, pactos sucesorios y gestión integral de herencias
Socios de Herento, el despacho especializado en planificación sucesoria
Todos sabemos que la muerte forma parte de la vida, pero nos cuesta hablar de ella. Sigue siendo un tema tabú, incluso cuando afrontarlo a tiempo podría evitar muchos conflictos después. Pocas familias tienen una conversación sobre qué pasará con su patrimonio, quién asumirá decisiones o cómo se repartirán los bienes. El resultado, en muchos casos, son tensiones, disputas y problemas, incluso judiciales, que podrían haberse resuelto con una simple charla.
En ese vacío entre el silencio y la necesidad de orden nació Herento, un despacho especializado en planificación sucesoria que convierte una conversación incómoda en una decisión serena. Fundado en enero de 2020 por Ramon Pratdesaba, Rubén Mendiola y Lluïsa Morales, Herento surge de la experiencia de un equipo de abogados que llevaba años dedicándose al ámbito de las herencias y quiso dar un paso más: crear una firma centrada al 100% en sucesiones, con una marca propia y una propuesta pedagógica que ayudara a poner claridad donde el tabú y la incertidumbre suelen imponerse.
La semilla se plantó con tres socios iniciales y, poco después, se sumó el abogado Juan Bosch. Desde entonces, su foco es el mismo: asesorar antes, gestionar durante y resolver después. “Las conversaciones incómodas de hoy evitan los conflictos de mañana”, resume Rubén Mendiola, socio de Herento. Su punto de partida es el llamado “premortem”: ver qué pasaría si la persona falleciera hoy, con la normativa vigente y decidir en consecuencia. Ese enfoque permite anticipar impuestos, prever liquidez y acordar repartos para que la familia no se encuentre con sorpresas ni conflictos que eran previsibles.
Herento trabaja en tres planos complementarios. El primero es el asesoramiento preventivo. En esta fase, el equipo analiza el patrimonio, la situación familiar y los objetivos de cada persona para anticipar escenarios. Elaboran un estudio jurídico y fiscal muy concreto: si el titular falleciera hoy, ¿cuánto pagarían sus herederos?, ¿tendrían liquidez suficiente para asumir los impuestos?, ¿conviene dejar alguna previsión económica para facilitarles el trámite?
¿Es mejor donar en vida o esperar a la herencia?
A menudo, la duda más común es si resulta mejor donar en vida o esperar a la herencia. “En Catalunya donar un inmueble puede salir caro porque no solo paga quien lo recibe, sino también quien lo entrega”, explica Mendiola. Los hijos donatarios deben abonar el Impuesto de Donaciones y los padres donantes, además, tributan en el IRPF por la ganancia obtenida desde que compraron la vivienda hasta su valor actual. En cambio, cuando se dona dinero, esa segunda carga no existe. Por eso, antes de decidir, conviene hacer números y planificar.
El segundo plano es la gestión de la herencia cuando el fallecimiento ya se ha producido. El despacho prepara la escritura, calcula y liquida impuestos, tramita cambios registrales y entrega el expediente cerrado al heredero. Ese “llave en mano” reduce fricciones y tiempos en un momento delicado.
El tercero es el contencioso: cuando no hay acuerdo, Herento es especialista en todo tipo de procedimientos judiciales sucesorios como reclamaciones de legítimas, nulidades de testamentos, impugnaciones de cláusulas o desheredaciones controvertidas, entre muchas otras. En este tipo de procedimientos, además del rigor técnico, entra en juego la gestión emocional. “Además de abogados, escuchamos y desescalamos; si avivamos el fuego, el cliente se aleja de las soluciones”, apunta.
Una herramienta que el despacho recomienda a menudo en Catalunya es el pacto sucesorio, un “testamento contractual” que padres e hijos firman y que, salvo acuerdo de todos, no se puede modificar o revocar. Su valor está en la certeza: todos conocen de antemano qué recibirá cada uno y eso reduce disputas. Puede inscribirse en el Registro de la Propiedad y deja trazabilidad sobre bienes concretos; si el progenitor decide vender un inmueble comprometido en el pacto, deberá notificarlo porque afecta a la futura herencia. En el otorgamiento de un pacto sucesorio prevalece el elemento de seguridad: todos saben qué ocurrirá cuando se abra la sucesión.
Aunque su núcleo está en Catalunya —con una regulación propia en sucesiones y una fiscalidad particular—, Herento atiende también casos con elementos internacionales (inmigración, expatriación, doble residencia) y, de forma más residual, operaciones en el resto de comunidades autónomas. A ello suman líneas específicas: designación judicial de asistentes para personas con discapacidad (la figura que sustituye a las antiguas “incapacitaciones”) y el asesoramiento a la empresa familiar, con protocolos, estatutos y transición ordenada a la siguiente generación.
Si no pensamos hoy en cómo ordenar el patrimonio, dejamos un problema a los que vienen detrás
La hoja de ruta de Herento pasa por profundizar en esa triple propuesta: prevención clara y didáctica, ejecución integral y, cuando toca, defensa procesal. Herento pretende potenciar la divulgación sobre herramientas poco conocidas, como el pacto sucesorio, y reforzar el acompañamiento a empresas familiares que miran el relevo generacional con inquietud. El crecimiento de Herento no se mide en campañas ruidosas, sino en más casos internacionales, más coordinación con notarios y registradores, y más pedagogía para quitar hierro al tabú de la muerte. “Si no pensamos hoy en cómo ordenar el patrimonio, dejamos un problema a los que vienen detrás”, insiste Mendiola.
En un contexto de menor natalidad, familias más diversas y patrimonios cada vez más mixtos (ahorros, vivienda, empresa, segundas residencias, activos financieros), la complejidad irá en aumento. La respuesta de Herento seguirá siendo la misma: claridad en el diagnóstico, números sobre la mesa y decisiones conversadas en casa. “Porque planificar no es precipitar el final, sino cuidar a los nuestros”, acaban.
Lecciones de Vanguardia
Rubén Mendiola, socio de Herento
“No hemos inventado nada nuevo, solo hemos decidido hacer mejor algo que ya existía”.