En privado con...
Gemma Mengual se somete a 'En privado con...': un personaje y cinco preguntas a quemarropa sin darles la oportunidad de pensar más allá de dos o tres segundos de cortesía.
Tras una brillantísima hoja de servicios olímpica y tal volumen de medallas que daría para un biopic, en la actualidad Gemma Mengual codirige con Patricia Díaz Así está el patio, una agencia de representación para deportistas, y acaba de iniciarse en el CBD medicinal, el cannabis para uso terapéutico al que se le ha extraído el componente psicoactivo: de probada utilidad y recomendado por muchos médicos como ansiolítico y antiinflamatorio, también se encuentran en el mercado distintas gamas de cremas.
Y si el lector barcelonés o el visitante en el área metropolitana quiere degustar el mejor sushi por encima de Collserola, puede acudir a Sugoi, su reconocido y ya veterano restaurante japonés en Sant Cugat.
Gemma Mengual en cinco preguntas
Si tuvieras una segunda vida, ¿qué cambiarías o a qué te dedicarías?
No cambiaría nada de esta, pero si fuese otra creo que me dedicaría a algo artístico, seguro. Me gustaría cantar.
Si pudieras tener una cena con cualquier persona, viva o muerta, ¿quién sería y qué pregunta le harías?
Con George Michael, era mi ídolo. Le preguntaría si fue muy duro disimular prácticamente toda su vida.
¿Cuál es el hábito más raro que tienes y que crees que nadie más comparte?
Hago más estiramientos que un gato solo levantarme. Siempre estoy estirando. Si te me quedas mirando me vas a preguntar qué narices hago. Pero lo necesito, porque el cuerpo me lo pide y necesito que me cruja todo, no solo la espalda. Tampoco me siento nunca en el sofá sino en el suelo, en un puf. El sofá solo lo uso para apoyar la espalda.
¿Cuál es tu amor platónico?
De joven tenía varios, pero ahora solo mi chico (risas). Bueno, va, George Michael, aunque me temo que no hubiese sido correspondido.
¿Qué es lo más raro que llevas en el bolso?
Es que llevo de todo, a veces un cepillo enorme como un neceser con 50.000 cosas, tantas, que no sé ni lo que contiene. Mi bolso es una casa ambulante, cepillos de dientes, un tanga... ¡Por si acaso! Es que nunca sabes donde vas a dormir (risas).