Nicolás de Grecia convierte en princesa a la rica heredera Chrysi Vardinogiannis

Además del amor, él pone el título y ella la fortuna. El príncipe Nicolás de Grecia se ha casado este viernes, en Atenas, con Chrysi Vardinogiannis, perteneciente a una rica familia de navieros, que ha entrado con pleno derecho en la familia real griega. Para ambos es su segunda boda y ella aporta dos hijos de su anterior matrimonio y el rumor que la rapidez con la que se ha celebrado el enlace precede al anuncio de un embarazo. A la  boda ha asistido, además de la familia real griega y la de la novia, la reina Sofía y la infanta Cristina.

Nicolás, tercero de los cinco hijos de los reyes Constantino (fallecido en enero de 2023) y Ana María, nació en Roma el 1 de octubre de 1969 con sus padres recién exiliados y vivió casi toda su vida en Londres. Ya protagonizó un matrimonio ventajoso cuando el 25 de agosto de 2010 se casó con Tatiana Blatnik, cuyo padrastro es un acaudalado inversionista en Nueva York. La pareja protagonizó la primera boda en territorio griego desde que Constantino partió al exilio en 1967. Se casaron en la isla de Spetses y se instalaron en Atenas. En abril del año pasado, tras trece años y medio de matrimonio,  anunciaron su divorcio y, en verano,  Nicolás pasó las vacaciones junto a Chrysi Vardinogiannis, a quien conocía de toda la vida y  con quien al parecer mantenía, antes del divorcio, una relación sentimental. El 16 de enero pasado hicieron su primera aparición oficial en el funeral por el segundo aniversario de la muerte del rey Constantino y poco después, de forma precipitada, se anunció la boda que se ha celebrado esta tarde, lo que incrementó los rumores de que la novia está embarazada.

La novia también estuvo casada anteriormente con el cantante sueco de origen griego Stefanos Xypolitas, conocido artísticamente como Nino, con quien tuvo dos hijos George Skeyos(2013) y posteriormente mantuvo una relación con el director y actor griego Konstantinos Markoulakis.

Chrysi entró en la iglesia ortodoxa de San Nicolás de Rangava, la más antigua de Atenas, ubicada en el barrio de la Plaka,  del brazo de su padre Giorgos Vardinogiannis (que llevaba zapatillas de deporte) y de su hijo George. Lucía un vestido de manga corta de encaje y pedrería con forro nude y efecto semitransparente, diseñado por Christos Kostarellos, y se ha tocado con la misma tiara, perteneciente a la familia real griega, que usó su ya cuñada Marie Chantal Miller cuando se casó con Pablo de Grecia. 

El novio había llegado minutos antes del brazo de su  madre, la reina Ana María, que lucia un abrigo brocado en tonos bronce. El novio ha llevado traje y corbata azul que, junto a la camisa blanca, componen los tonos de la bandera de Grecia. 

Entre los invitados, la reina Sofía, acompañada por su hermana, la princesa Irene de Grecia, que iba en silla de ruedas, y la infanta Cristina. No han faltado los hermanos del novio, Pablo y Marie Chantall, con sus hijos Constantino y Odiseo; Alexia y Carlos Morales, con sus hijas Amelia y Ana María; Philippos y Nina Flohr  y Teodora con su marido Matthew Kumar, que se casaron, también en Atenas, aunque en la catedral, el pasado 28 de septiembre. Se ha echado en falta al príncipe Philippos y su mujer, la multimillonaria suiza Nina Flohr, con quien contrajo matrimonio, también en la catedral de Atenas, el 23 de octubre de 2021.

Por parte de la familia real danesa ha asistido al enlace, la princesa Benedicta  y sus hijos Alexandra y Gustav. La familia de la novia, así como los amigos de los contrayentes y demás allegado componen el resto de invitados. A diferencia de la primera boda en Spetses, a la que asistieron invitados de casi todas las casas reales, la segunda boda de Nicolás ha tenido un carácter más familiar. 

La ceremonia, por el rito ortodoxo, ha sido oficiada por tres sacerdotes y un obispo mientras un coro interpretaba cantos bizantinos. El príncipe Pablo ha sido uno de los padrinos del enlace, junto con Nasos Thanopoulos y Vangelis Kefa­lo­gian­nis, amigos del novio. El hermano de Nicolás ha sido el encargado de cruzar tres veces las coronas por encima de las cabezas de los contrayentes como marca el ritual ortodoxo.

A pesar de estar divorciados, Nicolás y Chrysi han podido casarse de nuevo por la iglesia ya que la doctrina ortodoxa, que permite bendecir hasta tres boda, concede la nulidad matrimonial únicamente con el certificado de divorcio civil y, tras el compromiso ante la autoridad religiosa. Los novios, para poderse casar de nuevo religiosamente, obtuvieron la bendición del arzobispo primado de Atenas de la Iglesia Ortodoxa.  

Tras la ceremonia, los novios y sus invitados se trasladaron hasta el puerto de El Pireo, donde en un antiguo tinglado reconvertido en local de eventos, se celebró el banquete nupcial.