Hoy es fiesta nacional en Japón. Se celebra el día del nacimiento del actual emperador, el número 126 de la dilatada lista de monarcas nipones. Naruhito ha llegado a la simbólica cifra de los 65 en un año en que el país del sol naciente recuerda especialmente el bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki, del que se cumple 80 años.
“Creo que es importante fortalecer nuestro amor por la paz profundizando nuestra comprensión del pasado y sin olvidar a quienes perdieron la vida ni a quienes experimentaron dificultades y tristeza”, dijo el emperador en una rueda de prensa.
En un momento en que el mundo enfrenta la guerra y otras crisis, afirmó que “se requiere una mayor cooperación y colaboración en el escenario internacional para crear un mundo pacífico, así como una sociedad que respete los diferentes valores”. “Deseo una sociedad solidaria en la que pensemos en los sentimientos, situaciones y posiciones de los demás y seamos considerados con quienes tienen opiniones diferentes”, añadió.

Naruhito, en el centro, junto a la emperatriz Masako, su hija la princesa Aiko, y a su derecha, el príncipe Akishino, la princesa Kiko y la princesa Kako
Naruhito, que ascendió al trono del Crisantemo el 30 de abril de 2019 tras la abdicación de su padre, el emperador Akihito, también hizo referencia a su única hija, la princesa Aiko, en su aparición pública. Aiko, que no podrá sucederlo debido a la existencia en Japón de una cuestionada ley sálica, trabaja actualmente en la Sociedad de la Cruz Roja. El emperador expresó su satisfacción por la labor de su hija en esta institución.
La casa imperial nipona también ha recordado el aniversario de Naruhito a través de su página de Instagram, de la que se cumple su primer año. Ha publicado dos fotos de la pareja imperial en la ceremonia de la celebración del 65 aniversario del monarca.
Naruhito, que durante su adolescencia vivió un año en Australia y estudió más tarde en el Reino Unido, siempre ha desafiado la estricta tradición nipona y ha priorizado su vida personal. Lo demostró al casarse con una plebeya, Masako, exdiplomática, a quien le pidió en matrimonio hasta tres veces a pesar de la desaprobación de la Agencia de la Casa Imperial.
La actual emperatriz fue diagnosticada de depresión debido a la tensión de la vida imperial y a la presión que sufría para tener un hijo varón.