Gérard Depardieu ha reconocido este martes haber dicho groserías a dos mujeres y haber humillado profesionalmente a una de ellas durante un rodaje cinematográfico en agosto y septiembre del 2021, pero ha negado de manera tajante haberlas agredido sexualmente, como sostienen ellas.
La segunda jornada del juicio contra el carismático actor francés, que tiene lugar en el tribunal correccional de París, deparó algunos momentos un tanto surrealistas debido a las respuestas y al lenguaje usado por Depardieu. “A los 76 años no tengo ganas de sobar”, dijo en uno de los intercambios con el juez.
El polémico artista, un símbolo del cine francés, durante decenios adulado e intocable, incurrió en algunas contradicciones o variaciones de su relato de los hechos, si bien no se movió del planteamiento de que no atacó físicamente a las dos mujeres. Llegó a decir que se agarró a las caderas de una de ellas para sujetarse, no caer y porque quería hablar . Depardieu insistió varias veces en que hacía calor durante ese rodaje, estaba cansado y de mal humor.

Gérard Depardieu, vestido totalmente de negro, a su entrada en el tribunal de París para la segunda jornada del juicio por presuntas agresiones sexuales a dos mujeres durante un rodaje en el 2021
“No intento mentir, no tengo ganas de mentir”, subrayó. “A los 76 años no tengo ganas de manosear”, agregó. Según lo que trascendió del diálogo, el actor dio la impresión a veces de que interpretaba un papel, para lo cual no le falta talento. “No vi a la señora entre mis piernas”, aseveró. “¿Qué quiere que haga tocando el culo, los senos, con ojos desorbitados, con gruñidos?”, se preguntó, en tono teatral.
“No soy un tocón del metro, hay muchos vicios que no conozco verdaderamente”, dice el acusado, que recurre a la teatralidad
El hombre que encarnó a tantos personajes de la literatura francesa no escatimó explicaciones que darían para jocosas escenas de alguna de sus películas. El tema del manoseo fue recurrente. “No veo por qué me divertiría manosear a una mujer, tocar las nalgas, los senos”, afirmó, para añadir a continuación: “Sobar es lo que hacen los chavales. Yo no soy un tocón del metro. Me dicen que eso existe. No veo el placer que se puede obtener. Hay muchos vicios que yo no conozco verdaderamente”.
Depardieu se quejó de “la mucha mierda” que se ha vertido sobre él durante los últimos años, por sus actitudes políticas y su comportamiento. A su entender, el caso que ahora se juzga “ha sido muy instrumentalizado por los medios”. También arremetió contra los excesos del movimiento feminista, “que se convertirá en el terror”. El actor afirmó que no trabaja desde hace tres años, insinuando que se debe a todas las controversias en torno a él.
“Cada época tiene su vulgaridad; pienso que mi tiempo se acabó”, admite el artista, casi con melancolía
Entre el presidente del tribunal y el acusado hubo un tira y afloja con reflexiones casi filosóficas. El juez contrapuso a Depardieu con sus propias declaraciones cuando fue interrogado. En ellas el artista admitió que podría ser grosero, pero que de detenía si la otra persona se molestaba. “Si es alguien tímido, ¿cómo lo hace?”, le preguntó el magistrado. “Hay una diferencia entre grosería y vulgaridad -matizó Depardieu-. Cada época tiene su vulgaridad, su lenguaje, su argot.” Más adelante, casi con melancolía, se resignó al paso del tiempo y, citando una canción, hubo de admitir que se siente incómodo “en esta sociedad nueva”. “Pienso que mi tiempo se acabó”, concluyó.
Frente al firme mantenimiento de las acusaciones de una decoradora, hoy de 54 años, Depardieu repitió varias veces que discutió con ella y que la humilló profesionalmente con sus comentarios, aunque nunca la atacó sexualmente. “No comprendo nada de nada -comentó-. Pienso que debió de sufrir traumatismos (en el pasado)”. La mujer, por el contrario, sostuvo que hubo una clara agresión, con tocamientos, y eso la dejó traumatizada psicológicamente, hasta el punto de dejar de trabajar en el cine durante un par de años.
El tono de las preguntas de los abogados de la acusación generó la airada respuesta del letrado que defiende a Depardieu, Jérémie Assous, que también se ha mostrado muy agresivo desde la apertura del proceso.
Las supuestas agresiones sexuales, por las que Depardieu podría ser condenado a una pena máxima de cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa, se produjeron durante el rodaje de Les volets verds, de Jean Becker.
El proceso debía concluir este martes, pero se alargará previsiblemente hasta el jueves porque no da tiempo para todas las preguntas y las declaraciones de los testigos invitados