Las guerras de Ucrania y Gaza copan portadas de periódicos de todo el mundo a diario. Mientras, otros conflictos no menos crueles pasan prácticamente desapercibidos. En abril de 2023, estalló una guerra civil en Sudán de consecuencias devastadoras que ha llevado a buena parte de la población de este país a refugiarse en el vecino Sudán del Sur. Los sursudaneses son de natural hospitalarios, pero difícilmente pueden atender a la avalancha de refugiados porque viven en uno de los lugares más pobres de la tierra.

Las nuevas generaciones se han incorporado a la cena solidaria
En la mayor parte de Sudán del Sur no hay luz ni agua corriente. No hay industria ni infraestructuras. La población convive en cabañas con sus animales. No existen los baños y solo en los lugares más prósperos hay algunas letrinas. De la existencia de la ducha no hay ni siquiera noticias en un país donde la gente se asea en los charcos del campo. La ropa, que es de importación, escasea, pero lo peor es que no hay comida. Nueve de los once millones de habitantes de Sudán de Sur necesitan ayuda humanitaria.
Nueve de los once millones de habitantes de Sudán de Sur necesitan ayuda humanitaria
A esta situación se ha sumado un conflicto política interno que podría derivar en una guerra civil. Sudán del Sur necesita ayuda. Mucha ayuda. Y eso es algo que Juan de Orbaneja, promotor inmobiliario, sabe desde hace mucho tiempo. Orbaneja entró en contacto con la cruda realidad de Sudán del Sur en 2003 por mediación del padre trinitario Antonio Aurelio Fernández y del misionero comboniano José Javier Parladé, que vivía en la misión de la cuidad de Yirol, en el centro del país.
Orbaneja pensó que podía hacer algo para ayudar a la población de Sudán del Sur y organizó una cena benéfica en Marbella en la que recaudó unos 60.000 euros que se destinaron a construir una granja escuela. La iniciativa tuvo tanto éxito que el empresario creó Amsudán, una organización que recauda fondos para construir escuelas o pozos y para abastecer a los habitantes de Sudán de Sur de bienes de primera necesidad. Ansudán lleva más de 20 años consiguiendo recursos a través de estas cenas, que se celebran en varias ciudades españolas.

Una imagen de la cena
También en Barcelona, donde la entidad ha celebrado esta noche su tradicional cena anual de la mano de la delegada de Amsudán en la capital catalana, María Güell. El evento ha tenido lugar en el Club Bonasport y ha contado con la presencia de representantes de la sociedad barcelonesa como la diseñadora de joyas Pilar Garrigosa, Antonio Gallardo, Anna Sentmenat, Carla Shroeder, Joaquín Güell o Águeda Viñamata.
El acto ha contado con la generosidad de Santa Eulalia, Cottet, Fundación Miró, La Vanguardia, el Círculo del Liceo, el restaurante Salero y Fundación Miró entre otras muchas empresas y entidades de la ciudad. Además, no se han perdido la cita anual Diego Moxó, Pablo Güell, Bruno Rosal, Jorge Agustí, Jaime Torrens, Casilda Güell... y un buen número de miembros de la sociedad barcelonesa que han completado el aforo de Bonsport.