Supervivientes 2025 sigue muy presente más de una semana después de la gran final que dio como ganador a Borja González contra todo pronóstico. El valenciano logró arrebatar el cheque de 200.000 euros a tres de los grandes favoritos de la edición: Anita Williams, Montoya y Escassi.
Feliz de vuelta a casa después de más de 100 días durmiendo en las playas de Honduras, el valenciano está dedicando este tiempo en adaptarse a la normalidad y en lidiar con las consecuencias negativas que le ha traído su paso por el concurso.
A través de su cuenta de Instagram, Borja ha desvelado las secuelas que han afectado directamente a su salud a causa de las exigencias físicas del concurso. “Una de mis primeras visitas tenía que ser a mi amigo”, ha compartido, mostrando su paso por fisioterapia.
Borja González gana 'Supervivientes 2025'
Tras esto, ha relatado uno a uno los problemas físicos que ha podido detectar a su llegada a España. “Esguince en el pie, fisura en las costillas, lumbalgia y sobrecarga en la zona cervical”, son las dolencias y afecciones que se ha llevado el superviviente de su paso por Honduras.
“Una semana más y vuelvo sin un brazo”, ha revelado, afirmando que ya ha empezado todos los tratamientos correspondientes para poder superar esta aventura que ha azotado con fuerza su cuerpo.
Los graves problemas de salud de Borja González tras ganar 'Supervivientes'
Y no es el único concursante de Supervivientes que a lo largo de los años ha confesado haber tenido secuelas tras su paso por el concurso. Una de ellas fue Violeta Mangriñán. “No bebes agua en condiciones durante tres meses. Te ponen un bidón siete u ocho litros al día, pero a la hora está caliente. Bebes agua caliente durante tres meses. Yo estaba totalmente deshidratada. De hecho, tengo la vesícula destruida con cuatro piedras. Poco se habla de la factura física que te pasa este reality”, confesó hace un tiempo.
Otra concursante que también tuvo problemas similares fue Sonia Monroy. La actriz tuvo que ser hospitalizada por una pancreatitis y piedras en la vesícula. Tanto es así, que tuvieron que extirpársela después de su paso por el extremo programa.