Con casi 40 años de trayectoria profesional a sus espaldas, Rossy de Palma puede presumir de haberlo hecho casi todo. De ser ‘chica Almodóvar’ a convertirse en una de las musas de Jean Paul Gaultier, pasando por su etapa en el grupo musical Peor Impossible, la actriz posee un extenso currículum que la ha consolidado como una de las personalidades españolas más reconocidas y queridas en el panorama internacional.
Sin embargo, detrás de su faceta artística se encuentra una madre de dos hijos que siempre ha intentado mantener su vida privada al margen para disfrutar de momentos de tranquilidad. Sobre ello ha querido pronunciarse su hija Luna Lionne, que poco a poco está haciéndose un hueco en el mundo del arte.
Tras afirmar que proviene de una familia “de buen comer” y asegurar que está “superorgullosa” de sus orígenes, la joven ha querido dejar claro que no ha sido complicado para ella ser “hija de”. Asimismo, se siente afortunada de haber contado con las facilidades que ha tenido gracias a provenir de una familia conocida.
“Hay mucho discurso con el nepotismo. Todos somos hijos de alguien, al ser una industria pública, tu legado es más sabido por todo el mundo, pero es un honor y un privilegio”, ha señalado para Europa Press durante los premios Elle Gourmet 2025.
Luna Lionne se ha convertido en la heredera artística de Rossy de Palma
Si algo ha querido dejar claro es que su familia es “muy sencilla y muy privada”, dos aspectos que ponen sobre la mesa lo que siempre ha buscado Rossy de Palma para sus hijos. Y es que, pese a ser una actriz y modelo de éxito y haber aparecido en un sinfín de portadas y programas de televisión, siempre ha querido proteger a sus hijos hasta que han tomado su propio camino.
Por su lado, Luna Lionne ha decidido seguir los pasos de su madre. Siendo una apasionada de la música, se ha atrevido a tocar el violín e incluso cantar. Aunque también ha hecho sus pinitos en el mundo del modelaje. Si algo está claro es que pretende ser una digna heredera de su madre.

Rossy de Palma y su hija Luna en 'Planeta Calleja'
Por ello, no es de extrañar que haya querido hablar maravillas de la persona que la trajo al mundo hace ya 26 años: “No hay trampa ni cartón. Siempre tiene buen corazón y eso es lo más importante y se nota. Me da muchos consejos, pero hay cosas que me dice blanco y hago negro. Siempre es un placer escucharla, que por algo está donde está”.