Cayetano Martínez de Irujo, 62 años: “Tengo casa en Madrid, pero me cuesta ir; siempre he sido de campo y estoy muy feliz en mi pueblo, a 25 minutos de Sevilla, no puedo pedir más”

Vida rural

El aristócrata que ha sabido reinventarse a sí mismo tras años de grandes retos y emociones, se abría recientemente sobre su vida actual en la finca sevillana que heredó de su madre y donde está a punto de celebrar su boda

Cayetano Martinez de Irujo during 20 edition of

Cayetano Martinez de Irujo en 2023, en una imagen de archivo.

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El clan Alba está de celebración, y no solo porque Cayetano Martínez de Irujo y su hermana Eugenia hayan hecho las paces. Los hijos de la desaparecida e inolvidable Cayetana Fitz-James, que de un tiempo a esta parte tenían una relación muy distante, vuelven a tener buena sintonía. El caso es que hay más, porque a la edad de 62, el aristócrata puede presumir de que está a punto de empezar una nueva etapa en su vida, ya que el próximo 4 de octubre contraerá matrimonio con Bárbara Mirjan.

La cuestión es que, pese a la trascendencia que su apellido implica, él ha elegido la sencillez del campo por encima de la pompa urbana. Así revelaba en la última entrevista que ha concedido a ¡Hola!, partiendo de cómo Las Arroyuelas, su finca en Carmona, se ha convertido de algún modo en su refugio y motor vital. Y es que más allá del linaje, el duque de Arjona se muestra sin filtros como un hombre que se resiste a olvidar sus raíces. Un hombre que, entre cultivos y caballos, ha encontrado un nuevo propósito y una forma distinta de felicidad.

“Siempre he sido de campo”

El refugio en Las Arroyuelas y la apuesta por la agricultura como nueva vida y legado

Cayetano se abría en la mencionada revista y con naturalidad sobre su residencia actual, una extensa finca de 1.500 hectáreas que, tras años de luchas y proyectos, ha convertido en el centro de su día a día. “Ahora me cuesta ir a Madrid. Siempre he sido de campo y estoy muy feliz aquí. Carmona es un grandísimo pueblo y su alcalde, Juan Ávila, un fenómeno. Luego, estoy a 25 minutos de Sevilla. Es que no puedo pedir más”, confesaba, dejando claro que su vínculo con el municipio va mucho más allá del mero patrimonio. 

Cabe sumarle a lo anterior que este terreno no solo encierra memorias de infancia, sino también una pesada responsabilidad y un renovado sueño: potenciar una explotación agropecuaria que avanza a paso firme, pese a las dificultades. Con orgullo, explicaba que heredó esta joya familiar de su madre, y cómo, en sus años de pandemia, la finca se convirtió en un refugio definitivo para ella. 

Vista panorámica de Las Arroyuelas.

Vista panorámica de Las Arroyuelas.

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Eso sí, Martínez de Irujo no oculta el esfuerzo que supone sacar adelante un proyecto que, lejos de ser solo un descanso, se ha convertido en un reto empresarial que le exige, en sus propias palabras, “aprender a ser empresario sin dinero”. Entre cultivos de trigo, girasol, olivos y garbanzos, Cayetano dibuja un camino en el que plantar la semilla pretende buscar un futuro sostenible que mantenga no solo la finca, sino a las 35 familias que dependen de ella.

“He estado varias veces en la ruina”

De las caídas a la resiliencia, los años difíciles que le marcaron

Cayetano no rehúye el lado oscuro de su historia, y en esta charla con los periodistas de la mencionada publicación se abría sin reservas acerca de los episodios complicados que ha vivido en su vida económica y personal. “He estado varias veces en la ruina”, señalaba con honestidad. Porque su incansable lucha por mantener el patrimonio y sacar adelante sus negocios agropecuarios no ha sido un camino de rosas, y la construcción del mayor embalse privado de Andalucía, uno de sus proyectos más ambiciosos, llegó incluso a peligrar tras una rotura que casi le lleva al desastre.

El duque habla también de la pandemia, que le obligó a quedarse en Las Arroyuelas y que a la postre marcó un antes y un después en su manera de entender la vida y el trabajo. La misma época en que decidió apostar fuerte por la finca, con inversiones millonarias, refinanciaciones y esfuerzos constantes, conscientes de que la rentabilidad llegará en tres años, pero el camino será duro. “La estructura de gastos es muy difícil de mantener”, reconoce, subrayando que, a pesar de las adversidades, se aferra a un sueño que es también legado para sus hijos y para quienes forman parte de esa tierra.

Cayetano Martínez de Irujo and Barbara Mirjan arriving to the medals of Andalucia in Sevilla on Friday, 28 February 2025.

Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan en febrero de 2025, en una imagen de archivo.

Montse Amodeo / GTRES

“Bárbara es una mujer excepcional”

La vida en pareja y la nueva etapa que comienza junto a su futura esposa

No solo la tierra y los caballos ocupan el corazón de Martínez de Irujo, sino también su prometida, con quien celebrará boda el próximo otoño en la propia finca. La complicidad y admiración por ella afloran en sus palabras: “Bárbara es una mujer absolutamente excepcional. Sabe que la adoro y que la valoro. Es inteligente y resolutiva, como pocas personas que he conocido”. Piropos que se suman al agradecimiento por adaptarse a la vida rural que él ha elegido, en contraste con la rutina madrileña donde ella trabaja.

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