En su paso por Pasar sin llamar de RTVE, Mercedes Milà recordó uno de los momentos más duros de su carrera. En la charla con Inés Hernand, confesó que no siempre tuvo estabilidad laboral.
“Estuve cuatro años sin trabajar porque decían que era una persona muy conflictiva y que era mejor no contratarme”, relató, refiriéndose a la etapa posterior al programa Dos por dos.
Milà explicó que ese parón estuvo a punto de hacerla regresar a casa de sus padres. “Si no hubiera sido por mi pareja, José Sáo, que pagaba la compra y el apartamento, habría tenido que volver con mis padres”, reconoció.
Aseguró que esa experiencia marcó su forma de valorar las oportunidades profesionales: “Cada vez que me ofrecen un trabajo, aunque sea una mierda, doy las gracias con todo el entusiasmo del mundo, porque recuerdo perfectamente cuando no tenía ninguno”.
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La periodista reconoció que, en ocasiones, su carrera se parece al río Guadiana, apareciendo y desapareciendo en distintos momentos. Consciente de lo vivido tiempo atrás, no duda en aceptar cualquier propuesta que se le presenta. “Siempre he podido hacer televisión, aunque he pasado temporadas sin hacerlas”, comentó.

Mercedes Milà en la última edición del Festival e Televisión de Vitoria
Para Milà, mantener la consciencia de esos altibajos le ha permitido no dar nada por sentado y seguir conectada con la audiencia, incluso fuera de la pantalla.
Por último, quiso profundizar sobre la manera en la que la fama influye y cómo las redes sociales van acorde a esta: “La fama es demasiado poderosa. Hay que repartirla, hay que compartirla”, le afirmó a Inés.