Los príncipes Guillermo y Catalina de Gales ya están empaquetando algunas de sus pertenencias para su inminente mudanza desde Adelaide Cottage, su refugio familiar desde el verano del 2022, hasta el que va a ser su hogar definitivo incluso cuando Guillermo ascienda al trono, Forest Lodge, una mansión georgiana en los alrededores del castillo de Windsor. Según publica Daily Mail, la reforma ha acabado y la familia se mudará antes de lo previsto, pues planean estar instalados el 5 de noviembre o antes.
Mientras algunos vecinos luchan por aceptar que su paz y tranquilidad se han visto perturbadas por las medidas de seguridad implementadas en torno a la nueva residencia del heredero al trono británico, el personal de los príncipes ya está trasladando algunas pertenencias y pequeños objetos decorativos de la familia a la mansión. La fecha no ha sido elegida al azar. Si bien al inicio de las obras el límite para la mudanza era la Navidad, finalmente se ha fijado para la Guy Fawkes Night, una noche de hogares en el Reino Unido que conmemora el fracaso de la conspiración de la pólvora contra el rey Jacobo I y el parlamento en 1605.
Imagen del interior de Forest Lodge durante su última restauración en el 2001.
Construida en la década de 1770 y comprada por la familia real en 1829, Forest Lodge es una mansión de estilo georgiano que cuenta con ocho habitaciones, pista de tenis y un pequeño estanque dentro de las más de 2.000 hectáreas del Windsor Great Park. La vivienda fue renovada por última vez en el 2001, cuando se puso en alquiler por unos 20.000 euros al mes. Las fotos tomadas durante esas obras de restauración permiten vislumbrar hoy el interior de la residencia, incluyendo sus chimeneas de mármol originales, ventanas venecianas y molduras en el techo. Aseguraron que los príncipes están financiando los gastos de la nueva reforma.
Los Gales aseguran que vivirán en ella “para siempre”, lo que supondría en el futuro el abandono de la ciudad de Londres como residencia oficial del monarca británico. Por su parte, el rey Carlos III ya anunció el año pasado que no vivirá en el palacio de Buckingham cuando se termine la renovación en el 2027, pues opina que el palacio no es adecuado para la vida moderna. Por el momento el monarca se quedará en Clarence House, la mansión blanca a pocos metros de Buckingham que es su hogar desde el 2003.
Imagen del recibidor de Forest Lodge durante su última restauración en el 2001.
Cuando Guillermo y Kate Middleton (entonces duques de Cambridge) abandonaron el apartamento 1A del palacio de Kensington —su primera residencia oficial tras su boda en el 2011— para habitar la campestre Adelaide Cottage ya afrontaron reproches en el verano del 2022 por esa mudanza. La reforma de la residencia en el centro de Londres tras su boda en el 2011 había costado una cifra millonaria al erario público que se justificó diciendo que el futuro rey la usaría durante décadas, pero tras apenas diez años quisieron un cambio y se marcharon.
Tras acondicionar también a su gusto Adelaide Cottage, una pequeña casita más cercana al castillo de Windsor, de cuatro habitaciones, para huir de la bulliciosa capital británica, el pasado verano se confirmó que ocuparían una tercera residencia muy pronto, conocida como Forest Lodge, a unos diez minutos de conducción de la histórica fortaleza que da apellido a la familia real británica. Lo cierto es que pocas semanas después de su llegada a Adelaide Cottage murió Isabel II, alterando el orden sucesorio y haciendo correr el escalafón en cuanto a disponibilidad de viviendas.
Vista a la lejanía de Adelaide Cottage, la casa que hasta ahora han ocupado los príncipes de Gales en Windsor.
La nueva vida de los príncipes en Forest Lodge no será muy diferente de la que vivían en Adelaide Cottage, aunque evidentemente tendrán más espacio. Ya renunciaron al servicio interno cuando abandonaron Londres, algo que se mantendrá en la nueva casa, pues desean una crianza más íntima para sus hijos. Así, el personal de servicio vivirá en alojamientos cercanos, como se espera que haga la niñera española María Teresa Turrión, quien lleva a cargo de los niños de los príncipes de Gales desde el 2014.



