España en Filipinas: de Felipe II a la pérdida de la estratégica colonia en Asia

HISTORIA Y VIDA #684

El comercio del Galeón de Manila y la explotación de la población nativa constituyeron las principales fuentes de riqueza para el Imperio español en el archipiélago, bajo su dominio durante más de tres siglos

Portada de la revista 'Historia y Vida' núm. 684, marzo 2025

Portada de la revista 'Historia y Vida' núm. 684, marzo 2025

Mercedes Barragán

Durante más de trescientos años, España gobernó el archipiélago filipino, compuesto por más de siete mil islas, con Manila como epicentro de su actividad comercial. El Galeón que unía su puerto con el de Acapulco y el monopolio del tabaco fueron los éxitos más apabullantes de la metrópoli, que, sin embargo, no supo aliviar la explotación de los campesinos, ni plantear un nuevo marco colonial que satisficiera los anhelos nacionalistas.

En todo esto y mucho más profundizamos en el número de marzo de la revista Historia y Vida, del que te adelantamos el editorial de nuestra directora, Isabel Margarit, seguido del sumario de los contenidos del mes.

EL EDITORIAL

Durante más de trescientos años, Filipinas fue colonia española, un dominio que terminó en 1898 con la derrota en la guerra hispano-estadounidense. Y, sin embargo, poco se conoce sobre el papel real que desempeñó este territorio desde su conquista por Miguel López de Le­gazpi, bajo el reinado de Felipe II. El archipiélago se convirtió en una puerta al comercio asiático, administrado desde Nueva España. 

El Galeón de Manila, que era al mismo tiempo un barco y una ruta, y unía Manila con Acapulco, llegó a ser tan decisivo que justificó, en buen modo, el mantenimiento de la colonia. Seda, especias, porcelana, té y marfiles cargaban las bodegas rumbo a América. No solo eso. El carácter geoestratégico de aquellas islas para el Imperio hispánico resultó crucial, al actuar como baluarte defensivo de unos dominios ame­ricanos tan ricos en plata. 

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Por su parte, la intensa campaña de evangelización convirtió a las órdenes religiosas en los principales agentes de españolización, y el monopolio del tabaco fue una de las prioridades de la Corona en Filipinas, un territorio que, pese a los intentos de otras potencias como Holanda, se mantuvo largo tiempo bajo la esfera hispana. La pérdida de las colonias americanas cortó el vínculo filipino con Nueva España. 

A partir de entonces, la relación con la metrópoli fue directa, pero la marginación política de las élites locales por parte de Madrid frustró cualquier expectativa. Este inmovilismo alimentó una corriente nacionalista encabezada por José Rizal. En aquel río revuelto, tras el desastre militar de 1898, Estados Unidos exigió la cesión de Filipinas en el Tratado de París, que puso fin a un fructífero vínculo con el último confín del Imperio.

HISTORIA Y VIDA #684

DOSSIER

Filipinas españolas

Su importancia geoestratégica justificó la permanencia de la Corona hispánica en este archipiélago, conquistado por Legazpi en 1565.

A. Fernández Luzón, doctor en Historia

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