Donald Trump aprovechó su presencia en París, con motivo de la reapertura de la catedral de Notre Dame, para ejercer de nuevo como ficha clave en el tablero de la política global. Después de su encuentro con Volodímir Zelenski en la capital francesa, el presidente electo de Estados Unidos pidió un alto el fuego inmediato en la guerra con Rusia y dijo que el líder ucraniano le había expresado su deseo de “llegar a un acuerdo para parar la locura”.
A seis semanas de volver a instalarse en el despacho oval, Trump quiere ejercer ya su influencia y utiliza un lenguaje directo, con pocos matices. “Tendría que haber un alto el fuego inmediato y las negociaciones deberían empezar”, escribió el ganador de las últimas elecciones norteamericanas en la plataforma Social Truth.
Trump y Zelenski participaron en un encuentro a tres, el sábado, junto a Emmanuel Macron en el Elíseo antes de dirigirse a Notre Dame. Allí pudieron de nuevo intercambiar palabras y después otra vez en la cena ofrecida por la presidencia francesa.
“A Zelenski y Ucrania les gustaría llegar a un trato y parar la locura”, aseguró Trump. “Conozco a Vladímir bien –agregó–. Es el momento de actuar. China puede ayudar. ¡El mundo está esperando!”. El presidente electo habló de 400.000 bajas en el ejército ucraniano desde que empezó la guerra. En realidad, según Zelenski, son 43.000 los soldados muertos y 370.000 los heridos.
Sobre la OTAN, Trump reitera su discurso de que se quedará si los socios “pagan sus facturas”
El presidente ucraniano, que lució en la catedral y en el Elíseo su habitual indumentaria caqui, como líder de un país en guerra, quiso puntualizar de inmediato, a través de la red X, que el eventual acuerdo con Rusia no puede alcanzarse a cualquier precio. “Cuando hablamos de una paz efectiva con Rusia, tenemos que hablar primero y sobre todo de las garantías efectivas para la paz –afirmó–. Los ucranianos desean la paz más que nadie. No puede ser un simple pedazo de papel y unas pocas firmas. Una tregua sin garantías puede cesar en cualquier momento, como Putin ha hecho en el pasado. Para asegurar que Ucrania ya no sufre pérdidas, debemos garantizar la fiabilidad de la paz y no cerrar los ojos a la ocupación”. Hace unos días Zelenski propuso por primera vez un compromiso que consistiría en ceder de facto los territorios conquistados por Rusia a cambio de que el resto de Ucrania recibiera la protección de la OTAN. De entrada, esto último resulta inaceptable para Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reaccionó con prontitud al mensaje de Trump y reiteró la disponibilidad de Moscú a hablar, aunque recordó que siguen siendo válidas las condiciones puestas por Putin, entre ellas la aceptación de la realidad en el campo de batalla –las regiones ocupadas y anexionadas– y la no adhesión de Kyiv a la OTAN.
La ofensiva mediática de Trump continuó horas después con una entrevista pregrabada en el programa Meet the Press , de la cadena NBC. Sobre Ucrania, sugirió que Kyiv debe prepararse para recibir menos ayuda de EE.UU. Ante una pregunta sobre el particular, contestó: “Posiblemente, sí, probablemente. Seguro”. El presidente electo efectuó también una batería de anuncios en materia migratoria y comercial.
Una de las medidas más duras y ambiciosas de Trump –y difícil de materializar– fue la de trabajar para eliminar, desde el primer día de su mandato, el derecho de suelo, que otorga automáticamente la nacionalidad estadounidense a todo niño nacido en el territorio nacional. Eso entrañaría modificar una de las enmiendas de la Constitución. También repitió su intención de expulsar a la totalidad de los inmigrantes irregulares. No obstante, se mostró más generoso con los llamados soñadores , que llegaron al país siendo niños, dejando claro que habrá algún tipo de solución para legalizarlos.
El presidente electo quiere acabar pronto con la nacionalidad automática si se nace en Estados Unidos
Sobre la política comercial, se mostró decidido a aplicar aranceles a sus dos principales socios, México y Canadá, porque según él sacan demasiado partido de su acuerdo con Estados Unidos, pero advirtió de que esos aranceles tendrán que aplicarse “de una manera apropiada”. “No digo de utilizarlos como un loco”, especificó.
En cuanto a la amenaza permanente de abandonar la OTAN, Trump no se apartó de lo que ha sido su línea argumental desde su primer mandato. Es un razonamiento simple, casi de charla de café, para los ciudadanos alérgicos a grandes análisis geopolíticos. “Tienen que pagar sus facturas”, dijo a su entrevistadora, Kristen Welker. “Si pagan sus facturas y si pienso que nos están tratando justamente, la respuesta es que, por supuesto, me mantendré en la OTAN”, enfatizó el presidente, quien, en la práctica, y pese a su discurso oficial, aumentó la presencia militar de Estados Unidos en Europa en los cuatro años que estuvo en la Casa Blanca.