La OTAN lanza una misión en el mar Báltico contra la ‘flota fantasma’ rusa

Seguridad en Europa

Fragatas, aviones y drones navales protegerán las infraestructuras submarinas tras varias sospechosas roturas y daños en cables eléctricos y de telecomunicaciones

Rusia utiliza petroleros vetustos, mal asegurados y con bandera extranjera, para transportar su crudo esquivando las sanciones occidentales

The Oil tanker Eagle S is seen anchored near the Kilpilahti port in Porvoo, on the Gulf of Finland on January 13, 2025. Finnish authorities announced on January 8, 2025 that they had banned the oil tanker Eagle S, suspected of belonging to the Russian

El petrolero Eagle S, sospechoso de formar parte de la flota fantasma rusa y de dañar cables, confiscado y anclado cerca de Helsinki, en una imagen del 13 de enero 

VESA MOILANEN / AFP

La OTAN y los países aliados ribereños del Báltico acordaron el martes desplegar fragatas, aviones de patrulla y drones navales en este mar contra la llamada flota fantasma rusa, considerada una amenaza para la seguridad, y como protección de infraestructuras submarinas, después de varias sospechosas roturas en cables de electricidad y de telecomunicaciones.

Tras una cumbre en Helsinki, impulsada por Finlandia y Estonia, los líderes de ambos países y el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, anunciaron la nueva misión, denominada Baltic Sentry (Centinela del Báltico). “No queremos que el enemigo sea más sabio de lo que ya es”, arguyó Rutte para justificar su negativa a dar detalles sobre el número de buques y aviones implicados, afirmando que la cifra puede variar de una semana a otra.

Por flota fantasma rusa se conoce al conjunto de petroleros, a menudo vetustos, mal asegurados y que operan bajo pabellón extranjero, que podrían estar siendo utilizados por Rusia para transportar su crudo esquivando las sanciones occidentales, o para realizar sabotajes, o incluso para espiar. El pasado 25 de diciembre resultaron dañados el cable eléctrico EstLink 2, que une Finlandia y Estonia, y otros cuatro cables de telecomunicaciones, pocas semanas de spués de que en noviembre sufrieran daños similares un cable entre Lituania y la isla sueca de Gotland (el Arelion) y otro que enlaza Helsinki con el puerto alemán de Rostock (el C-Lion1), si bien en estos dos últimos la sospecha se dirige hacia la actuación deliberada de un barco chino.

Cumbre en Helsinki 

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y los países ribereños del Báltico avisan de que “contraatacan” ante las recientes roturas sospechosas de cables submarinos

El 28 de diciembre, la policía finlandesa confiscó el petrolero Eagle S , con bandera de las Islas Cook, ante la sospecha de que forma parte de la flota fantasma rusa, y de que dañó la línea eléctrica Estlink 2 y cuatro cables de telecomunicaciones arrastrando su ancla por el lecho marino. Por ello se halla atracado en Porvoo, al este de Helsinki, y las autoridades han prohibido a ocho miembros de su tripulación abandonar Finlandia mientras la policía lleva a cabo sus investigaciones.

El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, explicó que se harán estudios jurídicos para valorar qué otras medidas pueden tomarse contra los buques sospechosos de cometer infracciones, preservando al mismo tiempo las normas de libertad de navegación. “Se trata de realizar una aplicación robusta de la ley, Finlandia ya lo está haciendo; los capitanes deben ser conscientes de que es posible abordarlos y practicar incautaciones y detenciones”, avisó Stubb. 

El primer ministro estonio dijo que estos petroleros “están ganando dinero para Rusia y además generan peligro medioambiental”. Las autoridades de Estonia, explicó, han revisado desde junio más de 300 petroleros, de los cuales 260 presentaron sus seguros y 62 no lo han hecho aún, y siete fueron abordados. Unos 2.000 barcos cruzan el mar Báltico cada día, lo cual dificulta el control, alertó el presidente de Letonia, Edgars Rinkevics.

(L-R) Estonian Prime Minister Kristen Michal, Finnish President Alexander Stubb and NATO Secretary General Mark Rutte pose for a picture at the summit of the Baltic Sea NATO countries at the Presidential Palace in Helsinki, Finland, on January 14, 2025. The topic of the summit is the security of the Baltic Sea region, especially measures required to secure the critical underwater infrastructure.

El primer ministro estonio, Kristen Michal; el presidente finlandés, Alexander Stubb; y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en Helsinki para la cumbre el 14 de enero  .

Antti Aimo-Koivisto / Lehtikuva / AFP

“En toda la Alianza hemos visto elementos de una campaña para desestabilizar nuestras sociedades mediante ciberataques, intentos de asesinato y sabotaje, incluido el posible sabotaje de cables submarinos en el mar Báltico, con daños a cables de energía y telecomunicaciones que son vitales para la seguridad y prosperidad de nuestros países”, recalcó Rutte. “Haremos cuanto esté en nuestra mano para contraatacar”.

En la cumbre, el presidente finlandés Stubb, y el primer ministro estonio, Kristen Michal, ejercieron de anfitriones de los jefes de Estado o de Gobierno de: Alemania (canciller Olaf Scholz), Polonia (primer ministro Donald Tusk), Suecia (primer ministro Ulf Kristersson), Dinamarca (primera ministra Mette Frederiksen), Lituania (presidente Gitanas Nauseda) y Letonia (presidente Edgars Rinkevics). Además de Rutte, participó Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea. En declaraciones aparte, el alemán Scholz aseguró que podrían introducirse otras sanciones “contra buques y compañías navieras concretas que también suponen una amenaza para el medio ambiente”.

La misión Baltic Sentry estará bajo la autoridad del comandante supremo aliado en Europa, el general estadounidense Christopher G. Cavoli. La Alianza Atlántica anunció ya a finales del 2024 que reforzaría su presencia militar en el Báltico, en respuesta a las reiteradas roturas de cables. Antes de esto se había producido ya otros daños en infraestructuras submarinas, como las fugas en octubre del 2023 en el gasoducto Balticonnector entre Finlandia y Estonia y en un cable de telecomunicaciones, que los investigadores atribuyeron a la acción intencionada de un barco chino.

A finales de septiembre del 2022, es decir, siete meses después del inicio de la invasión a gran escala rusa de Ucrania, se produjeron fugas en los gasoductos Nord Stream entre Alemania y Rusia en aguas danesas y suecas, que, según las últimas investigaciones, pudo ser un sabotaje obra de ucranianos.

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