Ultimátum de los socialistas franceses para que Bayrou ceda en las pensiones

PULSO POLÍTICO EN PARÍS

El primer ministro acepta renegociar la polémica reforma, pero el PS pone exigencias

François Bayrou, ayer, durante el debate en la Asamblea Nacional francesa

François Bayrou, ayer, durante el debate en la Asamblea Nacional francesa 

LUDOVIC MARIN / AFP

Los socialistas franceses aceptaron ayer la oferta del primer ministro, François Bayrou, de revisar la reforma de las pensiones, aprobada en el 2023, para corregirla si existe margen financiero para hacerlo. Pero ese acercamiento no es suficiente y el PS exigió no volver automáticamente a la versión ahora en vigor si la negociación fracasa.

En una entrevista televisada, anoche, el primer secretario socialista, Olivier Faure, dramatizó las cosas y dio de plazo hasta el jueves a Bayrou para que dé respuestas satisfactorias. Ese día se vota una moción de censura en la Asamblea Nacional presentada por La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) y apoyada por los verdes y los comunistas.

Durante su discurso programático, el centrista Bayrou, designado por el presidente Macron el pasado 13 de diciembre, propuso una comisión permanente entre representantes sindicales y patronales para “volver a poner en obras” la polémica reforma, sin ningún tabú, incluso cuestionando la medida más simbólica, la elevación de 62 a 64 años de la edad legal de jubilación. La única condición será encontrar fórmulas que no agraven el desequilibrio financiero. Se encargará al Tribunal de Cuentas un informe exprés sobre el estado contable del sistema de pensiones. Bayrou habló de “cónclave”durante tres meses. Si hay acuerdo, se adoptará. Si no, continuará aplicándose la reforma del 2023.

La extrema derecha no hará caer de momento este Ejecutivo, aunque podría hacerlo pronto

Es dudoso que surja un compromiso porque los empresarios están totalmente en contra de volver a la jubilación a los 62 años. Piensan que Francia iría totalmente en dirección opuesta a la tendencia en Europa.

Los socialistas no se fían y pidieron información sobre las iniciativas fiscales del Ejecutivo y otros detalles que les preocupan. Si el diálogo sobre las pensiones fracasa, exigen que el asunto vaya al Parlamento, lo que supondría la muerte de la reforma en vigor.

El PS intenta mostrarse constructivo y no ser cómplice de la caída de otro gobierno, que generaría mucha inestabilidad al ser imposible, constitucionalmente, convocar nuevas elecciones antes de julio. En realidad, la situación sigue muy precaria, consecuencia todavía de la decisión de Macron de convocar comicios anticipados en junio pasado.

La extrema derecha se mostró muy decepcionada con el tono y las propuestas de Bayrou, si bien no apretará por el momento el botón de la censura. Se reserva, quizás, para los presupuestos, dentro de varias semanas, o más tarde. Por parte del Reagrupamiento Nacional (RN) no habló Marine Le Pen sino Jean-Philippe Tanguy, que pronunció un discurso muy agresivo contra todo lo que representa el macronismo. Tanguy no ocultó que el objetivo a medio plazo es hacer caer al Gobierno. Acabó su intervención dirigiéndose a los franceses: “Resistid, llegamos”.

También muy dura fue Mathilde Panot, la portavoz de LFI, que ironizó sobre la presencia en el Gobierno de dos exprimeros ministros, Manuel Valls y Élisabeth Borne, a quienes atribuyó pésimas políticas. Sobre Valls fue especialmente cruel, recordando con detalle sus últimas derrotas electorales, en Catalunya y en Francia cuando volvió a presentarse como diputado.

El líder de la Derecha Republicana, Laurent Wauquiez, no exhibió entusiasmo alguno con el discurso de Bayrou. No obstante, descartó de momento que sus representantes dejen el Ejecutivo o que vayan a sumarse a una censura. El dirigente conservador dibujó un escenario catastrófico de las finanzas públicas. Dijo que “Francia está al borde de la ruina, pagamos tipos de interés superiores a Portugal y nos consideran menos serios que Grecia”.

Bayrou compara las amenazas de Trump a Groenlandia, Canadá y Panamá con la política de Rusia y China

Además de los aspectos financieros, la intervención inicial de Bayrou abordó otros asuntos, también los internacionales, que son una competencia más directa del Elíseo. Llamó la atención la inquietud del primer ministro por la agresividad desinhibida de las grandes potencias. Mencionó a Rusia, China y Estados Unidos. Sobre “el gran aliado” estadounidense deploró que “hayan escogido, por otras vías, la misma política de potencia y de dominación”. “Este nuevo orden mundial, o más bien nuevo desorden mundial, que amenaza todos los equilibrios y todas las reglas de la decencia –continuó el premier-. Hay un cierto número de figuras que la encarnan sin complejos, como Elon Musk. El mismo presidente electo de EE.UU., hecho inédito, articula amenazas de anexión de territorios soberanos como Groenlandia, el canal de Panamá y hasta Canadá”. Según Bayrou, “es hora de ver las cosas como son” y “subrayar lo que somos a esas grandes potencias”

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