El conflicto en la República Democrática del Congo se enciende aún más. El grupo rebelde M23, con apoyo de Ruanda, invadió ayer la ciudad de Bukavu, capital de la región de Kivu Sur de más de 1’2 millones de habitantes, en un avance sin precedentes de la insurgencia rebelde en Congo en más de veinte años.
Tras controlar a finales del mes pasado la ciudad de Goma, la capital e la región de Kivu norte, el M23 asestó ayer su mayor golpe a la autoridad del gobierno de Kinshasa al entrar en la segunda ciudad llave para controlar una región rica en minas de oro, diamantes, coltán u otros minerales clave para los dispositivos electrónicos.
Zona llena de minas
Bukavu es una urbe llave para controlar una región rica en minas de oro, diamantes o coltán
En el año 2012, el M23 conquistó la ciudad de Goma, pero se retiró once días después tras la presión internacional. Ningún grupo rebelde había llegado jamás tan lejos desde 1996, cuando una rebelión liderada por Laurent Désiré Kabila, apoyada también por Ruanda, derrocó al dictador Mobutu Sese Seko.
Encerrada en su casa de Bukavu con su familia, la periodista congolesa Eliane Pole Pole explicó a este diario la angustia y el miedo que vive la población de la ciudad en las primeras horas de este sábado. “Todo es complejo y confuso. Nos hemos cerrado en casa porque todavía se escuchan disparos esporádicos, los hemos oído durante toda la noche y también ahora”.
Precedente peligroso
Ningún grupo rebelde había llegado tan lejos desde 1996, cuando una rebelión liderada por Laurent Désiré Kabila, apoyada por Ruanda, derrocó al dictador Mobutu
El temor de Eliane es comprensible. Aunque ayer en Bukavu apenas se produjeron enfrentamientos porque los soldados del ejército congolés, y sus aliados de Burundi y la milicia Wazalendo, se retiraron horas antes de la llegada de los rebeldes, los combates en la toma de la urbe de Goma de hace tres semanas dejaron más de 2.900 muertos, más de 3.000 heridos y provocaron el desplazamiento de miles de personas.
En realidad, el miedo de la periodista congolesa es ya nacional, continental y global. El riesgo de guerra total, con la implicación de más países de la región, es más alto que nunca: tras confirmar que sus hombres habían controlado por la tarde el aeropuerto de entrado en Bukavu sin apenas oposición, Corneille Nangaa, líder de la Alianza del Río Congo (AFC), el brazo político del M23, aseguró que el objetivo es ahora llegar a Kinshasa, capital del país, y derrocar al gobierno. “Estamos en marcha por la liberación total de nuestro pueblo y liberar los corazones heridos por seis años de caos político”.
Estamos en marcha por la liberación total de nuestro pueblo y liberar los corazones heridos por seis años de caos político”
El presidente congolés, Félix Tshisekedi, que ayer se encontraba en Alemania en el marco de una conferencia de seguridad, acusó a Ruanda de estar detrás del conflicto por sus “ambiciones expansionistas” para controlar las dos regiones ricas en minerales y fronterizas con el territorio ruandés. Las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos y varios países europeos acusan al presidente ruandés, Paul Kagame, de apoyar con armamento y más de 7.500 soldados al M23, pero el gobierno de Kigali lo niega.
Tshisekedi, sobre quien crece un descontento interno por su gestión de la crisis, acusó también a su predecesor, Joseph Kabila, de estar detrás del movimiento rebelde y político que busca derrotar a su gobierno. “Es la oposición la que ha tomado las armas y ha fomentado con Ruanda este golpe contra la República. La prueba es que los verdaderos comandantes (del AFC) se esconden y su verdadero líder de esa oposición es Kabila, pero no le vemos ni asume sus acciones”, señaló ayer.
Tras la toma de Bukavu por el M23, la tercera guerra en Congo, tras la del año 1996 y la posterior de 1998 a 2003, está más cerca que nunca.
