El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, será la cara más buscada en la cumbre de ministros de Exteriores de la OTAN que arranca hoy en Bruselas. En vísperas de la cita, la primera de este tipo desde que Rubio se convirtió en el jefe de la diplomacia de Donald Trump, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se mostró convencido de que la Alianza Atlántica perdurará y reiteró el compromiso de EE.UU. con ella, pese a las preocupaciones de los europeos por el acercamiento del mandatario estadounidense a Vladímir Putin y por sus amenazas sobre Groenlandia.
“Sé que ciertos aliados en este lado del Atlántico se inquietan por el compromiso a largo plazo de EE.UU. con la OTAN”, admitió Rutte en una rueda de prensa previa. “Estoy completamente convencido de que esta alianza durará con EE.UU.; su compromiso es absolutamente claro”, aseguró el neerlandés, que volvió a aplaudir a Trump por iniciar las negociaciones para acabar con la guerra en Ucrania.
Según fuentes aliadas, lo más probable es que Rubio acuda a Bruselas para trasladar en persona el mensaje de Trump de que los aliados europeos deben hacer más para repartir la carga de la inversión en defensa. Con sus raíces en el Senado, el secretario de Estado tiene un perfil muy diferente al de Pete Hegseth, el jefe del Pentágono, que revolucionó Bruselas en su viaje de febrero al anunciar el pensamiento de EE.UU. sobre Ucrania, diciendo que no es realista que pretenda recuperar las fronteras anteriores a la invasión rusa.
La OTAN también mira al Indo-Pacífico, el teatro mundial que más interesa ahora mismo a Trump. Está prevista otra reunión con socios clave en esa región y que Marco Rubio también mencione el riesgo que China supone para la Alianza. “Es comprensible que, con el tiempo, EE.UU. quiera centrarse cada vez más también en esa parte del mundo –declaró Rutte–. Así que es lógico que Europa se implique todavía más”.