Los estudiantes que recuerdan el pasado revolucionario de Claudia Sheinbaum

La juventud mexicana 

Protestas en la icónica universitaria UNAM, evocan el activismo estudiantil de la presidente mexicana

Los estudiantes que recuerdan el pasado revolucionario de Claudia Sheinbaum
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Estudiantes de la UNAM en el Zocalo el pasado jueves, dia del Trabjador

Curtida en las luchas universitarias de los años ochenta, Claudia Sheinbaum entiende la importancia simbólica del movimiento estudiantil en México. Sobre todo cuando se trata de la gigantesca y emblemática universidad pública, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Estudiantes de la UNAM en el Zocalo el pasado jueves, dia del Trabjador

Estudiantes de la UNAM en el Zocalo el pasado jueves, dia del Trabjador

Por ese motivo, los cientos de estudiantes de la UNAM que irrumpieron el jueves en el Zócalo entre gritos de “¡Los sindicatos son unos farsantes!”, inyectando vida en el ritualizado Día del Trabajador, tendrían resonancias históricas para la presidenta mexicana.

Los estudiantes se unieron a las manifestaciones de sindicatos más o menos institucionalizados, algunos ya endogámicamente vinculados a Morena, el poderoso partido de Sheinbaum, creado hace un decenio por su padre político Andrés Manuel López Obrador, que poco a poco se va asemejando al viejo Partido de la Revolución Institucional (PRI). Los estudiantes aportaron un verdadero espíritu de cambio al Día del Trabajador en el Zócalo con el que Sheinbaum tal vez se identificaría.

Meneando las manos y coreando eslóganes que parecían versos de rap, lanzaron reivindicaciones en favor de comedores subsidiados, más becas para estudiantes sin recursos en el campus, así como el derecho a protestar. A diferencia de otras universidades, donde los alumnos suelen provenir de clases más acomodadas, los rebeldes de la UNAM eran hijos de trabajadores, que disfrutan de la matrícula gratuita.

Crece el malestar del cuerpo estudiantil de la UNAM -con nada menos que 370.000 estudiantes- por una serie de recortes presupuestarios, la falta de becas, la inseguridad en el campus, y el elevado coste de los alimentos en los comedores. El líder de las protestas actuales es el Frente Alimentario Estudiantil, que advierte de que los menús del día por casi 100 pesos (cinco dólares) están fuera del alcance del bolsillo de los estudiantes trabajadores.

Con 370.000 estudiantes, la UNAM lidera las protestas estudiantiles otra vez

Pero en su manifestación en el Zócalo los estudiantes no se limitaron a reivindicar mejoras en la precaria vida estudiantil. Exigieron más derechos para los trabajadores, más allá del “inicio de una transición” hacia la semana laboral de 40 horas que la presidenta anunció ese mismo día tras reunirse con líderes sindicales.

“¡Estamos luchando contra los pinches patrones por los derechos de los trabajadores!”, dijo a gritos, ante la cámara de video, Ernesto Said de Alcaraz, estudiante de preparatoria de 18 años. “No me queda claro que con la presidenta hay un compromiso con su propia gente.” Aunque el gobierno de López Obrador creó un sistema nuevo de becas y aprendizajes juveniles, la vida del estudiante universitario en tiempos de recortes  y precios al alza es difícil.

Pese a estas críticas, Sheinbaum sabe que es el movimiento contestatario en México –vertebrado a través de millones de asociaciones vecinales, grupos campesinos e indígenas, gremios laborales, sindicatos, y organizaciones estudiantiles– lo que sostendrá su gobierno a través de los momentos difíciles que se avecinan. “¡No al imperialismo de Donald Trump”, proclamó otro líder en el escenario.

La presidenta ha optado por mantenerse al margen de la disputa. “Es cierto que vengo del movimiento estudiantil”, dijo en la conferencia de prensa matutina la semana pasada. “Pero este es un asunto de la universidad.” “¡Tenemos  que radicalizarnos”, dijo otro veinteañero.

La UNAM es una institución pública de enorme importancia en México, una de las mejores universidades del mundo, ocupando el puesto número 54 en un ranking de más de 700 universidades elaborado por el Times Literary Supplement en el Reino Unido.

Es también un símbolo de protesta desde que nació el movimiento estudiantil de 1968, cuya represión –con un saldo de mas de 300  de estudiantes asesinados por la policía– marcó el inicio de la degeneración del sistema de partido único, el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sheinbaum, nacida en 1962 de padres intelectuales, hijos de inmigrantes judíos del este de Europa, se identifica como una “hija del 68”.  

Estudiantes de la UNM en el Zócalo 1968

Estudiantes de la UNAM en el Zócalo 1968

ARCHIVO

El campus de la UNAM, en el sur de la ciudad, es una joya del movimiento moderno mexicano, obra de Gustavo María Saavedra y Juan Martínez de Velasco, construido a finales de los años cuarenta, con el espectacular mural de Juan O'Gorman en la Biblioteca Central, inspirado en el arte precolombino.

Inspirada por sus padres, él miembro del partido comunista, ella científica, participante en las protestas en la UNAM en el 68, Sheinbaum ya se unía, los 15 años, a las protestas y huelgas de hambre en apoyo a las familias de desaparecidos . Cuando inicio su propia carrera de física, siguiendo en los pasos de su madre, ayudó a crear en 1986 el Consejo Estudiantil Universitario (CEU). Junto a otros líderes estudiantiles, como Antonio Romero y quien sería su marido, Carlos Imaz Gispert, lideró una serie de mega protestas contra las subidas de la matrícula que luego se ampliaron hacia la democratización de la universidad y de la sociedad. Fue otro asalto a la “dictadura perfecta” (como la llamó Mario Vargas Llosa) del partido de Estado .

El viejo priismo ya había adoptado las políticas de privatización y ataques a lo público. En la UNAM, el modelo de universidad privatizada se empezaba a importar desde Estados Unidos y Europa. “Querían elevar las cuotas, la inscripción, las colegiaturas (matrículas)”, explica Sheinbaum en un documental sobre su vida. “El CEU fue uno de los primeros movimientos estudiantiles que se enfrentaba a las políticas neoliberales”.

Sheinbaum participó en manifestaciones contra la privatización de la universidad

Tras semanas de reuniones con la dirección de la universidad, el CEU convocó una protesta en el Zócalo, en el centro de México, donde asistieron cientos de miles de estudiantes. Pronto lograron sus reivindicaciones, parte de un movimiento más amplio en favor de la democracia.

Sheinbaum se formó políticamente también en ese momento de organización y autoayuda. “Nos impresionaba su capacidad de sistemizar  (...) ya tenia autoridad”, dijo uno de sus compañeros del movimiento estudiantil de la UNAM. Miles de asociaciones vecinales, campesinas y trabajadores se unificaron en un movimiento por el cambio que impulsó la campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, que habría llevado a la izquierda a la presidencia en 1988 de no ser por un fraude electoral.

En una entrevista en The New Yorker este mes, Cárdenas dijo que el acontecimiento más importante de aquella campaña fue un mitin en el campus de la UNAM para apoyar su candidatura, organizado por Sheinbaum y su futuro marido.

Cárdenas sería el primer líder de la nueva izquierda que llegaría a ser gobernador de la megalópolis de Ciudad de México en 1997. Sería seguido por Andrés Manuel López Obrador y luego, unos años después, por Claudia Sheinbaum. En los años anteriores, Sheinbaum había ido a vivir a California con su marido, su hijo y la hija del nuevo matrimonio, para seguir sus estudios en física en ingeniería energética. Eligió otra universidad conocida por su movimiento de protesta y de la contracultura de los sesenta: Berkeley. En una foto famosa de la presidenta en aquellos años, aparece con una pancarta protestando contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que Bill Clinton y Carlos Salinas de Gortari firmarían en 1994.

La conquista del poder por la izquierda en la capital no fue correspondida en el resto del país hasta la histórica victoria de López Obrador en las elecciones presidenciales del 2018, consolidada ahora con creces por el triunfo arrasador de la primera presidenta del país en junio del año pasado, cuando su partido se hizo con el control de ambas cámaras. Ahora, en medio de temores de que Morena se convierta en el partido del estado, al igual que lo fue el PRI, los estudiantes vuelven a ser una voz de protesta independiente que Sheinbaum -defensora de la democracia y, a veces, enfrentada a los hombres barones de Morena al igual que a Donald Trump-seguramente escuchará.

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