El currículum de Mete Coban, teniente de alcalde de Medio Ambiente en el Londres de Sadiq Khan, impresiona. Impresiona y justifica su sueldo público de 147.770 libras (más de 175.000 euros). De nacionalidad británica, Coban fundó a los 20 años, en 2012, y siendo aún estudiante en la Universidad de Greenwich, la ONG MyLifeMySay, para fomentar el crecimiento de los jóvenes en la vida política. Con 21 años, aún siendo estudiante universitario, entró a formar parte del gobierno del borough de Hackley, uno de los 32 que forman Londres, con la responsabilidad de regir el área de Medio Ambiente y Cambio Climático, para la que logró inversiones millonarias que permiten a Hackley nutrirse en gran parte de energías renovables. Sus esfuerzos para acercar la política a los jóvenes hicieron que en 2020 fuese nombrado MBE (Miembro de la Orden del Imperio Británico), un honor infrecuente para alguien de los 28 años que tenía entonces. En 2024 ayudó para que casi 500.000 personas se registraran para votar en las elecciones generales británicas. Y, por si todo fuera poco, es el delegado en Europa de la Fundación Obama.
Y además, estuvo muy cerca de jugar en el Real Madrid. O en el Inter de Milán. Salvo que esto último es falso. Y hasta hace apenas unos días la prensa británica no ató los dos cabos.
Antes de empezar a construir una vida laboral envidiable, Mete Coban fue un fanático del fútbol. Llegó a presentarse a una prueba con el Atlético de Madrid, que descartó incorporarle a sus categorías inferiores, y durante unos años se desempeñó como scout del Southampton FC. Pero lo mejor de su carrera futbolística ocurrió en la realidad… fruto de la ficción.

Mete Coban, en el centro de la imagen.
La pasión turca madridista
En 2011 el fútbol turco estaba de moda. El germano-turco Ozil llevaba un año en el Real Madrid de Mourinho, que se fijó en otros dos futbolistas turcos —Altintop y Sahin— para reforzar a un equipo ensombrecido por el brillo del Barça de Guardiola. El patio digital que hoy es Twitter, además, era un territorio virgen y confiable. Tanto, que la red social se consideraba una herramienta de libertad que había sido usada, para el bien, en las entonces recientes primaveras árabes.
De repente, poco antes de la canícula estival, un jugador de 17 años irrumpió con fuerza en el mercado veraniego. Zurdo, turcochipriota con pasaporte británico, interior o lateral izquierdo, una nueva perla del Bósforo llenaba titulares en la prensa internacional. En diarios deportivos, portales especializados o incluso en la prensa turca. En sus redes sociales aparecía posando en el Bernabéu —síntoma de fichaje inminente— y en YouTube aparecieron vídeos de sus mejores jugadas con la camiseta del Inter.
¿Y por qué el Inter? Porque la estrella del mercado veraniego, formada en el Galatasaray, estaba en las categorías inferiores del club nerazzurro, que le habían fichado tras impresionar en un duelo de juveniles ante el Atalanta. De ahí, de la cantera interista, le conocía Mourinho, campeón de Europa con los italianos en 2010, y de ahí su interés por el fichaje.
El jugador se llamaba Mete Serdan Coban. Y su estrellato futbolístico fue flor de unas semanas.

Imagen de Mete Coban en su perfil en la Fundación Obama.
Se deshace el encanto
La mentira cayó por su propio peso. El Galatasaray, el Inter y la Federación Turca de Fútbol contestaban lo mismo cuando se les preguntaba por Mete Coban: “¿Quién?”. Nadie sabía quién era, ni tenían constancia de la existencia de un jugador de esas características. ¿Y los vídeos jugando en el Inter? Lo explicaba Jotdown hace unos años. En esas imágenes de los equipos primavera se reconocía claramente a Mario Balotelli, el explosivo delantero nacido en 1990 ¿Cómo podía un jugador nacido en 1994 —Coban se restó dos años en su relato— compartir equipo con el punta italiano, cuatro años mayor?
Tal y como floreció, la historia de Mete Serdan Coban, el que pudo ser el mejor lateral izquierdo del mundo. Se desvaneció.
Un año después de concluida su carrera —fake— de futbolista, Mete Serdan Coban se convirtió en Serdan Coban. El político, el filántropo, el activista, el MBE. Su pasado deportivo, por llamarlo de alguna forma, quedó oculto hasta para esa memoria industrial llamada Google..
“Esto ocurrió hace más de una década, cuando Mete Coban era un adolescente y estaba representado por un agente de fútbol. Él ha declarado públicamente que fue un error ingenuo del que ha aprendido y del que ha pasado página”, declaró un portavoz del Ayuntamiento de Londres a The Times.
El debate ahora es si es de fiar una persona que, con 19 años, quiso engañar al mundo entero. Si Mete Coban es ese joven o lo que es ahora: una estrella emergente del labour. Tal vez como sociedad debamos empezar a aprender a perdonar los errores de juventud, que la huella digital magnifica, a veces hasta la cancelación. Porque lo más natural es que en 30 años, a una chica o un chico que hoy tiene 15 años y una nutrida cuenta de TikTok le tengamos que llamar Señora Presidenta (o Presidente) del Gobierno.