Un día después de ejecutar la operación “Telaraña”, con la que Ucrania atacó con drones varias bases de cazabombarderos estratégicos rusos (con capacidad nuclear), Moscú y Kyiv celebraron en la ciudad turca de Estambul su segunda ronda de negociaciones directas en tres años. La breve reunión, de poco más de una hora, terminó sin signos de avances hacia una resolución dialogada del conflicto. El único pacto logrado, según anunció Ucrania, es preparar un nuevo canje de prisioneros de guerra.
Los emisarios ucranianos entregaron a los enviados del Kremlin una lista de “centenares de niños” ucranianos “deportados” por Rusia, dijo tras el encuentro Andrii Yermak, jefe del gabinete del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Este último fijó el domingo tres objetivos para las conversaciones de Estambul: “un alto el fuego completo e incondicional”, la “vuelta de los prisioneros” de guerra y de los niños ucranianos que Kyiv acusa a Moscú de haber secuestrado.
La lista incluye “centenares de niños que Rusia ha deportado ilegalmente, desplazado por la fuerza o que retiene en los territorios (ucranianos) temporalmente ocupados” por Moscú, dijo Yermak en su cuenta de Telegram.
El ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, recibió a las delegaciones de Rusia y de Ucrania en el Palacio de Ciragan, en la costa europea del estrecho del Bósforo. La reunión comenzó con un retraso de casi dos horas que no se explicó a la prensa, y fue descorazonadoramente corta: poco más de una hora.
Fidan señaló que era importante que Estados Unidos estuviera contribuyendo al proceso de paz. “Creemos que ustedes lograrán resultados concretos que nos pondrán un paso más cerca de la paz”, añadió el jefe de la diplomacia turca, quien señaló que el objetivo del encuentro era evaluar las condiciones para un alto el fuego entre los dos países eslavos.
Como en la primera ronda de negociaciones, celebrada también en Estambul el pasado 16 de mayo, la delegación rusa la encabezó Vladímir Medinski, exministro de Cultura y asesor del presidente de Rusia, Vladímir Putin. El equipo de emisarios ucranianos lo dirigía el ministro de Defensa, Rustem Umérov.
Kyiv propone una reunión a tres, Trump, Zelenski y Putin, entre el 20 y el 30 de junio
Este dijo a en una rueda de prensa tras la reunión que Ucrania había propuesto a Rusia dar un impulso a las negociaciones de paz con una reunión a tres entre los presidentes de Estados Unidos, Rusia y Ucrania (Donald Trump, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, respectivamente) entre el 20 y el 30 de junio. Según él, “es crucial para hacer avanzar el proceso de negociación”.
Aquel 16 de mayo, el único acuerdo concreto que se logró fue proceder al mayor intercambio de prisioneros (mil por cada bando) en los más de tres años de hostilidades. El canje de militares es uno de los pocos aspectos en los que Moscú y Kyiv se han puesto de acuerdo durante el conflicto.
Canje de heridos y soldados jóvenes
El nuevo acuerdo para canjear militares apresados se centrará en los heridos graves y en los menores de 25 años que estén gravemente enfermos, apuntó Umérov. Como parte del pacto, también se repatriarán restos de soldados muertos, 6.000 por bando.
A falta de avances sustanciosos, el 16 de mayo se alcanzó un compromiso para que cada bando elaborase una lista de condiciones para pactar una tregua y que se la entregase al contrario.
Como estaba previsto, las delegaciones de Rusia y Ucrania intercambiaron sus respectivas listas de condiciones este lunes.
Antes de la reunión Medinski confirmó en el canal de televisión RT que los ucranianos habían hecho entrega de su memorándum, escrito en ucraniano y en inglés, doce horas antes.
Tres años después
Los emisarios rusos presentaron sus condiciones al equipo llegado de Kyiv durante el encuentro en el Palacio de Ciragan.
Incluso la entrega de este documento ha sido objeto de disputa. Las autoridades de Kyiv criticaron que Rusia no quisiese entregar sus condiciones antes de la reunión, asegurando que eso impide un diálogo significativo. De hecho, esa disputa retrasó el anuncio oficial de Kyiv de aceptar enviar una delegación a Estambul, que finalmente hizo Zelenski el domingo.
El Kremlin replicó, por su parte, que plantear demandas “no es algo constructivo”. Kyiv insiste en que el compromiso era intercambiarse los documentos antes de la reunión.
Las conversaciones directas entre Rusia y Ucrania se reanudaron en mayo, tres años después de las fallidas negociaciones de la primavera de 2022 y después de meses de presión por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que tras volver a la Casa Blanca se ha convertido en mediador del conflicto.
Posiciones maximalistas, nadie cede
El líder estadounidense ha declarado en varias ocasiones su “decepción” tanto con Zelenski como con Putin, y Washington ha advertido de que abandonará ese papel si no hay avances.
A pesar de haber conseguido que rusos y ucranianos se sienten frente a frente, de momento no se ven avances hacia la resolución pacífica de la guerra. Rusia y Ucrania mantienen posiciones maximalistas, imposibles de aceptar por la otra parte. Y, de momento, no parece que ninguna esté dispuesto a ceder.
El objetivo de Kyiv sigue siendo lograr un alto el fuego total (por tierra, mar y aire) antes de pasar a negociaciones para un acuerdo de paz más amplio. Podría valer una tregua que durase 30 días, como propuso Donald Trump en marzo a sus homólogos de Rusia y Ucrania en sendas conversaciones telefónicas.
Pero para Rusia, que sigan los combates no es obstáculo para que haya negociación. Además, cree que Ucrania lo aprovecharía para rearmarse con armas de sus socios occidentales.
Conceptos diferentes de tregua
En Estambul volvió a rechazar la propuesta ucraniana de un “alto el fuego incondicional”, anunció Serguii Kyslytsia, viceprimer ministro de Ucrania, durante la rueda de prensa posterior al encuentro.
El jefe de los negociadores rusos, Vladímir Medinski, dijo que ellos propusieron treguas cortas en sitios concretos. “Hicimos una propuesta bastante general: un alto el fuego concreto durante dos o tres días en ciertas zonas del frente”, dijo Medinski en una conferencia de prensa posterior a las conversaciones.
El Kremlin insiste, además, en que cualquier pacto que se alcance para solucionar el conflicto debe resolver sus “causas originarias” o “subyacentes”. Eso implica que Ucrania se mantenga como país neutral y, según filtraciones periodísticas, Moscú exige también que la OTAN renuncie a integrar a las también exrepúblicas soviéticas de Georgia y Moldavia.
Quiere también, según dijo Putin en julio de 2024, que se reconozcan internacionalmente los territorios ucranianos ocupados por Rusia como regiones rusas.
“Telaraña” contra los bombarderos nucleares rusos
Por supuesto, todas estas condiciones son inaceptables para Ucrania. Ceder a esas pretensiones sería como capitular, estiman en Kyiv.
Esta reunión de Estambul se celebró un día después de que Rusia y Ucrania intercambiaran varios de los ataques más intensos desde que comenzaron las hostilidades, en febrero de 2022.
El Ejército ruso parece haber comenzado una nueva ofensiva en Sumi, donde está logrando sus mayores avances desde el otoño pasado. Rusia quiere crear una zona de contención para proteger a las regiones fronterizas rusas, como la de Kursk, una pequeña porción de la cual ocuparon las fuerzas ucranianas durante meses tras una sorprendente incursión en territorio ruso en agosto de 2024.
Rusia también lanzó uno de sus mayores ataques aéreos, con misiles y unos 500 drones el domingo. Uno de esos ataques alcanzó un centro militar de adiestramiento. Murieron 12 soldados y hubo otros 60 heridos. El número de bajas provocó la dimisión del comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Mijailo Drapati.
Ucrania, por su parte, ejecutó este fin de semana un minucioso y coordinado ataque preparado durante meses. La operación se bautizó como “Telaraña” y estuvo dirigida contra bases aéreas rusas situadas muy en el interior del país y, según Kyiv, destruyendo más de 40 cazabombarderos estratégicos, es decir, capaces de portar armamento nuclear, como los Tupolev Tu-95 o los Tupolev Tu-22. Los servicios de inteligencia ucranianos (SBU) habían logrado introducir de contrabando en el país enemigo drones que camuflaron en cabañas de madera y camiones.
Los aviones no tripulados se accionaron a la vez y golpearon aérodromos rusos situados a miles de kilómetros de la frontera. Los ataques afectaron a los aeródromos de Diáguilevo, en la región de Riazán (al sureste de Moscú); o al de Ivánovo, en al región homónima (al este de Moscú). Pero también a la base de Oleniya, en Múrmansk (Ártico) y a la de Bélaya, en la región de Irkustk (en Siberia, a más de 4.000 kilómetros de Ucrania).