La incertidumbre crece y cada uno busca la manera de sentirse seguro. Unos conducen hacia el mar Caspio, el lugar favorito de escape de los teheraníes. Otros van hacia el interior del país, Yazd, Kerman o cualquier pueblo cercano. Desde las primeras horas del viernes, cuando Israel empezó sus ataques, a los iraníes les fue quedando claro que el programa nuclear iraní no era el único objetivo de esta campaña. Los misiles y drones impactaron en edificios donde vivían comandantes de la Guardia Revolucionaria y científicos nucleares, pero también gente normal que su único “pecado” era compartir residencia o barrio con personas relacionadas con el sistema.
Esta tendencia se ha ido repitiendo desde entonces, cuando Israel lanza ataques indiscriminados contra cualquier objetivo que tenga que ver con la República Islámica: oficinas de gobierno, escuelas diplomáticas, ministerios, oficinas de los servicios de inteligencia o la sede de la radiotelevisión pública iraní, atacada ayer. A través de su señal el régimen intenta defender y recordar a la población los valores ideológicos, religiosos y políticos sobre los que se construyó la Revolución Islámica en 1979. A falta de una buena conexión de internet, es la única red de información para muchas personas, especialmente en poblaciones más alejadas.
Las autoridades iraníes están preocupadas porque algunos ataques de Israel han sido hechos desde dentro de Irán
Sus directivos son escogidos directamente por el líder supremo de la Revolución y en los últimos años ha participado en el debate interno sobre el rumbo que debe tomar la nación. ¿Rigidez para mostrar que nada ha cambiado o reconocer que la sociedad ha dado un giro y la televisión debe reflejar ese cambio? Hasta ahora siempre ganó el primer grupo.
Pero para la mayoría de iraníes la televisión pública, la única en abierto, refleja una realidad totalmente opuesta de las que se ve en las calles. Especialmente de las calles cercanas a sus instalaciones, donde están algunos de los restaurantes y cafés más modernos de Irán y donde las mujeres ya no solo se quitaron el velo sino la gabardina. Un barrio que parece más de cualquier capital europea que de Oriente Medio.
“No sabemos dónde podemos estar seguros. Dicen que atacan objetivos precisos, pero es que hay oficinas gubernamentales en cada calle de Teherán”, cuenta por teléfono una artista que vive en el centro de la ciudad, no muy lejos del mosalá del imán Jomeini. En este gran mausoleo, aún en construcción, el líder supremo aparece ante miles de fieles en días especiales como el fin del Ramadán.
Algunas informaciones que circulan en internet piden a la gente del sector evacuar porque lo consideran uno de los objetivos. Pero para muchos son todavía rumores. No lo fue el anuncio hecho por los israelíes, tal como hicieron durante los ataques a Beirut del año pasado, de evacuar el distrito tres de la ciudad, donde está ubicado la radio televisión española pero también decenas de residencias. “Yo he dicho que no me quiero ir de la ciudad, pero empiezo a tener miedo”, contaba la artista que pidió no dar su nombre porque nadie se siente seguro en estas circunstancias.
Las filas de coches abandonando Teherán han dominado las redes sociales en los últimos días y el éxodo ya empieza a notarse. “Las calles están muy vacías”, contaba una guía turística que también ha decidido quedarse en la ciudad. Cuenta que ayer salió a dar un paseo para comprender la dimensión de los ataques, y también para buscar un café, pero encontró muchos lugares cerrados. “Solo parecían estar abiertos los pequeños supermercados de barrio”, cuenta.
Y es que los ataques no tienen lugar preciso. Las cifras oficiales hablan de más de 200 muertos, entre ellos niños y mujeres, y más de 600 heridos. Ayer se dieron en el noreste, en las montañas rocosas que limitan la ciudad; en el aeropuerto de Mehrabad –en el oeste de la ciudad, donde operan vuelos locales y donde hay hangares de aviones militares– y el domingo fueron cerca de las concurridas plazoletas de Tajrish, en el norte, o de Valiasr en el centro.
“Los israelíes parecen querer atemorizar a la gente y presionarlos para que tumben a las autoridades. Pero en este momento nuestra gran rabia es contra ellos, están atacando a civiles”, dice la guía.
A las autoridades les preocupa la magnitud de la infiltración israelí en el país. El portavoz del Parlamento, Mohammad Baqer Ghalibaf, declaró ayer que parte de los ataques de Israel habían sido llevados a cabo desde dentro de Irán.
Pero mientras corren los rumores, los teheraníes siguen saliendo de la ciudad y preparándose para más días difíciles. La memoria de la guerra contra Irak en la década de los ochenta está muy presente. Saben que, como entonces, todo cambiará después de esta guerra de la que nadie se atreve a pronosticar cuál puede ser su final.