Gregg Wallace, histórico presentador del programa MasterChef en Reino Unido, ha sido despedido en medio de una creciente ola de denuncias por conducta sexual inapropiada. La decisión llega pocos días antes de la publicación oficial de una investigación encargada por la productora Banijay UK, tras meses de testimonios y revisiones internas.
Según informa BBC News, más de 50 personas se han puesto en contacto con la cadena con nuevas acusaciones que se suman a las iniciales reveladas en el 2024, cuando trece personas denunciaron comentarios sexuales por parte de Wallace. Entre los testimonios más recientes se incluyen alegaciones de tocamientos, comentarios degradantes y comportamientos explícitos hacia mujeres jóvenes, muchas de ellas trabajadoras autónomas o en situación profesional vulnerable.
Entre las denuncias figuran episodios como bajarse los pantalones frente a compañeras en camerinos, insinuaciones físicas durante rodajes o situaciones descritas como “repugnantes y depredadoras”. Algunas víctimas han manifestado haber recibido respuestas evasivas o incluso culpabilizadoras por parte de directivos cuando intentaron elevar sus quejas.
Pido disculpas sin reservas pero no me iré en silencio”
En un extenso comunicado publicado en redes sociales, Wallace negó todas las acusaciones de abuso físico, aunque reconoció haber utilizado “lenguaje inapropiado” entre el 2005 y el 2008, por el que pidió disculpas. “Reconozco que parte de mi humor y lenguaje, en ocasiones, fue inapropiado. Por ello, pido disculpas sin reservas. Pero nunca fui la caricatura que ahora se vende para obtener clics”, escribió. También criticó a la BBC por “vender rumores sensacionalistas” y aseguró: “No me iré en silencio”.
Banijay UK ha confirmado que el presentador ya no forma parte del equipo de MasterChef. Por su parte, la BBC ha declarado que no se pronunciará oficialmente hasta la publicación completa del informe elaborado por el bufete Lewis Silkin, que continúa en curso.
El caso reabre el debate sobre los mecanismos de protección dentro de la industria audiovisual británica, especialmente frente a figuras de alto perfil. Desde el Gobierno, la secretaria de Cultura, Lisa Nandy, ha advertido sobre “demasiada cultura del silencio” y ha pedido a los medios revisar sus estructuras internas para evitar que este tipo de conductas queden impunes durante años.

