Gergely Karácsony, alcalde de Budapest: “Hay muchos indicios de cambio en Hungría, y Orbán lo sabe”

Entrevista

El edil verde que desafió al primer ministro ultranacionalista con el desfile del Orgullo LGTBIQ+ prevé más iniciativas drásticas del Gobierno ante las elecciones de abril del 2026

PIE: El alcalde de Budapest, el ecologista Gergely Karácsony, en la sala de plenos del Ayuntamiento de la capital húngara. Foto tomada el 27 de junio de 2025 CRÉDITO: MARÍA-PAZ LÓPEZ

El ecologista Gergely Karácsony, en la sala de plenos del Ayuntamiento de Budapest, el 27 de junio 

María-Paz López

El desfile del Orgullo LGTBIQ+ de Budapest, que el pasado 28 de junio congregó a multitudes en la capital de Hungría pese a haber sido prohibido, ha supuesto un fracaso para el primer ministro ultranacionalista, Viktor Orbán, promotor de la ley que permitió vetar la marcha. Alcalde de Budapest desde el 2019, el ecologista Gergely Karácsony, de 50 años, decidió convertir el desfile en un evento municipal para eludir la prohibición. Dos semanas después, tras reflexionar sobre lo ocurrido, Karácsony respondió por escrito a las preguntas de La Vanguardia sobre las consecuencias políticas.

El primer ministro amenazó a los asistentes al Orgullo con multas, y a los organizadores, incluido usted, con un año de cárcel. Sin embargo, la policía anunció esta semana que no investigará a los participantes, alegando que existen interpretaciones divergentes sobre la legalidad de la marcha. ¿Ha recibido usted alguna carta o acción concreta del Gobierno?

La libertad y el amor no se pueden prohibir; este fue uno de los lemas de este maravilloso Orgullo de Budapest. Y la libertad y el amor tampoco se pueden castigar. He recibido amenazas y mensajes, pero ninguna investigación específica de las autoridades. Estoy acostumbrado al acoso del Gobierno e incluso a los procedimientos oficiales. En Hungría, los políticos de la oposición deben estar preparados para esto. Pero no permitiré que nadie sufra desventajas legales. Defenderemos a todos, tanto legal como políticamente.

Unos 70 eurodiputados y también miembros del Gobierno español fueron a Budapest a apoyar el Orgullo. Después, Viktor Orbán acusó a Bruselas de orquestar el desfile y a la oposición húngara de seguir sus órdenes. ¿Es esta la retórica habitual o hay una escalada?

Habría apostado dinero a que dirían estas tonterías. El Gobierno, que en muchos aspectos sirve a los intereses rusos y chinos, incita ahora al odio contra Europa y Ucrania. Esta es su retórica habitual; nunca buscan soluciones, sino chivos expiatorios e intensifican la polarización hasta la locura, con propaganda financiada con cuantiosos fondos públicos.

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A participant in the Pride march cheers in Budapest, Hungary, Saturday, June 28, 2025. (AP Photo/Rudolf Karancsi)

Ucrania se ha convertido en otro blanco de esta estrategia.

Las calles de Budapest siguen llenas de carteles gubernamentales que demonizan al presidente Zelenski y a Ucrania. Se burlan de la guerra de autodefensa de un pueblo amante de la libertad, confundiendo al agresor con la víctima. Es la receta del populismo derechista. Necesitan odiar no solo a las instituciones europeas que intentan hacer cumplir el Estado de derecho, sino también a las minorías sexuales, a quienes son étnicamente diferentes a nosotros, e incluso a quienes van en bicicleta por la ciudad o no quieren talar los bosques.

¿Cuál es su radiografía del país en este momento?

El régimen lleva años trabajando para inducir a Hungría a este estado mental, administrando veneno gota a gota durante quince años, degradando el discurso público y enfrentando a las personas. Lo que vemos es la retórica de siempre, pero me temo que subirán aún más el volumen a medida que se acercan las elecciones de abril del 2026, porque hay miles de señales de cambio en Hungría.

En Budapest, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, afirmó que las ciudades europeas son bastiones de resistencia contra la ola reaccionaria en el mundo. ¿Considera su acción como alcalde como tal?

Las grandes ciudades, incluida Budapest, son islas en un entorno donde el éxito político se basa en la frustración, el miedo y el egoísmo, distorsionando la realidad y promoviendo el aislacionismo. El populismo construye su política sobre el miedo, y el miedo se basa en la falta de conocimiento; tememos a aquellos cuya historia desconocemos. El milagro de las grandes ciudades es que en cualquier momento podemos conocer a alguien que puede pensar, creer o amar de forma diferente a nosotros, pero que también desea aceptación y, por tanto, es capaz de aceptar a otros. Creo que las grandes ciudades pueden ser las cabezas de puente desde las que se pueden revertir las crisis actuales de la democracia.

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El alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, saludando durante la marcha del Orgullo LGTBIQ+ en su ciudad, el 28 de junio 

Lisa Leutner / Reuters

La popularidad de Viktor Orbán decae; en los sondeos, le adelanta el opositor Péter Magyar. Dado que en las elecciones del 2022 usted y su partido verde fueron los actores más importantes en la candidatura conjunta de la oposición de Péter Márki-Zay, ¿impulsaría otro intento conjunto de la oposición para derrotar a Orbán en las próximas elecciones, esta vez con Magyar?

Hay muchos indicios de que Hungría está al borde del cambio, y Orbán lo sabe. La esperanza y la oportunidad están claramente en manos de Péter Magyar. Por mis principios y en interés de Budapest, me interesa un cambio de gobierno. El punto de partida es distinto, los actores son distintos, por lo que los métodos también deben ser distintos. Amamos nuestros valores compartidos, la libertad y la solidaridad, más de lo que despreciamos el poder que los socava. Por eso nos importa lo que suceda el día después de las elecciones. Mi trabajo es representar a Budapest y a estos valores y principios también en la campaña electoral.

¿Espera que Orbán intente más medidas drásticas antes de las elecciones del 2026?

Este año Orbán ha atacado a las organizaciones de la sociedad civil y a la prensa independiente, desmantelando la autonomía de los gobiernos locales y buscando generar más división social. Puede que él piense que esta política le ha traído éxito en los últimos quince años, así que seguirá aplicándola. Parece que el siguiente paso es fomentar la oposición a los valores e instituciones europeos, lo cual ya ha tenido graves consecuencias y amenaza con agravarlas. A mi país le esperan meses difíciles hasta las elecciones.

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